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Ciudadanos exhiben cultura ejemplar en uso del Metro de Santo Domingo

La gente se adapta al moderno sistema de transporte

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Ciudadanos exhiben cultura ejemplar en uso del Metro de Santo Domingo
La fila se hace se hace sin la necesidad de que alguien la organice.

Cada vez más los usuarios del Metro de Santo Domingo se adaptan a una nueva cultura del transporte masivo con conductas y comportamientos similares a ciudadanos de otras naciones con mayor nivel educativo que la República Dominicana.

Haciendo honor al dicho de que “el dominicano se adapta a todo”, pasajeros del metro se distinguen por el respeto a las normas establecidas y hacen sus aportes para optimizar el servicio.

Un ejemplo de ello es la organización que prima a la entrada del sistema, por ejemplo, en la estación Concepción Bona de la Línea 2-B donde se aglomeran a veces hasta 2,000 personas en las horas pico. La gente se organiza para entrar al metro.

Sin necesidad de organizadores, se forma una fila en forma de “S” que se respeta y todos entran al sistema de manera rápida y sin traumas. Este martes a las 7:20 de la mañana hubo alrededor de 1,500 personas que hicieron su fila y sin detenerse abordaron a los metros.

En menos de 10 minutos es más de 1,500 personas abordaron tres metros. Cada uno tiene capacidad para 500 personas. Aunque apretujados la gente busca su espacio solo en la estación Juan Pablo Duarte donde está el transfer, es necesaria la presencia de un empleado de la OPRET que ayuda a entrar a las personas debido a que es el lugar donde se concentra la mayor cantidad de pasajeros en las horas pico.

La gente respeta el espacio de los otros y muy pocos “se pasan de vivos” para “colarse”. La gente lleva su tarjeta en manos para inmediatamente pasarla por el sistema, lo que hace más rápido el acceso.

Una vez dentro, la gente viaja como ciudadanos del primer mundo, algunos leen el Diario Libre Metro, pero la mayoría lo hace de manera callada y siempre se le da prioridad en los asientos a los ancianos, embarazadas, personas con discapacidad. Basta con decir: ¡Un asiento! Inmediatamente alguien se levanta y cede el lugar.

La gente por lo regular no discute en el trayecto, pero lo que es común son las prédicas de los cristianos, que aunque la gente no los rechaza, alguno comentan lo extenso de las intervenciones. Poco a poco la gente se adapta al este sistema y muchos lo hacen quizás por los controles con cámaras de video y a la presencia de agentes.

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Licenciado en Comunicación Social por la universidad O&M. Ha ejercido el periodismo desde 1988 en radio, televisión y periódicos.