Bachelet descarta que muerte de Pinochet abra una nueva etapa en Chile

SANTIAGO DE CHILE.- La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, descartó hoy que la muerte de Augusto Pinochet signifique una nueva etapa para Chile y consideró al ex dictador "un referente de divisiones, odio y violencia".
"No creo que sea una nueva etapa, creo que la nueva etapa en el país comenzó en 1990, cuando reconquistamos la democracia, cuando iniciamos un proceso de consolidación de las instituciones democráticas y un proceso de reencuentro", subrayó la mandataria.
En una rueda de prensa en la que se refirió por primera vez a la muerte del ex dictador, Bachelet, que fue detenida y torturada durante la dictadura, subrayó que su deceso simboliza la partida de «un referente de divisiones, de odio y de violencia en el país".
Tras admitir que "sin duda, los dolores y los sentimientos persisten", se declaró convencida "de que la gran mayoría de los chilenos lo que quieren hoy día es seguir construyendo un presente y un futuro donde todos tengan una mejor forma de vivir".
"Eso es a lo que el Gobierno está dedicado y va a continuar haciendo", añadió y destacó que los incidentes ocurridos a raíz de la muerte de Pinochet no alteraron la normalidad del país.
Según informó hoy el subsecretario del Interior, Felipe Harboe, desde que Pinochet murió, el pasado domingo, hubo 145 detenidos y medio centenar de agentes de carabineros lesionados en el país.
"Hubo en los últimos tres días 65 manifestaciones en 25 ciudades, sin tener que lamentar víctimas fatales", dijo el funcionario.
"Cuando uno ve las estadísticas y la cantidad de gente que hubo en las calles, puede apreciar que el país transita con calma y tranquilidad", subrayó Harboe.
Bachelet también señaló que "el país se mantuvo sin mayores alteraciones en el orden público y en plena normalidad. Hubo espacio para la expresión del dolor de algunos y los sentimientos de otros.
Las exequias se desarrollaron con la tranquilidad debida, respetando a los dolientes", precisó.
La presidenta destacó que Chile "ha consolidado una democracia fuerte, sólida y estable" y "hemos logrado reencontrarnos", a pesar de que "hemos visto expresiones de división que por momentos nos recordaron los tristes episodios que Chile superó".
"La muerte del general amenazaba con dividir a los chilenos nuevamente, dadas las fuertes emociones y sentimientos que provocaría en los ciudadanos", dijo y en ese contexto, añadió, el Gobierno actuó para garantizar la paz social y el orden público.
"Correspondía actuar con prudencia, firmeza y convicción histórica y los resultados nos han dado la razón", explicó.
También se refirió a la sorpresiva intervención, de fuerte contenido político, del capitán Augusto Pinochet Molina, nieto del ex dictador, en el funeral.
Se trata de "una falta gravísima" a la disciplina militar, dijo Bachelet, que puntualizó que el reglamento es claro al respecto y el Ejército sabrá qué hacer.
"El Gobierno no le va a decir al Ejército lo que tiene que hacer", sentenció la presidenta.
Bachelet declinó referirse a otras actitudes beligerantes de otros miembros de la familia Pinochet, como instalar una banda presidencial sobre el ataúd, y anunció que la próxima semana se referirá en profundidad a su negativa de autorizar un funeral con honores de Estado para el ex dictador.
Los restos de Pinochet fueron incinerados la noche del martes en la localidad costera de Concón, a 140 kilómetros al noroeste de Santiago, y sus cenizas fueron entregadas en la madrugada de hoy a su familia.
La entrega estuvo a cargo de oficiales del Ejército en la finca «Los Boldos", a 130 kilómetros al suroeste de Santiago, a la que se desplazó la familia de Pinochet tras los actos fúnebres celebrados el martes en la Escuela Militar.
La familia y unos pocos invitados, entre ellos el comandante en jefe del Ejército, Oscar Izurieta, participaron hoy en una misa en una pequeña capilla de la misma finca, que fue el lugar favorito de Pinochet en los últimos años.
"No creo que sea una nueva etapa, creo que la nueva etapa en el país comenzó en 1990, cuando reconquistamos la democracia, cuando iniciamos un proceso de consolidación de las instituciones democráticas y un proceso de reencuentro", subrayó la mandataria.
En una rueda de prensa en la que se refirió por primera vez a la muerte del ex dictador, Bachelet, que fue detenida y torturada durante la dictadura, subrayó que su deceso simboliza la partida de «un referente de divisiones, de odio y de violencia en el país".
Tras admitir que "sin duda, los dolores y los sentimientos persisten", se declaró convencida "de que la gran mayoría de los chilenos lo que quieren hoy día es seguir construyendo un presente y un futuro donde todos tengan una mejor forma de vivir".
"Eso es a lo que el Gobierno está dedicado y va a continuar haciendo", añadió y destacó que los incidentes ocurridos a raíz de la muerte de Pinochet no alteraron la normalidad del país.
Según informó hoy el subsecretario del Interior, Felipe Harboe, desde que Pinochet murió, el pasado domingo, hubo 145 detenidos y medio centenar de agentes de carabineros lesionados en el país.
"Hubo en los últimos tres días 65 manifestaciones en 25 ciudades, sin tener que lamentar víctimas fatales", dijo el funcionario.
"Cuando uno ve las estadísticas y la cantidad de gente que hubo en las calles, puede apreciar que el país transita con calma y tranquilidad", subrayó Harboe.
Bachelet también señaló que "el país se mantuvo sin mayores alteraciones en el orden público y en plena normalidad. Hubo espacio para la expresión del dolor de algunos y los sentimientos de otros.
Las exequias se desarrollaron con la tranquilidad debida, respetando a los dolientes", precisó.
La presidenta destacó que Chile "ha consolidado una democracia fuerte, sólida y estable" y "hemos logrado reencontrarnos", a pesar de que "hemos visto expresiones de división que por momentos nos recordaron los tristes episodios que Chile superó".
"La muerte del general amenazaba con dividir a los chilenos nuevamente, dadas las fuertes emociones y sentimientos que provocaría en los ciudadanos", dijo y en ese contexto, añadió, el Gobierno actuó para garantizar la paz social y el orden público.
"Correspondía actuar con prudencia, firmeza y convicción histórica y los resultados nos han dado la razón", explicó.
También se refirió a la sorpresiva intervención, de fuerte contenido político, del capitán Augusto Pinochet Molina, nieto del ex dictador, en el funeral.
Se trata de "una falta gravísima" a la disciplina militar, dijo Bachelet, que puntualizó que el reglamento es claro al respecto y el Ejército sabrá qué hacer.
"El Gobierno no le va a decir al Ejército lo que tiene que hacer", sentenció la presidenta.
Bachelet declinó referirse a otras actitudes beligerantes de otros miembros de la familia Pinochet, como instalar una banda presidencial sobre el ataúd, y anunció que la próxima semana se referirá en profundidad a su negativa de autorizar un funeral con honores de Estado para el ex dictador.
Los restos de Pinochet fueron incinerados la noche del martes en la localidad costera de Concón, a 140 kilómetros al noroeste de Santiago, y sus cenizas fueron entregadas en la madrugada de hoy a su familia.
La entrega estuvo a cargo de oficiales del Ejército en la finca «Los Boldos", a 130 kilómetros al suroeste de Santiago, a la que se desplazó la familia de Pinochet tras los actos fúnebres celebrados el martes en la Escuela Militar.
La familia y unos pocos invitados, entre ellos el comandante en jefe del Ejército, Oscar Izurieta, participaron hoy en una misa en una pequeña capilla de la misma finca, que fue el lugar favorito de Pinochet en los últimos años.
Diario Libre
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