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Ciudad Colonial
Ciudad Colonial

Presión demográfica fue causa de la destrucción de muralla oeste de Ciudad Colonial

En 1884 Lilís emitió el decreto 2198 que ordenó extender calles hacia la parte oeste

El miedo a invasiones de corsarios en la antigüedad y la amenaza de ocupación de los haitianos recientes desaparecieron, la Independencia, luego la Restauración, eran la prueba de que el ideario de libertad de los patricios había germinado, y aunque la muralla de protección física de la ciudad se mantenía desde hacía más de un siglo, las aspiraciones de la naciente República no tenían límites.

La mejoría de la situación económica de finales del siglo XVIII y la presión social de expansión de la sociedad impulsaron al presidente Ulises Hilarión Heureaux Lebert (Lilis) a emitir el decreto número 2198, del 11 de febrero de 1884 que ordenaba el derribo de una parte de la muralla oeste de la hoy Ciudad Colonial.

En su primer considerando, el decreto 2198 establecía que ante el aumento diario de la población de la Capital se hacía indispensable facilitar el ensanche de la misma hacia los terrenos, que por su situación topográfica presten mayores comodidades a los habitantes.

El arquitecto, historiador y conocedor de la Ciudad Colonial, Esteban Prieto Vicioso cuenta que la ciudad fue creciendo desde las calles Las Damas, Isabel la Católica, Arzobispo Meriño hasta la Hostos y en la parte Norte hasta Las Mercedes, aunque luego, en la parte alta, se crearon los barrios San Lázaro, San Antón, San Miguel, entre otros.

“Las Murallas, hasta el final del siglo XIX, con la puesta del sol se cerraban las puertas y se abrían en la mañana, estamos hablando de historia de no muy para atrás, a mi abuelo le tocó eso y en el momento de la Independencia Duarte, Sánchez y Mella tenían que entrar a la ciudad antes de las seis de la tarde y si no les cerraban las puertas”. Eran cuatro las puertas, de acuerdo con el historiador, pero además contaba con fuertes como San Gil, San José, de La Concepción, San Diego, del Angulo, de La Caridad, de La Carena y otros.

El también director de la Oficina de la Obra y Museos de la Catedral de Santo Domingo cuenta que finales del siglo XIX, el país estaba en calma políticamente y se consideraba innecesario que la ciudad se mantuviera encerrada.

“Es así como el 11 de febrero de 1884 el presidente Ulises Heureaux autorizó la demolición de la muralla para que se produjera la prolongación de las calles horizontales (Este-Oeste) Las Mercedes, Santo Tomás (hoy Arzobispo Nouel), Universidad (hoy Padre Billini) y Misericordia (hoy Arzobispo Portes).

Luego de realizadas estas brechas en la muralla y otras hacia el norte, la ciudad comenzó a desbordarse y se da una rápida expansión. Se comienzan a construir casas adosadas a la muralla por su lado exterior y ese mismo año de 1884, el ingeniero J. M. Castillo traza los planos del primer ensanche extramuros, que hoy conocemos como Ciudad Nueva.

Risoris Silvestre, arquitecta y directora del Centro de Inventario de Bienes Culturales, considera que la mejoría de la economía con la apertura de ingenios en los alrededores de la Capital, así como fábricas y el incremento de inmigrantes en la ciudad y sus alrededores contribuyeron con la expansión de la misma.

“Eso daba como consecuencia que las viviendas habían adquirido una segunda planta. Dejaban la primera para negocio y la gente vivía arriba. La ciudad se llenó de gente, de 6,000 habitantes que habían después de la Restauración de 1865, rápidamente en 1875 había como 14,000 habitantes mucho más del doble y después a la vuelta del siglo había 18,000, era una necesidad dejar libre la ciudad”.

Con el derribo de una parte de la muralla en la parte Oeste, los propietarios de esos terrenos, que eran fincas de personas con buena posición económica, comenzaron a venderlas por solares luego de un trazado realizado por un ingeniero J. M. Castillo. Actualmente la división de la Zona Colonial y Ciudad Nueva son las calles Palo Hincado y la Pina. En el patio de las viviendas que tienen acceso a ambas vías todavía queda parte de la muralla derribada luego del decreto de Lilís.

Por los patios de las viviendas queda parte de la muralla y muchos de los propietarios de viviendas a ambos lados hasta desconocen que viven o tienen negocios en el límite oeste de la Ciudad Colonial. En algunos casos se han construido viviendas adosada y encima de la muralla que conectaba desde el Fuerte San Gil desde la costa, cruzando la actual avenida George Washington, hasta el fuerte de La Concepción, atravesando lo que es hoy la avenida Bolívar y doblando por la Juan Isidro Pérez, paralela a la avenida Mella, antigua Capotillo.

La parte norte de la antigua ciudad del nuevo mundo, San Carlos y Villa Francisca fue poblada por familias de las islas canarias para repoblar la parte española. En principio fueron asentados en la zona donde en la actualidad funciona el Aeropuerto Joaquín Balaguer o del Higüero, les dieron facilidades como tierra y ganado, pero según narra el arquitecto Esteban Prieto, muchos de los habitantes se enfermaron y no les fue bien en ese lugar y decidieron venir más cerca de la ciudad de Santo Domingo, pero no todos dentro de la muralla, una parte se quedó a unos 500 de la misma, así nacieron San Carlos y Villa Francisca.

Una parte vivía en la parte interna de la muralla, pero como las puertas las abrían cuando salía el sol, muchos dijeron que ellos eran agricultores que se levantaban de madrugadas a atender sus tierras desde que salía el sol y no podían vivir dentro de la ciudad y de ahí es que entonces fundan San Carlos.

“Les prohíben construir su vivienda de tapia, mampostería, de piedra. Tenían que construirla de madera porque si venía algún invasor a tomar el poblado de San Carlos, tenían que quemarlo para que el invasor no tuviera sitio donde acomodase y de ahí poner cañones y hacer un sitiado y comenzar desde ahí a bombardear y atacar la ciudad, No fue hasta muy avanzado el siglo XVIII que se le permite hacer una iglesia de mampostería”, cuenta Prieto.

La ciudad intramuros tiene en la actualidad 21 calles en un espacio de (930,000 m2), siendo sus principales vías Las Damas, Isabel la Católica, Arzobispo Meriño, Palo Hincado, Duarte, 19 de Marzo, así como Las Mercedes, El Conde, Arzobispo Portes, Padre Billini, Restauración, entre otras.

En los casi 524 años de fundada, la Ciudad Colonial ha guardado importantes historias, desde ser la cuna de los libertadores y fundadores de la nacionalidad dominicana, hasta ser escenario de la historia reciente como la revolución de abril de 1965, donde funcionaba el gobierno constitucionalista.

El Banco Interamericano de Desarrollo(BID) y el Gobierno desarrollaron la primera fase de un proyecto para devolverle, en parte, las características a la ciudad más vieja del continente, retirando elementos de la modernidad como el cableado por aire, rescate de viviendas y monumentos, lo que ha generado un mayor interés por vivir en la zona, instalar negocios o visitar el lugar por parte de dominicanos y extranjeros.

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Licenciado en Comunicación Social por la universidad O&M. Ha ejercido el periodismo desde 1988 en radio, televisión y periódicos.