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Festival de Cannes
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La película que no aparece y los lazos de sangre de Zoe

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La película que no aparece y los lazos de sangre de Zoe
CANNES, FRANCIA.- El Festival de Cannes sigue huérfano. Aún no aparece la película que digas, esta sí, este es el premio, la Palma de Oro, por encima de todas. El año pasado sobresalió "Amour", de Haneke, luego premiada en los Oscar, una exploración profunda sobre la tercera edad, la soledad, la solidaridad y el amor. Aunque tampoco fue una película tan abrumadora como "The Artist", de Hazanavicus, hace ya dos años. La que el público busca afanoso este año, aún no parece haber salido.


"Jeune et jolie", de Francois Ozon, está bien, pero no es para tanto; "Heli", del mexicano Amat Escalante es larga, tediosa y cruel; "Le Passé", de Asghar Farhadi se torna reiterativa; a "A Touch of Sin", del chino Jia Zhangke, le falta coherencia entre las cuatro historias y le sobra sangre torentina; "Jimmy P.", de Arnaud Desplechin, con Benicio del Toro, es sencillamente decepcionante; "Inside Llewin Davis", de los hermanos Cohen, es una pérdida de tiempo; "Borgman", del holandés Alex van Wardermam, es interesante al principio y luego se torna otra pérdida de tiempo; "Shield of Straw", del japonés Takashi Miike, él mismo acaba de reconocer que no se merece la Palma de Oro... aunque está en competencia. La única que se salva, hasta ahora es la sencilla "Like father, like son", del también japonés Kore-eda Hirokazu, una historia de una familia ideal que descubre que le han cambiado a sus hijos y que se convierte en una interesante indagación acerca de los valores familiares. A mitad de camino en la Sección Oficial aún hay firmas que pueden dar una sorpresa, como Polanski o Payne.

Soderbergh y Sorrentino ya han pasado.

¿Soderbergh sí?

Quien parece haberla pegado finalmente es Steven Soderbergh, quien ahora mismo parece hastiado del cine y de todo. O sabrá Dios qué razones tiene para decir que quizás esta sea su última película, y que se tomará un descanso indefinido.

Lo bueno es que de ser así, lo hace con una buena película "Behind the Candelabra", que recuerda la vida del artista y pianista Wladziu Valentino Liberace, y que no es un biopic de él, sino la recreación de los 6 años intempestivos de relación sentimental del pianista con el muy joven Scott Thorson, a partir de su novela autobiográfica. La cinta la protagonizan, nada más y nada menos, que dos actores acostumbrados a hacer papeles muy masculinos: Michael Douglas y Matt Damom.

Liberace, quien murió de una insuficiencia cardiaca asociada al VIH/Sida, en 1987, comenzó a convertirse en un músico muy popular cuando en un bis de un concierto que daba en 1939, comenzó a gesticular y reírse, lo que encantó al público.

Por su parte, el italiano Paolo Sorrentino, demasiado Fellini siempre, ha brindado una película que, según Carlos Boyero, si le hubiese quitado una hora, no hubiese pasado nada. "La Grande Bellezza", (con Tony Servillo una vez más, excelente en su rol, Carlo Verdone y Sabrina Ferilli), sin embargo le parece a otros que es una visión verdaderamente maravillosa de "La dolce vita", según ha escrito Nando Salvá, uno de los 2,500 periodistas asistentes a Cannes este año. Se trata, de una combinación de belleza aplastante con secuencias demasiado largas, movimientos de cámara irritantes, y la decadencia de una aristocracia que atrae como si fuesen hormigas a políticos, periodistas, criminales, artistas, prelados y arribistas.

Fuera de competencia se han presentado "Le dernier des injustes", del veterano realizador francés Claude Lazmann (89 años) "Blind detective", de Johnnie To" -que ha decepcionado a muchos- y "Blood ties", del francés Guillaume Canet, aunque faltan más.

Lazos de sangre

"Blood Ties", el triller de Canet, con Marion Cotillard, Mila Kunis, Clive Owen y Zoé Saldaña cuenta sobre un hombre que sale a los 50 años de la cárcel, después de haber cumplido varios tras las rejas, y su hermano, un policía, le da abrigo en casa... hasta que se siente traicionado. La película ha sido objetada por la crítica, que le recrimina ser más larga de lo deseable, con una música que no le va, llena de tramas y sub-tramas que el director no logra desmadejar. Aunque sí se le augura éxito comercial, thriller al fin, más allá de los patrones estéticos que exige Cannes.

La actriz dominicana Zoé Saldaña, que en estos momentos se luce con la muy taquillera saga de Star Trek In To Darkness, logra un papel co- protagónico a la altura de lo que puede hacer, pero el director aparece un tanto atrapado en subhistorias que agotan. No es lo mejor que ha hecho la mulata dominicana, que se acaba de desnudar y de la cual se habla que podría ser lesbiana, tras unas declaraciones fuertes hechas en ese sentido... aunque también pueden ser un gancho publicitario para hacer ruido.

En fin, al parecer, el director francés, con su primer encargo para Estados Unidos, no encontró la forma adecuada para salir del paso con personajes bien delineados, pero metidos en una trama sofocante.
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