Montesinos sigue vigilando
El ADN recupera el Monumento y lo acondiciona como centro de actividades y exposiciones

Santo Domingo no es una ciudad monumental. O no lo ha sido y podría serlo. Si recupera los sitios históricos, algunos bellísimos, puede ofrecer un circuito de indudable interés cultural. Por algo es la Primada de América.
El Monumento a Fray Antón de Montesinos es uno de los que actualmente están en restauración, obra que ejecuta el Ayuntamiento del Distrito Nacional, con la decidida intención de convertirlo en un símbolo de la ciudad. En el símbolo de Santo Domingo.
Para el alcalde David Collado, las razones van más allá de la indudable calidad artística del monumento: “Es el grito que nos debe identificar. El del Sermón de Adviento, la primera voz que se escuchó en América en defensa de los indígenas. Es un monumento que debe recoger el espíritu de la ciudad de Santo Domingo, el espíritu en el que debe reconocerse.”
El monumento a Fray Antón de Montesinos fue donado por el gobierno mexicano del presidente López Portillo en 1982 e inaugurado un año después.
Desde México llegaron la estatua de imponentes manos de un bronce severo, las hermosas piedras volcánicas que alguien casi daña tratando de limpiar, los planos con impecables proporciones de su estructura. Y de México llegó la idea de hacer un monumento vivo que permitiera no solo la contemplación sino la actividad de los ciudadanos en su interior. Un monumento como centro de reunión de los ciudadanos.
Vigilante
Situada en uno de los extremos del malecón de Santo Domingo, la gran estatua parece defender la Ciudad Colonial. Fray Antón de Montesinos está representado gritando a los vientos del Caribe su Sermón de Adviento, ese que en 1511 realizó en defensa de la dignidad de los indígenas.
En torno al monumento se levantó una plaza donde en un tiempo se realizaban muchas actividades culturales y vecinales pero que la arrabalización del entorno convirtió en un punto abandonado y peligroso.
Hoy las obras del ADN, que se espera sean entregadas en marzo, perfilan ya un monumento con áreas de exposición y encuentros para actividades. La recuperación del entorno incluye el rescate de la playa hoy invadida por un sindicato de camioneros que la utiliza como parqueo por su proximidad al muelle.
En su interior se instalará un museo de piezas taínas cedidas por la Fundación García Arévalo. Habrá salas para exposiciones y la posibilidad de actividades al aire libre. Imposible pensarlo sin algunas plazas de parqueo: se habilitarán 39. Y se reconsidera la posibilidad de la rampa del proyecto original que cruzaba desde la ciudad al monumento, salvando el tráfico del Malecón.
Junto al Ayuntamiento del Distrito Nacional trabajan en el rescate la embajada de México y el Ministerio de Cultura.
En la siguiente imagen de 360 grados pueden apreciarse el monumento y sus alrededores.







Inés Aizpún