Envían a prisión policía que hirió joven y lo abandonó mientras se desangraba
El hoy occiso dejó en la orfandad un hijo de tres años y una mujer embarazada
Franklin Cordero
La Oficina Judicial de Atención Permanente de La Romana impuso tres meses de prisión preventiva contra un policía acusado de herir a un joven de 23 años en el municipio Villa Hermosa, de La Romana, al cual dejó abandonado mientras se desangraba.
La jueza Franchesca Silvestre aplicó la medida de coerción al agente Argenis Encarnación Reyes tras acoger la solicitud de la fiscalía y de los abogados querellantes.
De su lado, la abogada Luz del Carmen Pilier expresó satisfacción por el dictamen del tribunal, alegando que se trató de un asesinato y “un exceso policial”, cuya víctima fue Yuber Algenys Muñoz Pierret (Popolita).
La tarde del pasado 11 de enero una patrulla motorizada de la Policía Nacional, compuesta por dos efectivos, disparó a la pierna derecha de “Popolita” y lo dejó abandonado mientras se desangraba, según los videos que circulan en las redes sociales.
Policía de La Romana mata otro joven al que tilda de delincuente
“Él estaba desarmado y me le pusieron una chilena (arma artesanal); andaba solo y dicen que estaba acompañado”, declaró Mario Muñoz Peña, padre del fallecido.
Cuando sucedió el crimen, la Policía afirmó en su informe de prensa que el joven fue herido por perdigón en momentos en que enfrentó a la patrulla con un arma y en compañía de otro supuesto delincuente que escapó.
De su lado, Ramona Pierret negó la versión de que era buscado por las autoridades. “Se hará justicia”, agregó la señora Ana Rosa Pérez.
El suceso tuvo lugar en el sector Villa Esperanza.
Yuber Algenys Muñoz Pierret (Popolita) fue trasladado por la comunidad al hospital Arístides Fiallo Cabral, antiguo Seguro Social, y luego referido al regional Antonio Musa, en San Pedro de Macorís, donde falleció.
Figura en los archivos policiales con una ficha por robo, el 26 de mayo del año 2019, según se informó.
“Popolita” dejó un hijo de tres años y una mujer embarazada.
Franklin Cordero
Continuar con Google