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¿Cómo se beneficia un ciudadano de las Estancias Infantiles?

Diario Libre conoce las dos caras de uno de los ejes centrales del Gobierno que busca garantizar el desarrollo sostenido de las generaciones del porvenir

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¿Cómo se beneficia un ciudadano de las Estancias Infantiles?
Niños y niñas del Centro de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI) Brisas del Norte, Boca Chica, mientras almorzaban bajo la supervisión de agentes de educación inicial. (DIARIO LIBRE/ PEDRO BAZIL)

SANTO DOMINGO. ¿Cómo se beneficia la familia, los niños y las niñas de las denominadas Estancias Infantiles? ¿Qué programas de formación reciben los infantes en esos centros? ¿Qué proceso agotan para ingresar y qué cuidado reciben?

Diario Libre visitó el Centro de Atención Integral a la Primera Infancia “Brisas del Norte” y uno de los Centros de Atención Integral a la Infancia y la Familia que operan en el municipio de Andrés, Boca Chica, y conversó con tutores, docentes y técnicas del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI) que describieron las dos caras de uno de los ejes centrales del Gobierno que busca garantizar el desarrollo sostenido de las generaciones del porvenir.

Como parte del programa Quisqueya Empieza Contigo (QEC), concebido en el marco del plan Quisqueya Sin Miseria que coordina la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia (DIGEPEP), el Gobierno dominicano destinó en el Presupuesto General del Estado del año 2013 la suma de unos 47,300 millones de pesos para la construcción, en una primera etapa, de cien Estancias Infantiles.

De esas cien contempladas para enero de 2016, suman 96 las que hoy operan a nivel nacional con una cobertura de 102,066 niños y niñas.

Para gestionarlas el Gobierno creó el Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI). Allí nacen las dos modalidades de centros de atención a los niños, las niñas y a las familias (los CAIPI’s y los CAFI’s).

La experiencia de los CAIPI

Los Centros de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI) son espacios destinados para el cuidado permanente de niños y niñas en situación de vulnerabilidad multidimensional. Así los describe la coordinadora nacional de las llamadas Estancias Infantiles, Ana Raquel Cabrera Pimentel.

“A CAIPI va un niño o una niña que precisa de una atención institucionalizada... un niño que está siendo cuidado por otro niño; un niño de padres adictos, un niño o niña que en su hogar prima la inestabilidad en diversas formas”, expresa Cabrera.

En los CAIPI los niños son recibidos desde los 45 días de nacidos hasta los cuatro años y 11 meses.

Allí agotan un programa de estimulación temprana y de formación por espacio de nueve horas y media de lunes a viernes y reciben cinco comidas elaboradas “bajo un estricto esquema de nutrición”, como explica en el siguiente vídeo Yokasta Soto, directora del CAIPI Brisas del Norte de Boca Chica, quien también conversó con DL:

Cada uno tiene un cupo limitado de 226 niños distribuidos en 10 salas de acuerdo a sus edades.

A excepción de las de lactantes –concebidas para las madres que deseen amamantar en horario distendido–, cada sala cuenta con una agente, licenciada en Educación Inicial, y una asistente calificada.

Tanto en los CAIPI’s como en los CAFI’s los niños, las niñas y las familias interactúan, además, con agentes de salud emocional y de nutrición.

Al completar los programas de formación, pasan automáticamente a la jornada escolar extendida. “Cada niño que ingresa a un CAIPI o a un CAFI tiene un cupo garantizado en las escuelas públicas. Consumado el proceso, procedemos a darle seguimiento por un año”, asegura la funcionaria.

¿Cómo ingresan los niños y las niñas a las Estancias Infantiles (o CAIPI’s) y a los CAFI’s?

Los CAIPI’s no son centros abiertos. Los niños y las niñas que ingresan pertenecen a una red regulada por el Departamento de Participación Comunitaria del INAIPI.

Es a través de un diagnóstico a comunidades que se identifica los 1600 niños y niñas que pasarán a formar parte de esa red -compuesta por un CAIPI y cuatro CAFI’s-.

“Con una ficha diagnóstica nosotros identificamos los servicios que hay en esa comunidad para esos niños; vamos casa por casa a conocer la situación de las familias, su condición socioeconómica. Después procedemos a introducir los datos obtenidos en un sistema que, mediante algoritmos, nos arroja los 1600 niños y niñas que formarán la red y nos detalla cuáles van a los CAIPI’s y cuáles van a los CAFI’s”, explica Cabrera Pimentel.

La experiencia de los CAFI

A diferencia de los CAIPI, los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAFI) son abiertos a la comunidad, expone Altagracia Olivo, coordinadora nacional del programa.

Cada CAFI acoge a 368 niños y niñas que asisten dos veces por semana por espacio de tres horas entre la mañana y la tarde.

“A CAFI van los niños que tienen un cuidador permanente, una abuela, una madre, un padre, tío o tía. Distinto a los CAIPI’s, aquí los niños y las niñas no están semi-internos, sino que asisten dos veces por semana al centro y los días que no asisten un grupo de animadoras los visita en sus casas”, agrega.

Al igual que en los CAIPI’s, en los CAFI’s los niños y las niñas desarrollan una rutina normal de educación inicial que va de la mano con un plan de sensibilización familiar sobre temas de alimentación, higiene y protección.

En los hogares, las animadoras se apoyan en la estrategias de formación y planificación familiar. “Nosotros contamos con un equipo de animadoras comunitarias que acompañan permanentemente a las familias hasta que los niños ingresan a la escuela formal”, expresa Olivo.

Los cuidados y los recursos que destina el Estado a través de los CAFI para las niñas y los niños representan un ahorro promedio de unos seis mil pesos mensuales para sus tutores.

La meta del Gobierno de cara al año 2020, cuando concluye el segundo mandato del presidente Danilo Medina, es tener una Estancia Infantil por plantel escolar.

Los resultados que arrojan éstos programas en el corto y mediano plazo cuentan con el aval de organismos como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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