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¿Comiendo por hambre o por costumbre?

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¿Comiendo por hambre o por costumbre?
Cada persona debe conocer su límite para sentirse satisfecha, sin exageraciones ni atiborramientos.

SANTO DOMINGO. Dos expertos en nutrición y dietética descubrieron hace unos años, luego de un estudio minucioso, que la gente que se pasa la vida haciendo dietas, o que suprime el deseo de comer por largos períodos, pierde la habilidad natural de saber cuando su cuerpo clama por alimentos.

O peor, cuando "sienten" el hambre, entonces dan una "cátedra" de comer, que hasta vergüenza sienten. ¿La razón? También han perdido la habilidad de reconocer cuándo están satisfechos.

La "indiferencia biológica", como le llamaron estos investigadores a este fenómeno, ha llevado a los que lo padecen a comer o no comer basados en influencias externas, como la hora del día, pensamientos, creencias, modas... no lo que su cuerpo le indica o le demanda.

A nivel bioquímico, esto provoca un descontrol aún mayor. El punto es que todos debemos de entender que el organismo está programado para sobrevivir, aunque usted quiera matarlo de hambre.

Entendiendo el hambre:

Hay otros elementos que influyen en este "descontrol". ¿Alguien sabe ya cuál es una porción "normal", si todo es extragrande? ¿Y si usted es de los que no podían levantarse de la mesa hasta que limpiara el plato, aunque ya estuviera lleno?

Ciertamente hay muchos patrones culturales que influyen sobre la problemática. Reencontrarse con "su hambre", conocer la necesidad de su cuerpo en este aspecto, es algo vital para llevar una vida balanceada y para comer lo que realmente necesita. Esa es la verdadera dieta.

Algunas ideas:

Coma despacio: su cerebro necesita 20 minutos para recibir el mensaje de que comió lo necesario.

No espere hasta que se esté desmayando: Planifíquese. Está más propenso a comer de más cuando está muriéndose de hambre. Por eso es que los médicos recomiendan tres comidas completas al día y un par de meriendas pequeñas para asegurar que nunca esté demasiado hambriento ni demasiado lleno. Recuerde que lo que cuenta son las calorías que consuma, no las veces que coma.

Preste atención cuando coma: Este es mi truco personal. Sólo como hasta que me siento satisfecha, ni un bocado más. ¿Cómo lo aprendí? ¡Conociéndome! Prestando atención a cómo me sentía cuando me comía ese bocado de más, que parecía que ya no cabía en el estómago, y que se quedaba en un limbo entre la boca y el esófago, y me hacía sentir terrible. Ya yo conozco mi límite y lo respeto. Conozca el suyo.

Compre y consuma cantidades individuales de lo que le gusta: El marketing es bueno, pero su salud es mejor. Si usted es de los que no pueden parar cuando comienza a comer helado, no compre el tarro grande. Cómprelo pequeño y complázcase sin dañarse. Lo mismo pasa con los dulces. Si llevado por la tentación compró una funda de 2 libras de chocolate, tome una bolsa pequeña y repártalo en porciones. ¡Ni se le ocurra llevarla frente a la televisión!

En los restaurantes, actúe igual. ¿Que le están ofreciendo papas y refrescos más grandes por "sólo" 5 pesos? Déle las gracias a la dependiente, y siga con su orden regular. Esto es un hecho demostrado científicamente: mientras más grande la porción, más tiende a comer y mayor cantidad de calorías consume.

¿Es verdad que las mujeres comen más cuando están ovulando?

Si ya lo sospechaba, ¡la respuesta es sí! Es un tema hormonal básicamente. La temperatura corporal aumenta durante la ovulación. Cuando un óvulo se desprende, pero no es fertilizado, el organismo secreta progesterona para iniciar el ciclo menstrual. La progesterona provoca un efecto termogénico, aumentando la temperatura del cuerpo. Para producir ese calor, la energía - en forma de calorías- se quema. Las mujeres, aunque no sepan que están ovulando, ¡subconscientemente consumen más calorías para cubrir el déficit! ¡Cosas veredes, Sancho!

himilcetejada@ live.com