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Adolescencia: cómo alimentarse mejor y sobrevivir en el intento

SANTO DOMINGO. Si recuerda su adolescencia con alegría, ¡felicítese! Es de los pocos agraciados. La mayoría experimentamos sentimientos agridulces: espinillas, braces, brazos que crecían independientemente del resto del cuerpo, olores inexplicables…, eso para comenzar. La adolescencia es un período donde predominan grandes cambios físicos y emocionales, ciertamente diferentes para chicos y chicas.

Los desórdenes alimenticios son un riesgo cada vez mayor, y tenemos que observar a nuestros hijos de cerca. Evitar el sobrepeso en estas edades exige, más que el seguimiento de una dieta concreta, restrictiva o peligrosa, la adquisición de unos buenos hábitos nutricionales, que debieron comenzar en casa unos cuantos años más temprano.

Algunos consejos para evitar el sobrepeso en los adolescentes:

No permita que supriman ningún alimento básico.

Su cuerpo necesita: Agua, para mantenerlos hidratado por dentro y por fuera, y para evitar una gran cantidad de problemas que aparecen por su deficiencia (piel reseca, estreñimiento…); carbohidratos, para mantener el cuerpo corriendo; proteínas, para ayudar al crecimiento y desarrollo muscular; grasas, porque son enormemente necesarias para el desarrollo hormonal, a pesar de ser las grandes vilipendiadas y, por supuesto, una adecuada dotación de vitaminas y minerales, presentes en frutas y verduras.

Que sigan un ritmo de comidas regular: Los adolescentes no deben saltarse el desayuno o la comida "porque andan rápido". Lo ideal es hacer 3 comidas completas al día, y al menos dos meriendas.

Acostúmbrelos a las raciones pequeñas: Si están buscando perder algo de peso, lo mejor es comer de todo, pero en menor cantidad. Si necesitan acostumbrarse rápido, adopten la costumbre de comer en platos de postre, coma despacio, masticando muy bien cada bocado.

El desayuno es básico: En estas edades es impensable saltarlo, y debe ser balanceado para adaptarse a su ritmo acelerado de crecimiento y cambios. Debe incluir una pieza de fruta o jugo natural, una ración de lácteos (leche, yogurt, queso) y una ración de carbohidratos, preferiblemente integrales.

No le saque los pies al pan: Es una excelente fuente de carbohidratos que son, en cualquier etapa, el mejor carburante. Por eso es un alimento ideal para comenzar el día o merendar. Solo es aconsejable restringirlo cuando, además, consuman pasta o arroz. Se prefiere un buen pan integral, que también aporta nutrientes y fibras para que el intestino funcione.

Verduras: Al menos dos raciones al día. Sí, sabemos que los adolescentes poco acostumbrados huirán ante la espinaca como el diablo a la cruz, pero el librito anti-obesidad recomienda al menos dos porciones. Además de proporcionar valiosas vitaminas y minerales con bajo aporte calórico, las verduras tienen la virtud de saciar y evitar que consuma en exceso otro tipo de alimentos. Acostumbremos a nuestros hijos a iniciar la comida con un buen plato de ensaladas y luego, el resto. Verá la diferencia en las raciones del segundo plato.

Sea indulgente con algunos caprichos: Si la dieta lo hace infeliz, va a durar muy poco el deseo de rebajar. El seguimiento de una dieta no puede ni debe aumentar su malhumor, ansiedad o irritabilidad. Es saludable que se conceda en pequeñas cantidades algunos caprichos: helados de yogurt, palomitas de maíz, chocolate negro…

Alimentos que deben evitar

Entre los alimentos que los adolescentes deben evitar se encuentran:

Dulces y bollería industrial, carnes grasas y procesadas, colas y refrescos gaseosos, zumos industriales y por supuesto, el alcohol, que no sólo aporta calorías vacías, sino que su consumo interfiere en la absorción de determinadas vitaminas y minerales, especialmente de las del grupo B, además de ser un depresor mental.

Combine todo lo anterior con ejercicios regulares, comida equilibrada, buenas y saludables meriendas y el balance necesario en toda etapa de la vida, les mostraremos a nuestros hijos la forma correcta de alimentarse y evitar el sobrepeso.