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El costo y la falta de tiempo provocan un menor consumo de habichuelas

En 10 años, el consumo del grano bajó 400 mil quintales

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El costo y la falta de tiempo provocan un menor consumo de habichuelas
Las habichuelas rojas son un alimento insignia en la mesa de la familia dominicana.

SANTO DOMINGO. Estadísticas del Ministerio de Agricultura muestran que el consumo estimado de habichuelas rojas en el país bajó unos 400 mil quintales a lo largo de diez años.

De 1,012,618 quintales del grano que se consumía en el 2002, pasó a 602,279 quintales en el 2012. En el mismo período, la producción de esas habichuelas también tuvo cambios, aunque menos drásticos, al pasar de 552,507 quintales (se importaron otros 481,132) a 457,545 quintales, más otros 148,702 quintales que se importaron.

Las razones que motivaron la merma en el consumo de un producto que fue y sigue siendo insignia de la forma de alimentarse de los dominicanos, y que junto al arroz y la carne, conforman lo que popularmente se conoce como la comida "bandera", pueden ser varias, a decir de algunos sociólogo.

Juan Miguel Pérez, especialista en sociología de la cultura y educación, entiende que los factores económico y social pueden ser responsables de ese cambio de conducta, aunque no se atreve a afirmar que haya tal cambio sin antes realizar un estudio en ese sentido.

Comenta que el costo de la vida ha llevado a muchas familias a tener que decidirse entre "mojar" el arroz con la salsa de la carne o con la habichuela, porque los recursos que manejan no les alcanzan para ambas cosas.

"Esa pérdida del poder adquisitivo puede estar llevando a la gente a sustituir las habichuelas por productos más económicos". Refiere también el hecho del nuevo estilo de vida de las personas, que obliga a buscar soluciones rápidas de comida. "La habichuela requiere tiempo de cocción, y eso hace que las personas no las preparen tan a menudo, gente que antes era cautiva en la casa, y podía cocinarla, pero que ahora no tiene ese tiempo".

Sin embargo, Pérez no cree que el consumir menos habichuelas suponga una pérdida de identidad del dominicano, pues para él, la cultura es cambiante, y se va creando en función de las costumbres, viejas y actuales, de los pueblos.

Para el sociólogo y profesor universitario Carlos Andújar, el tema amerita un estudio profundo que aborde el aspecto cualitativo del consumo, más allá de lo cuantitativo. Sin embargo, advierte que una merma en este tipo de consumo impactaría, no sólo a la producción nacional, sino también en el plano de la identidad del dominicano, que se identifica con la "bandera" (arroz habichuela y carne).

En las calles de la ciudad, la opinión de la gente contradice las cifras del ministerio. "Yo cocino cada día entre dos y tres libras de habichuelas y lo vendo todo. La gente siempre pide su habichuela", sostiene Divina Antonia, dueña de una fonda móvil que coloca a un extremo de la Avenida República de Colombia.

Igual testimonio da Maritza Cabrera, que tiene un negocio de comida en el Ensanche Carmelita, en la avenida John F. Kennedy. "Aquí el 99% de los clientes pide su habichuela, así que no sé cómo es que está bajando el consumo".

Miríam Méndez, otra vendedora de comida, se queja del precio. "Yo no creo que la gente coma menos habichuelas, lo que sí es que deben bajarle el precio para que se venda más, porque tener que dar RD$50.00 por una libra de habichuelas rojas es demasiado", dijo.

Carlos Rosario, un joven de 27 años que labora en una empresa en la Lincoln, prefiere comer con habichuelas, aunque la alterna de vez en cuando. Él, como otras personas consultadas, tampoco creen que la gente esté comiendo menos habichuelas.

Sin embargo, no faltaron testimonios de personas que dicen no comer habichuelas, algunos porque ya no encuentran el sazón de la casa materna, otros porque no les gusta y otros, porque dicen no tener tiempo para prepararlas.

A favor de la leguminosa

La alerta sobre la merma en la ingesta de habichuelas la hizo recientemente el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), al señalar cifras de Agricultura que reflejan que el consumo de leguminosa en el país es de entre 6 y 11 libras per cápita, cuando en otros países de la región llega hasta 30 y 45 libras.

Graciela Godoy, especialista del IDIAF, se quejaba entonces del desconocimiento que tiene la población sobre los beneficios a la salud que aporta ese alimento.

Recordó que las habichuelas rojas, por ejemplo, tienen una gran cantidad de antocianinas, que funcionan como antioxidantes muy potentes. También tienen efectos anticancerígenos, además de ser una fuente de proteínas, vitaminas, ácido fólico, minerales y fibras, según indicó la doctora Godoy.