Deterioro estructural del puente Dajabón–Juana Méndez genera preocupación
La estructura muestra grietas profundas, varillas expuestas y signos evidentes de desgaste, visibles tanto en la parte superior como en la base del puente

El puente fronterizo que conecta a Dajabón con Juana Méndez, Haití, se encuentra en un avanzado estado de deterioro y amenaza con colapsar en cualquier momento, poniendo en peligro la vida de miles de personas que lo cruzan a diario.
Por esta importante vía fronteriza se desplazan cientos de camiones cargados de cemento, alimentos y mercancías, además de miles de ciudadanos haitianos y dominicanos que utilizan el puente como punto clave para el comercio binacional y el tránsito diario.
Sin embargo, la estructura muestra grietas profundas, varillas expuestas y signos evidentes de desgaste, visibles tanto en la parte superior como en la base del puente.
Las imágenes del deterioro son alarmantes. El concreto se desmorona, el hierro queda al descubierto y el peso constante de vehículos pesados incrementa el riesgo de un derrumbe inesperado. A pesar de esta situación crítica, las autoridades no han ofrecido información oficial, ni han anunciado evaluaciones técnicas, planes de reparación o medidas preventivas.
Temor
La preocupación crece entre comerciantes, transportistas, militares apostados en la zona y ciudadanos de ambos lados de la frontera, quienes temen que la falta de acción termine en una tragedia humana.
Un eventual colapso podría cobrar la vida no solo de los militares que resguardan el área, sino también de los miles de haitianos que cruzan el puente en días de mercado y de intenso intercambio comercial.
Juan Jossef, activista comunitario de Juana Méndez, alzó su voz de alerta y advirtió que la negligencia de las autoridades dominicanas y haitianas podría tener consecuencias fatales.
"Si las autoridades de ambos países no prestan atención a esta situación, puede ocurrir una desgracia en cualquier momento. No estamos hablando de algo lejano, el peligro es real y visible", expresó Jossef.
Mientras el comercio continúa y la vida cotidiana sigue su curso, el puente fronterizo de Dajabón se mantiene como una bomba de tiempo, sostenida más por la costumbre que por la seguridad estructural.
La comunidad espera que antes de que ocurra lo peor, las autoridades actúen y eviten que esta advertencia se convierta en una tragedia irreversible.





Javier Genao