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Johnny Jones
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Johnny Jones propone a grandes potencias acoger haitianos en sus islas

"En el Plan Caribe para el Desarrollo de Haití, las grandes potencias como Inglaterra, Canadá, Estados Unidos y en especial Francia, tendrían que asumirlo procediendo a reubicar un porcentaje importante de la población haitiana", dijo

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Johnny Jones propone a grandes potencias acoger haitianos en sus islas
El dirigente político, Johnny Jones (FUENTE EXTERNA)

El dirigente político Johnny Jones propuso este lunes el “Plan Caribe para el Desarrollo Definitivo de Haití”, el cual permitirá reconstruir todo el territorio devastado por deforestación, guerrillas, sobrepoblación en zona improductiva y de paso a eliminar barreras al comercio, modernizar la industria y hacer próspera esa nación.

Jones plantea que para hacer realizable este plan se tome como parámetro tratados internacional que se han dado de manera histórica para el desarrollo y organización en países que han pasado por grandes calamidades, de acuerdo a una nota de prensa.

Recomendó tomar como parámetro el Plan Marshall, que dijo ayudó a las economías europeas a desarrollarse después de los estragos de la Segunda Guerra Mundial, así como también a países asiáticos, especialmente al destruido Japón, que hoy día es una de las principales economías del mundo.

“En el Plan Caribe para el Desarrollo de Haití, las grandes potencias como Inglaterra, Canadá, Estados Unidos y en especial Francia, tendrían que asumirlo procediendo a reubicar un porcentaje importante de la población haitiana, estableciendo colonias en sus posesiones del Caribe, muchas de las cuales tienen poca población y requieren de mano de obra no calificada”, manifestó a través de una nota de prensa. 

Citó que la región de ultramar de Francia en el Caribe cuenta con los territorios de Guyana y las islas de Guadalupe, La Désirade, María Galante, Islas de los Santos, Martinica, San Bartolomé y San Martín.

A modo de ejemplo dijo que solo Guyana Francesa cuenta con un territorio de 83 mil 846 kilómetro cuadrados, ubicada en Sudamérica, entre Brasil y Surinam, con una superficie que es más de tres veces superior a la de Haití, que es de 27 mil 755 kilómetros cuadrados. 

Agegó que, sin embargo, la población estimada de Guyana Francesa al 2023 es inferior a los 300 mil habitantes, conforme a estadísticas al 2013 era 259 mil 109 habitantes, a razón de 3,37 habitantes por kilómetros cuadrado, muy inferior a la sobrepoblación de Haití, que se proyecta al 2023 con 11 millones 470 mil 261 habitantes, para una densidad de 408 mil 139 habitantes por kilómetro cuadrados.

“Imaginen cuantas familias haitianas se podrían reubicar en colonias solo en Guyana, a las que se les daría una segunda oportunidad de vida”, sostuvo Jones.

Igualmente, mencionó colonias de Reino Unido en el Caribe, que dijo ni siquiera forman parte de su territorio de ultramar, como Gran Bermuda, Saint George, Saint David, Somerset, Irlanda, Boaz, Georgias del Sur y Sandwich.

Mientras que Canadá, el segundo país más grande del mundo, con un territorio superior a los nueve millones 984 mil 670 kilómetros cuadrados, para una población estimada al 2023 de 38 millones 781 mil 290 habitantes, a razón de 3,92 habitantes por kilómetros cuadrados.

“Es uno de los territorios menos poblados y requiere de mucha mano de obra y en eso, los haitianos son muy buenos”, planteó.

Si se acogen estas colonias haitianas igual como hizo República Dominicana y otros países del mundo con las poblaciones judías y de esclavos liberados en Estados Unidos, entonces se haría manejable la reconstrucción de un real estado en Haití.

¿Por qué Francia, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá no renuevan un Mini Plan Marshall para Haití y fomentan inversiones?

Puso en contexto práctico la siguiente idea:

Instalar zonas industriales: se puede hacer la capacitación del personal y luego encargarles algo que el Estado Americano y otras grandes naciones manejan, como es las botas e implemento de uniformes militares, lo cual no requieren de conocimientos calificados; la fabricación de bolas y pelotas de diferentes renglones deportivos, que siempre ha sido un fuerte en la manufactura haitiana, entre otras cosas.

Procurar que fundaciones como la de Bill Gates, la cual está invirtiendo miles de millones de dólares en África, pudiera dedicar una parte de su inversión en ese país tan cerca de sus fuentes de riquezas.

Ahora bien, es entendible que, bajo el actual momento económico en un país sin instituciones, sin un gobierno estable, y sin seguridad un plan a corto y mediano plazo sea difícil de implementar.

Sin embargo, la mayor dificultad para organizar ese país es la sobrepoblación de personas enfermas y analfabetas, para lo cual también hay experiencia y solución.    

La República Dominicana tiene, según datos de información, alrededor de 2 millones de haitianos, una cifra incapaz de sostener, no solo que no se puede con un alma más, sino que, para mantener su desarrollo y no poner en riesgo su soberanía y seguridad estratégica, requiere repatriar un número considerable para poder mantener una inmigración controlada. 

No obstante, después de la segunda guerra mundial y hasta el presente, existen experiencias de traslados territoriales masivos, y en el último caso por problemas humanitarios.

La visión del derecho internacional sobre la transferencia de población experimentó una evolución considerable durante el siglo XX.  Antes de la Segunda Guerra Mundial, muchas transferencias importantes de población eran el resultado de tratados bilaterales y contaban con el apoyo de organismos internacionales como la Sociedad de Naciones. 

Existen las experiencias como la de los judíos, los mismos alemanes y en un problema religioso de la India, así como las grandes pobladas de armenios, de Irán, Siria y posterior a la Guerra de los Balcanes, de igual manera innumerables situaciones en el continente africano. 

En el caso haitiano, no existirían un traslado a zonas de conflicto, sino a una cantidad de tierras de origen francés, despobladas en todo el planeta, para dejar en Haití un número manejable de personas a las cuales se puedan organizar. 

No dudo que pudiera ser soñador en el día de hoy, pero ya se ha hecho y en este caso sería ayudar a dos Estados: uno que está en pleno desarrollo y que ya esa carga lo debilita y otro que es un Estado fallido y que podría ponerse en la ruta del desarrollo con voluntad y decisión de los países que tienen recursos para resolver.

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