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Edificios del siglo XX, protagonistas de una ciudad moderna

La arquitectura moderna, que se caracterizó por la simplificación de las formas y la ausencia de ornamentos y, sobre todo, por el uso de nuevos materiales como el acero y el concreto armado, cuenta con interesantes ejemplos en la ciudad de Santo Domingo. Entidades como el Docomomo Dominicano luchan por su reconocimiento.

La ciudad de Santo Domingo inicia en la primera mitad del siglo XX una transformación arquitectónica que fue definiendo su perfil urbano hasta llegar a la ciudad que hoy conocemos. Pese al valor patrimonial que representan edificaciones levantadas para esta época, la mayoría lucen abandonadas y no existen políticas claras que permitan su rescate y conservación.

Jóvenes arquitectos, muchos de ellos con estudios en universidades europeas, comenzaron a plantar edificios que representaron lo más vanguardista del estilo moderno, que perfilaron una tendencia arquitectónica que revolucionaba el mundo occidental. También para esta época se construyeron estructuras aún conservadoras, con tendencias neoclásicas y ecléticas.

 

Preocupado por el futuro de estos edificios patrimoniales, el Comité Dominicano para la Documentación y Conservación de los Edificios, Sitios y Barrios del Movimiento Moderno (Docomomo Dominicano) realizó la identificación y documentación de 24 edificaciones en la Ciudad Colonial y dos en el Centro Histórico de Santiago.

Este programa pretende lograr en los próximo años la identificación completa, por medio de tarjas colocadas en sus fachadas, de los ejemplos relevantes del Siglo XX, donde las piezas del movimiento moderno han jugado un papel transcendental en el desarrollo de la modernidad y la tecnología constructiva.

La arquitecta Mauricia Domínguez, coordinadora general del Docomomo Dominicano, señaló que muchas personas consideran que los edificios construidos en el siglo pasado no son patrimoniales; "pero se equivocan, porque son elementos que cambiaron la forma de vida de los ciudadanos a partir del siglo XX, y también cambiaron el perfil urbano en términos arquitectónicos, transformando la distribución de los espacios internos, los elementos ornamentales y la composición de las estructuras de los edificios".

La arquitecta Domínguez habló durante el acto de develizamiento de la tarja del Palacio Consistorial, ubicado en la calle Arzobispo Meriño, el cual es un edificio del siglo XVI, donde funcionó el primer cabildo estable de América, pero que exhibe elementos modernos, introducidos entre 1906 y 1917.

Expuso que desde el año 2002 se ha revertido la mirada siglo XX, entendiendo que es prioridad la salvaguarda del patrimonio reciente, en particular los asociados a los estilos modernos, "porque forman parte importante del patrimonio común y es muy susceptible de sufrir alteraciones en sus cualidades arquitectónicas por la falta de reconocimiento y protección".

La arquitecta explicó que el compromiso de Docomomo Dominicano en la difusión y salvaguarda del patrimonio es apoyado por la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental, el Ayuntamiento del Distrito Nacional, el Comité Dominicano del ICOMOS, la Fundación Palm y la revista Archivos de Arquitectura Antillanas.

LA OPINIÓN OFICIAL

Por su parte, la arquitecta Diana Martínez, directora de Patrimonio Cultural Inmueble del Ayuntamiento del Distrito Nacional, explicó que pese a la indiferencia de muchos con respecto a las estructuras levantadas en el pasado siglo, se ha desarrollo una sensibilidad y se ha comenzado a reconocer su valor patrimonial.

La arquitecta Martínez sostuvo que en este proceso de reconocimiento ha habido dos momento importantes, y uno de ellos fue cuando se logró que el Consejo de Regidores del Ayuntamiento del Distrito Nacional aprobara la ordenanza 3-2011, sobre zonificación, regulación, uso e intervención en la Ciudad Colonial, donde se incluyeron los edificios del siglo XX.

"Pienso que el segundo paso concreto es la colocación de las tarjas, porque habrá una visibilidad de la importancia que tiene el edifico. Es importante que lo vea el transeúnte y que el propietario haga conciencia del valor de su inmueble", señaló la profesional de la arquitectura.

Por su parte, la arquitecta Edda Grullón, directora de Patrimonio Monumental, calificó la iniciativa como muy importante, tanto para los residentes como para los usuarios y turistas de la Ciudad Colonial, porque les permitirá apreciar el valor de los espacios por los que transitan. "Es una iniciativa sencilla que nos demuestra que se pueden hacer cosas con poco presupuesto, pero valiosas e importantes".

Explicó que con la identificación de los inmuebles se abren nuevos espacios en el casco histórico de Santo Domingo, porque ahora los visitantes podrán encontrar lugares de interés que no son los tradicionales. Dijo confiar en que el plan culmine con una ruta de la arquitectura del siglo XX de la Ciudad Colonial, "que es un proyecto que tiene mucho futuro".

QUÉ ES DOCOMOMO

Documentation and Conservation of Building, Sites and Neighbourhoods of the Modern Movement (Docomomo) es una organización internaiconal sin fines de lucros creada en el 1988 en la Universidad Tecnológica de Eindhoven, que se dedica a la documentación y conservación de la arquitectura del movimiento moderno y la defensa del patrimonio arquitectónico.

MOVIMIENTO MODERNO

El movimiento moderno representó un cambio sustancial en el campo de la arquitectura y el arte, tuvo su germen en la Escuela de la Bauhaus y su principal desarrollo en el Movimiento Moderno vinculado al Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (1928-1959),

El concepto de arquitectura moderna o contemporánea, entendida como algo estilístico, se caracterizó por la simplificación de las formas, la ausencia de ornamento y la renuncia consciente a la composición académica clásica, que fue sustituida por una estética con referencias a la distintas tendencias del denominado arte moderno (cubismo, expresionismo, neoplasticismo, futurismo, y otros).

Pero fue, sobre todo, el uso de los nuevos materiales como el acero y el concreto armado, así como la aplicación de las tecnologías asociadas, el hecho determinante que cambió para siempre la manera de proyectar y construir los edificios o los espacios para la vida y la actividad humana.

MONUMENTOS DEL SIGLO XX

Palacio Consistorial. Ubicado en la Arzobispo Meriño, su construcción es del siglo XVI, pero sufrió modificaciones durante los siguientes siglos, siendo la más radical la realizada en el gobierno Báez, por Osvaldo Báez Machado, quien incorporó la torre esquinera para colocar el reloj.

Hotel Conde de Peñalba. Obra del 1943, ubicada en la Calle El Conde, de los arquitectos españoles Joaquín Ortiz y Tomás Auñón. El Presenta elementos de vanguardia contrapuestos a la rigurosidad del clasismo, dos esquinas urbanas convexas se equilibran en una dinámica tensión. Se destacan las suaves líneas de balcones y los grandes arcos abiertos.

Edificio Fernández. José Antonio Caro Álvarez y Leo Pou Ricart lo construyeron en 1936 en la calle El Conde. La planta baja es comercial y las superiores son viviendas. En su interior, un mezzanine servía de almacén de mercancías. Los detalles del bloque vertical de las escaleras contrasta con la horizontalidad fraccionada de los balcones. Es uno de los más destacados ejemplos Art Deco de la vieja ciudad.

Edificio Baquero. Ubicado en la calle Hostos, fue construido por Benigno de Trueba en 1927. Fue el edificio más alto de durante 40 y con el que se consolidó la modernidad en Santo Domingo. De gran calidad constructiva y ornamental, contaba con los últimos adelantos técnicos, tales como el primer elevador, amplias vidrieras, revestimientos exteriores y sótano.

Edificio Diez. Terminado de construir en el 1929 por Benigno de Trueba en la calle El Conde, contaba con locales comerciales en la primera planta, apartamentos en la segunda y oficias a partir de la tercera. La composición de la fachada es la más rica de la ciudad, un gran portal encierra una colosal arcada y en cada nivel se abren entre los arcos balcones con creativos diseños individuales.

Edificio González Ramos. Edificio comercial de tres niveles, obra del arquitecto Humberto Ruíz Castillo. Representa un logro arquitectónico. Sobre un basamento de granito oscuro, aligerado por las grandes vidrieras, se extienden los pisos superiores que vuelan ondulantes, acompañados por tramos alargados de ventanas zigzagueantes. Fue construido en el 1946 en la calle El Conde.

Edificio Cerame. Construido por el ingeniero Benigno de Trueba para la firma Cerame & Company de Puerto Rico. Es uno de los principales hitos de la calle El Conde al cambiar el perfil urbano, aún de modestas construcciones en 1923. Aparentemente de tres niveles, se oculta otro piso detrás de la gran cornisa.

Edificio Rodríguez. Edificio comercial de 1848, obra de José Antonio Caro Álvarez, quien continúa la estética que inició en el Copello. Los niveles superiores se levantan sobre pilares expuestos en el primer nivel. En su fachada secundaria solo interrumpe la continuidad de los ventanales el espaciamiento estructural en una racional composición.

Edificio Saviñon. Sede de la Lotería Nacional en el 1946, construido por Luis Amable Iglesias. La entrada fue colocada en el chaflán realzado por una marquesina dentada. Amplias vidrieras en primer nivel se abren hacia la vía principal. En los niveles superiores los pasillos de acceso se colocan hacia el frente, disimulados por quiebrasoles . Se destaca la solución de esquina culminada por un torreón estriado.

Edificio Copello. Primer edificio comercial de índole moderno de la ciudad, construido en 1939. Sus fachadas lisas, sin ornamentación ni estructuras visibles causaron sorpresa en la población. La sensación de gravidez, el cuerpo traslúcido de las escaleras, las ventanas continuas y el tratamiento curvo de las esquinas, demuestra el conocimiento de Guillermo González Sánchez de los postulados del Movimiento Moderno.

Residencia Francisco J. Peynado. Galardonada como la mejor construcción por el Ayuntamiento, su emplazamiento fue aprovechado por Andrés Gómez Pintado, en 1910, para crear las tres fachadas de edificios con igual categoría cada una. Composición eclética, se destacan los balcones, las cornisas y el antepecho irregular, único en la ciudad.

Iglesia Nuestra Señora de la Altagracia. Estructura del hormigón armado con bóveda de cañón corrido, construida sobre la antigua capilla del hospital San Nicolás de Bari por Osvaldo Báez Machado, en 1922. De corte eclético destaca el imponente campanario colocado en la esquina. Está ubicado en la calle Hostos, número 253.

Palacio de las Telecomunicaciones. Ubicado en la calle Isabel La Católica, número 203. Es una pieza aislada de composición simétrica, de tres niveles hacia el acceso principal y cuatro en la parte posterior, porque aprovecha el desnivel del terreno. Grandes pilastras en granito seccionan los paños de ventanas en un ritmo tradicional. Construido por Luis Armando Iglesias en 1946 y recientemente restaurado.

Banco de Reservas. Obra construida en 1955 por Alexander Aeron. Es un gran volumen coronado por una cornisa de estrísa curvas de marcado sentido Decó. Una fachada marcadamente simétrica enfatiza el centro con portal monumental. Los interiores son de excepcional calidad espacial y se encuentran aun intactos.

CODIA. Construcción original del siglo XVI en las dos primeras crujías, modificada en 1921, para albergar la Casa de España. La modificación de la fachada, la gran escalinata imperial y los anexos laterales, son realizados para destacar las áreas abiertas en un lenguaje preeminentemente ecléctico. Está ubicada en la Padre Billini, número 58.

Residencia Elmúdesi. Pieza única de la arquitectura local por sus proporciones y formas armónicas. Construida por Benigno de Trueba durante la transacción al movimiento moderno, 1936, se destaca por el diseño, los detalles decorativos, la herrería, la carpintería, el material como recurso compositivo y el tratamiento urbano.

Palacete Vicini. Imponente estructura ubicada en la 19 de Marzo, número 113, construida por Antonín Nechodoma, en 1920. Su composición sobria y majestuosa enfatiza las colosales columnas y el balcón curvo. En el interior, la gran escalera semicircular lleva a las estancias más íntimas del piso superior. La riqueza de las terminaciones y de los detalles hacen del inmueble uno de los más ricos en la capital.

Residencia Mondesert. Uno de los ejemplos más puro del Art Decó. Diseñada con la tipología vivienda-comercio, se destaca el torreón esquinero del cuerpo de las escaleras. Un alto zócalo de granito rojo define el primer nivel. La planta en forma de U define las estancias hacia un patio interior. Ubicada en la calle José Reyes, número 4, fue diseñada por Humberto Ruíz Castillo, 1934.

Instituto de Señoritas Salomé Ureña. La pureza de los volúmenes y el espacio interior del cuerpo central son elementos destacables de una arquitectura racional, integrada sin escándalo al perfil del centro histórico. La fachada enfatiza la horizontalidad con las molduras, los aleros y las ventanas. Está ubicada en la padre Ballina, número 304 y fue construida por Marcial Pou Ricart en 1944.

Hospital Padre Billini. Construido sobre las bases del antiguo hospital de San Andrés por Osvaldo Báez Machado, en 1926, se desarrolla en dos niveles con dos grandes patios con pasillos periféricos. Las fachadas sólidas y macizas se aligeran por los grandes ventanales seccionados que recuerdan las composiciones de la Escuela Chicago.

Edificio del antiguo Instituto del Libro. Pieza arquitectónica simple y de composición exquisita. José Antonio Caro Álvarez, en 1952. renueva el lenguaje del tradicional edifico de tres planta mixto. El quiebre de los planos en la primera planta amplía el espacio público y los balcones corridos de los pisos superiores, acompañados por cortinas de bloques curvos de pavés, son innovadores para el momento. Se encuentra en la calle Arzobispo Nouel, número 358.

Cuerpo de Bomberos. Una de las piezas del Moderno más puras de la ciudad. Construido en el 1944 por los arquitectos Guillermo González Sánchez y José Antonio Caro Álvarez para la celebración del centenario de la Republica . La horizontalidad está remarcada por el cuerpo principal, de planta libre para la colocación de los vehículos. La ventana originalmente era de celosías de madera, adaptación tropical al Moderno.

Edificio Santos. Construido por Joaquín Ortiz y Tomás Auñón, en 1941, la casa-almacén Santos, ubicada en la calle Pina, tiene tres niveles, con mezzanine en la primera planta y un pequeño estudio en la azotea. Entre medianeras, tiene una ingeniosa solución para iluminar con luz solar el espacio del almacén de la planta baja. Un gran balcón corrido corona la planta superior, con un vuelo curvo donde se destaca la columna de granito negro irregular.

Estación de Servicio Texaco. Ubicada en la avenida Independencia, esquina Mariano Cestero, se construyó en 1950. Como las alas de un ave se abren las dos marquesinas, de forma trapezoidal. El cuerpo central sirve como área de interconexión, aprovechándose para las oficinas. Es una de las primeras estaciones de combustible dobles que permitían acceder al interior a los vehículos.