Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Endeudamiento
Endeudamiento

Deudores Anónimos: cuando el dinero se convierte en adicción

En el país se reúnen varios de estos grupos de autoayuda para tratar la disfunción financiera

Expandir imagen
Deudores Anónimos: cuando el dinero se convierte en adicción
Ilustración: Ramón L. Sandoval

SANTO DOMINGO. No se había dado cuenta de la magnitud de su fracaso financiero, hasta que sacó cuentas y concluyó que había acumulado una deuda de RD$20 millones.

Entre préstamos a bancos y usureros transcurría la vida de "Lucía" (nombre ficticio), hasta que fue diagnosticada como deudora compulsiva, y hoy es tratada en uno de los grupos de Deudores Anónimos que se reúnen en el país.

"En el 2000 yo hice mucho dinero, a los cuatro años no tenía nada, en el 2006 volví e hice mucho dinero, volví y los perdía, en 2010 igual, y llegó un momento en que no pude más, y ¿sabes qué?, perdí todo, tuve que venderlo todo para empezar de cero", se lamenta la madre de 46 años.

Viajar y gastar 20 mil euros no era un asunto a presupuestar. "Yo tenía 15 (mil euros), pero buscaba cinco prestados", recuerda Lucía. "La enfermedad no te permite ver consecuencias. Tu sientes una voz que te dice no lo hagas, y hay otra que te dice: dale para allá que tú puedes conseguir ese dinero mañana, y cuando viene a ver estás metida en un fango del que no puedes salir".

La adicción a las deudas y el alcoholismo llevaron a Lucía a un intento de suicidio. Cayó en una crisis familiar y fracasó en su trabajo. Hoy vive en la casa de su hermana.

Desde hace un año se reúne en Deudores Anónimos con más personas que tienen serios problemas de manejo financiero. Fue referida como parte de su terapia en la fundación Fénix, una entidad que se dedica al tratamiento de las adicciones, y donde se celebran reuniones del grupo. "Somos casi 30 personas, jóvenes, adultos, mayores, señoras, abuelas, hay de todo. Hay muchachos de 15 años, porque a esa edad la enfermedad se puede manifestar", dice Lucía.

Deudores Anónimos, un grupo de autoayuda que surgió de unas reuniones de recuperación de Alcohólicos Anónimos, funciona a nivel mundial, y desde el 2000 tiene presencia en República Dominicana, según reseña un material orientador de Fénix titulado: "Las disfunciones con el dinero". Las reuniones son tan confidenciales que no se le permitió a DL visitar una.

¿Cómo saber si tienes problemas?

Una persona se convierte en deudor compulsivo cuando es incapaz de producir el dinero suficiente para cubrir sus necesidades o por su incapacidad emocional de utilizar lo que produce para cubrirlas. La enfermedad no discrimina edad ni clase social.

Vicente Tapounet Brugal, consejero en adicciones y director de Fénix, indica que la disfunción con el dinero no es nueva. Sin embargo, destaca que actualmente se suelen ver más casos porque la gente es bombardeada a través de los medios de comunicación con un tipo de vestimenta, de teléfono inteligente o un perfil, que se convierten en un estímulo para quien no tiene una identidad bien desarrollada.

"Es un impulso muy fuerte a adquirir esas cosas, aun no se tenga la base económica para lograrlo, entonces eso puede ser el terreno fértil para que una persona empiece el desarrollo del endeudamiento compulsivo o de la compra compulsiva", dice.

Especialistas clasifican varios tipos de disfunciones referentes al dinero: gastador compulsivo, perseguidor del gran negocio, adicto a la pobreza, adicto al mantenimiento, codependiente del dinero, trabajador compulsivo y subganador compulsivo.

En el caso del gastador compulsivo, se identifica por su obsesión a gastar, ya sea en juegos de azar o compras en tiendas, en ofertas televisivas o por la Internet. Si se le acaba el efectivo, se endeuda con la tarjeta de crédito, préstamos rápidos, adelantos salariales u otras modalidades, aunque sepa que no podrá pagar.

"Los gastadores compulsivos viven angustiados ante sus fuentes de facilitación de dinero; usualmente recurren a la fuga geográfica, viven temerosos de las llamadas telefónicas de las agencias de cobro o los llamados a la puerta, y pueden desarrollar patologías paranoides. El peso abrumador de las deudas, suele llevarles a contemplar el suicidio", indica el folleto de la fundación Fénix.

¿Cómo superarlo?

"Yo me compraba una blusa y cuando llegaba a la casa tenía otra igualita", recuerda Lucía con pesadez.

Tapounet Brugal explica que cuando se trata a un deudor compulsivo, lo primero que se trabaja es en hacerlo consciente de su realidad y de dónde viene el estímulo principal para que inicie una cadena de deudas, de empréstitos, que no tiene la capacidad de solventar.

Al recién llegado a Deudores Anónimos se le pide que no haga ningún cambio en su conducta con el dinero por unas cuantas semanas, y que se limite a escuchar y preguntar.

A las pocas semanas, se le sugiere que lleve un registro del uso de su dinero. En una herramienta denominada "Reunión de Alivio de Presiones", la persona consigue un plan de acción a corto plazo.

La recuperación y la abstinencia es un proceso que requiere de la voluntad del adicto. Así, Lucía pudo rescatar su relación familiar y pagar sus deudas. Aún debe ir a terapia por tiempo indefinido, pues aunque entró en recuperación, está consciente de que "la enfermedad está ahí". "Para un deudor, coger prestado es una recaída", indica.

La clave, dice Lucía, es la actitud. "Si yo, en consumo de alcohol, en deudas compulsivas, pude hacer dinero y cosas buenas, imagínate ahora, con la mente clara, organizada, lo que puedo hacer", concluye.

 Otras disfunciones con el dinero:

- Perseguidor del Gran Negocio: se alimenta de la idea de que el dinero puede y resolverá todos los problemas. Vive entre estados de euforia y frustración. Cuando encuentra una buena ganancia, dilapida el dinero para perseguir otro gran negocio.

- Adicto a la Pobreza: vive con la convicción de que existen aspectos de virtud en la deprivación material. Sentimientos de culpa y vergüenza asociados al dinero lo llevan al extremo de tener ropa vieja y rota, descuidar su cuidado personal y dificultársele botar artículos inservibles.

- Adicto al Mantenimiento: tiene la idea obsesiva de que es incapaz de cubrir por sí mismo sus necesidades y de que alguien vendrá en su auxilio. Suele vivir arrimado en casa de alguien, tiene dificultad para mantener un trabajo o mantiene un empleo de bajo perfil, y puede asumir roles de víctima.

- Codependiente del Dinero: es capaz de producir dinero, pero siente vergüenza y culpa de gastarlo en sí mismo. Se hace una falsa y obsesiva idea de que mientras tenga recursos para solucionar los problemas económicos de sus seres queridos, será aceptado.

- Trabajador Compulsivo: tiene la idea de que necesita trabajar para sentirse útil, pero termina prácticamente viviendo para trabajar. Pueden superar los límites de vigilia y sueño, descuida su alimentación y cuidado personal. Si ostenta un puesto de mando, es capaz de ser duro con los subordinados.

- Subganador Compulsivo: tiende a verse a sí mismo como condenado a vivir haciendo deudas para sobrevivir, pero si deja de tenerla, es incapaz de producir lo suficiente para sus necesidades.

 *Para contactos con la fundación Fénix visite fenix.org.do o llame al 809-683-4029. 

TEMAS -