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Especialistas piden esperar nueva Ley de Contrataciones para licitar monorriel de Santo Domingo

También critican monorriel elevado y plantean metro soterrado para el eje Este-Oeste de Santo Domingo

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Especialistas piden esperar nueva Ley de Contrataciones para licitar monorriel de Santo Domingo
Actualmente ambas líneas, en su mayor parte soterradas dentro del Distrito Nacional, transportan hoy una demanda combinada estimada en alrededor de 21,875 pasajeros por hora por sentido. El monorriel tendría esa capacidad actual. (FUENTE EXTERNA.)

Un grupo de especialistas de alto nivel en planificación urbana, ingeniería de transporte y sistemas ferroviarios ha planteado objeciones técnicas, urbanísticas y operativas al proyecto de monorriel elevado propuesto para Santo Domingo, y recomienda retomar la evaluación de un sistema de metro soterrado como alternativa estructural para el corredor Este-Oeste de la capital.

Los análisis parten del contexto actual del transporte masivo en la ciudad. Santo Domingo cuenta con dos líneas de metro pesado en operación: la Línea 1, de 14.5 kilómetros y 16 estaciones en el eje Norte-Sur por la avenida Máximo Gómez, y la Línea 2, de 16.6 kilómetros y 18 estaciones en el eje Este-Oeste por la avenida John F. Kennedy. 

Ambas líneas, en su mayor parte soterradas dentro del Distrito Nacional, transportan hoy una demanda combinada estimada en alrededor de 21,875 pasajeros por hora por sentido, con margen de crecimiento mediante ampliación de trenes, reducción de intervalos y automatización.

Frente a este escenario, el proyecto actualmente planteado propone un monorriel elevado de aproximadamente 10.4 kilómetros, en una primera fase, entre el puente Juan Carlos y el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, cruzando el río Ozama. 

Críticas técnicas y urbanísticas al proyecto de monorriel elevado

El trazado discurriría por vías como la avenida 30 de Marzo y la avenida San Martín, con anchos aproximados de entre 13 y 15 metros, calles que los especialistas consideran especialmente estrechas para infraestructuras elevadas de este tipo.

Uno de los señalamientos centrales es la limitada integración con el sistema existente. La estación terminal en el Centro Olímpico quedaría a unos 350 metros de la estación Juan Pablo Duarte (Líneas 1 y 2 del metro) y a unos 230 metros de la estación Juan Bosch (Línea 2), obligando a los usuarios a caminar al aire libre bajo sol o lluvia y reduciendo la eficiencia del intercambio modal. 

Según los análisis técnicos, este tipo de conexión incrementa los tiempos de viaje y desincentiva el uso del transporte público, especialmente para pasajeros con movilidad reducida o equipaje.

En términos de capacidad, los especialistas advierten que el monorriel propuesto tendría un umbral operativo cercano a los 21,000 pasajeros por hora por sentido, una cifra que consideran insuficiente para el eje natural Este-Oeste de Santo Domingo

Este corredor, señalan, está llamado a conectar a largo plazo Santo Domingo Este, el Aeropuerto Internacional de Las Américas, el Instituto Tecnológico de Las Amíercas, el puerto Multimodal Caucedo, Boca Chica con Santo Domingo Oeste y la provincia San Cristóbal, lo que requeriría capacidades similares o superiores a las del metro actual, con proyecciones por encima de los 31,000 pasajeros por hora por sentido.

Las críticas también abarcan el impacto urbano y arquitectónico. El sistema elevado implicaría columnas cada 25 a 35 metros y vigas guía de gran altura, generando lo que describen como un "efecto de túnel urbano", reducción del cielo visible y creación de corredores sombreados permanentes. 

Este impacto, sostienen, sería particularmente sensible en zonas consolidadas y próximas a hitos institucionales, como el entorno del Palacio Nacional. Además, citan estudios internacionales que asocian infraestructuras elevadas con reducción de la plusvalía inmobiliaria en rangos de entre 7 % y 25 %, así como mayores niveles de ruido y percepción de inseguridad bajo los viaductos.

Otro punto señalado es la experiencia reciente del monorriel en Santiago, donde —según los análisis— el proyecto ha triplicado su costo inicial y duplicado o más su plazo de ejecución, debido a sobrecostos en pilas, vigas, estaciones, interferencias con redes de servicios y expropiaciones. Los especialistas advierten que, por simple escala, densidad urbana y complejidad de servicios soterrados, estos riesgos serían aún mayores en Santo Domingo.

Alternativa propuesta: metro pesado soterrado para el corredor Este-Oeste

Desde el punto de vista operativo, se cuestiona la fragmentación del viaje. El esquema propuesto obligaría a los usuarios que recorren el corredor completo —por ejemplo, desde el aeropuerto o Boca Chica hacia el oeste— a realizar transbordos entre sistemas distintos, con cambios de nivel y tiempos adicionales estimados entre 8 y 12 minutos por intercambio. 

Las tendencias actuales en transporte masivo, indican, priorizan la continuidad origen-destino y la reducción de transbordos, especialmente en corredores metropolitanos de alta demanda.

Como alternativa, los especialistas plantean un sistema de metro pesado soterrado para el eje Este-Oeste, desarrollado por fases pero con una sola tecnología a lo largo de todo el corredor, con una extensión potencial de hasta 64 kilómetros

Esta opción permitiría capacidades superiores a 35,000 pasajeros por hora por sentido desde su puesta en marcha, con posibilidad de expansión futura, menor interferencia vial durante la operación, impacto visual nulo y una vida útil estimada superior a los 100 años. La construcción se realizaría principalmente mediante tunelación mecanizada, concentrando las mayores molestias en las áreas de estaciones.

En cuanto al proceso administrativo, los análisis recomiendan aplazar la licitación del proyecto hasta después de la entrada en vigor de la Ley 47-25, prevista para el 28 de enero de 2026, al considerar que el nuevo marco legal introduce mayores exigencias en materia de penalidades, evaluación ambiental, transparencia y competitividad. También sugieren revisar la estructuración del proceso de contratación para garantizar evaluaciones técnicas independientes y una competencia real entre oferentes.

Los especialistas concluyen que la decisión sobre el sistema a implantar en el principal corredor Este-Oeste de Santo Domingo no debe limitarse a una solución parcial ni a criterios de corto plazo, sino responder a una visión metropolitana integral, alineada con la capacidad requerida, la estructura urbana existente y los costos sociales y económicos a largo plazo.

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Periodista dominicano. Ha trabajado en los periódicos Diario Libre, El Caribe y Listín Diario donde ha ejercido cubriendo las fuentes de deportes y ciudad. Ha trabajado en radio, televisión y proyectos digitales.