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Avenida Mella: Ni sombra de lo que un día fue

Esta otrora importante arteria de la ciudad Capital ha visto disminuir su actividad comercial hasta el punto de que muchos de sus negocios más emblemáticos han desaparecido.

Avenida Mella: Ni sombra de lo que un día fue
Antes del boom de los centros comerciales, esta vía junto a la Duarte y El Conde eran el centro del comercio.

Lo que hace años fue una de las principales arterias comerciales de la ciudad de Santo Domingo y el país, hoy sigue en pie, pero con una disminución considerable de su esplendor y vida comercial.

La famosa avenida Mella, ya no es, lo que fue.

Esta vía forma parte del perímetro colonial y está integrada por importantes edificios, entre ellos el del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, diseñado por los arquitectos José Antonio Caro Álvarez y Guillermo González, en el 1944, el cual se considera una de las piezas más puras del modernismo de la ciudad.

Estructuras tan importantes como el Mercado Modelo, diseñado por el arquitecto Henry Gazón Bonó e inaugurado en el 1942, el cual tiene mucho de la arquitectura modernista, pero cuenta con elementos de estilos republicano y neoclásico. Es uno de los edificios más importantes del siglo XX, el cual posee la primera losa hiperbólica que hay en la ciudad, sin embargo, la arrabalización ha hecho de este emblema un monumento con poco atractivo.

A pocas cuadras está el complejo del Lido, donde funciona aún el cine del mismo nombre, un edificio de estilo moderno concebido para albergar ese negocio de proyección de películas y tiendas. Hoy este es un ejemplo de la devaluación de esta zona. En su parte frontal se puede ver un puesto de ventas de bultos, zapatos y correas, que quitan su total lucimiento.

Al caminar por esta calle y sus alrededores, se puede ver como buhoneros haitianos y dominicanos han invadido las calzadas, levantando allí sus negocios; sus orillas han sido convertidas en parqueos, las fachadas de estos edificios lucen deterioradas y con pintura desgastada y sucias.

A juicio de Ramón Sánchez, un residente del lugar, todos estos factores de abandono son parte del letargo comercial que en los últimos 15 años han quitado clientes y avance al lugar, hasta el punto de que muchos establecimientos ya han desaparecido.

La disminución en el flujo de clientes ha impactado a negocios sólidos e importantes como la Ferretería América, que decidió, hace pocos meses, cerrar sus puertas para trasladarse a otro punto de la ciudad con mayor actividad mercantil.

Opinión de la experta

La arquitecta María Jiménez explicó que antes la circulación vehicular por esta avenida era de dos vías y que sus edificios estaban mejor cuidados que en la actualidad, por lo cual consideró que la afluencia de parroquianos se daba no solo para comprar en los distintos comercios, sino que también aprovechaban para pasear por el lugar y su bello entorno.

“La gente la recorría a pie, en bicicleta (muy populares para entonces) y en los autobuses de dos pisos que iniciaban su incursión en el tránsito de la época como una atractiva novedad”, manifestó la profesional.

Dijo que algunos de los negocios más emblemáticos fueron: Almacenes Troya, Almacenes Pica Pica, Tejidos La Norma, mercería la Siragusa, ferretería Cuesta, Ramón Corripio, La Americana, Cobián, ferretería la Artística, la mueblería Regia y Mella, Casa Zaglul, Supercolmado Nacional; Radio HIG, el periódico La Nación, Línea Calamidad, Línea Merceditas, El Trocadero, Laboratorio Huellemont, Espejos Pajaritos, La Fuentecita, hotel La Fama, Imprenta Jackson, Colchonería La Reyna, Línea Estrella Blanca, Cartonera Alfredo Hued, Bicicletas Raleigh; Restaurante Apolo, Almacenes El Túnel, Espejos, Enmarcados San Ramón y La Innovación.

Los vendedores y mecánicos de relojes

Para el vendedor y reparador de relojes, Olivo Encarnación, propietario de uno de los negocios más prósperos, si se usa correctamente el poco espacio que hay para parqueos y si se les devuelve la belleza a los principales edificios emblemáticos; reacondicionándolos, la vía podría retomar parte del atractivo que un día tuvo.

Continuando el recorrido a pie, esta avenida que honra al padre de la Patria Ramón Matías Mella, se puede ver que todavía operan importantes tiendas de ropas y artículos del hogar, importantes supermercados, bancos comerciales, tiendas deportivas, farmacias, joyerías, restaurantes chinos, tiendas de accesorios y venta de celulares, entre otros.

“¡Qué va!... ya esto no es lo que era, la avenida Mella ha caído en más de un sesenta por ciento”, expresó el dueño de una legendaria relojería de la zona, el cual no quiso identificarse. En el trayecto fueron muchos los comerciantes que coincidieron con el vendedor de relojes, aunque en algunos casos apareció uno que otro que eligió ser optimista, al expresar que su negocio no lo mueve de este lugar y que confía en el despertar de la zona. Aparte de la dificultad que significa caminar por las aceras de la avenida Mella, entra al juego el factor de la inseguridad. La mayoría de los negocios que allí funcionan cierran sus puertas a la 6:00 de la tarde por temor a los desaprensivos que llegan desde los distintos barrios periféricos a cometer atracos.

"“La inseguridad ha sido un factor importante en la merma comercial de la avenida Ramón Matías Mella. Por eso muchos negocios cierran sus puertas temprano” "Olivo EncarnaciónVendedor de relojes

Muchos locales en esta vía han colocado letreros de “Se vende” o “Se alquila”.

Los comerciantes también consideran que los problemas radican en la falta de variedad y precios en las mercancías. “Muchas veces la gente prefiere irse a otros puntos comerciales donde lo encuentra todo y a mejores precios”, señaló un vendedor de artesanías.

Precisó que el número de turistas que antes buscaba artesanías se ha reducido mucho y que solo se limitan a visitar la parte baja de la Ciudad Colonial, específicamente por razones de seguridad.

La icónica avenida Ramón Matías Mella enfrenta ahora uno de sus mayores retos, que es el de volver a retomar su esplendor y ser lo que antes fue. Aunque ese es el deseo de la mayoría de dueños de negocios, ellos expresan que esas posibilidades lucen lejanas, por la poca unión y la falta de una verdadera asociación de comerciantes que contribuya a impulsar los cambios estructurales y comerciales acorde con esta moderna y competitiva época comercial que vive el país.

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