La ONU y sus contradicciones
La controvertida elección de Arabia Saudí como presidente del foro de igualdad de género de la ONU
Las Naciones Unidas son esa mastodóntica organización que lo mismo compra computadoras aquí que va en misión de paz en Gaza con terroristas de Hamás empotrados. Pero es imprescindible. Un foro para la diplomacia mundial que aunque necesita urgentemente un replanteamiento es el que está disponible, tiene alcance global y logra sentar en la misma mesa a enemigos irreconciliables.
Una organización magnífica en parte de su trabajo diario: Unicef, Unesco, PMA... Pero otras veces indigna a cualquiera que tenga un poco de sentido común y escrúpulos democráticos.
En marzo decidió que Arabia Saudí presida el foro de ONU sobre igualdad de género en 2025. Una tiranía que lava con petrodólares su imagen, que ocupó el año pasado, según el Foro Económico Mundial sobre la brecha de género, el puesto 131 de 146 países. Un estado islámico que “concedió“ a las mujeres el derecho a manejar en 2018 y el voto en 2015, sus dos grandes avances (con más o menos un siglo de retraso). Que mantiene duras penas de prisión a mujeres que hayan manifestado en las redes apoyo a movimientos de derechos, que no reconoce delito en la violación dentro del matrimonio y que mantiene la impunidad en los “delitos de honor“. Las saudíes necesitan permiso del esposo o un familiar para emprender algunos estudios, vivir solas, casarse, acceder a ciertos tratamientos médicos o incluso salir de la cárcel, según informa Amnistía Internacional en su web.
Tanto hablar de la Agenda 2030, tanto imponer el lenguaje inclusivo, la cuota femenina de participación y demás palancas artificiales para terminar dando a Arabia Saudí la presidencia del Foro sobre Igualdad de Género. (A veces la ONU da mucha pereza…)