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El complejo proceso de aprender la lengua de señas

El diagnóstico de sordera se realiza en el país después de los 2 años de edad

En RD hay 35 escuelas para sordos y una población de 127, 400 personas con discapacidad auditiva

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El complejo proceso de aprender la lengua de señas
Las escuelas para sordos desarrollan el mismo currículo que los centros educativos regulares y enseñan lengua de señas.

En República Dominicana hay alrededor de 127, 400 personas con discapacidad auditiva, de las cuales mil 776 asisten actualmente a escuelas y aulas específicas para sordos, donde aprenden el lenguaje de señas para poder comunicarse.

Los niños con discapacidad auditiva suelen ingresar a estos centros a una edad tardía que sobrepasa los dos o tres años de edad, pues en el país no se realiza el tamizaje neonatal de manera universal, según explicó a DL Clara Elena Marte, técnico docente de la Dirección de Educación Especial del Ministerio de Educación (Minerd).

“El tamizaje neonatal se hace con un aparatito que se llama emisiones oto acústicas, a través del cual se le envía un sonido al cerebro y se puede detectar si el aparato auditivo del niño captó el sonido”, explicó la especialista.

Lamentó que este procedimiento no es universal en nuestro país, pues de ser así se podría obtener el diagnóstico de discapacidad auditiva en las primeras 72 horas de vida, y la familia podría pasar más temprano a un programa de aprendizaje del lenguaje de señas y de superación del duelo por la condición del recién nacido.

Balbucean con las manos

El aprendizaje de la lengua de señas ocurre bastante rápido en los niños con discapacidad auditiva, y en menos de un año pueden ya hacer uso de su “idioma”, sin embargo no es hasta los 4 o 5 años cuando pueden realizar las señas de manera precisa.

“Pequeñitos balbucean con las manos, como los bebés oyentes balbucean en sí la lengua oral, pero de 4 a 5 años ya sus movimientos son precisos”, apunta Marte.

Explicó que, contrario a lo que se podría pensar, es más fácil aprender el lenguaje de señas para una persona no oyente, que para alguien que ya domina una lengua oral, en cuyo caso le tomaría varios años, como cuando se aprende una lengua extranjera.

El proceso

Clara Elena Marte, quien es además coordinadora general del Centro Nacional de Recursos para la Discapacidad Visual Olga Estrella, explicó que una vez el infante no oyente ingresa a la escuela para sordos, ocurren varios procesos simultáneos.

“Dentro de la escuela de sordos pasa el desarrollo del currículo normal, igual que en las demás escuelas, pero pasa otra cosa que no sucede en las otras escuelas y es que hay que enseñar lengua de señas, y además hay que enseñar el idioma español”, refiere Marte sobre el proceso de formación.

Expuso que, una vez el niño adquiere la lengua de señas y aprende su idioma nativo, (en el caso nuestro el español), es que se pasa a enseñar el currículo académico, pues para aprender cualquier asignatura se debe primero tener un lenguaje.

Las técnicas

La enseñanza de vocabulario y conceptos a los niños sordos no debe hacerse de manera aislada, sino insertando cada palabra o concepto dentro de una situación que resulte grata al niño y donde la palabra tenga un sentido concreto.

“Si yo quiero enseñar por ejemplo la palabra lapicero, yo le muestro el lapicero y crearía una situación en la que se me perdieron varios el lapiceros, le hago la seña y nos ponemos a buscarlos”, propone la especialista Clara Elena Marte, como un ejemplo de dinámica de clase.

Luego se socializa en torno a los lapiceros encontrados y se enseña la palabra escrita junto al dibujo de ese objeto, después se le muestra la seña correspondiente a ese vocablo y el deletreo con las manos.

“Se trata de un conjunto de técnicas, de elementos juntos para aprender un concepto, pero el concepto no debe estar suelto, en el aire, debe estar unido a una experiencia que para el niño sea grata”, precisa la docente.

Escuela para padres

En las escuelas de sordos hay una instancia llamada Escuela para Padres, de carácter obligatorio, donde una vez al mes, los progenitores o tutores del niño con discapacidad auditiva se reúnen para aprenden el lenguaje de señas.

“En las escuelas para padres, desde que el niño entra hasta que se va eso nunca termina, todos los meses hay sesiones para irles educando en la comunicación” expone Marte, al tiempo que destaca la importancia de que la familia inmediata aprenda a comunicarse con el niño, para poder conectar con él a nivel emocional.

Cogiendo la seña

Como todos sabemos, las lenguas son cambiantes y dinámicas, por lo que constantemente se crean nuevos términos o expresiones.

Pero ¿cómo se introducen estos nuevos vocablos al lenguaje de señas?

La docente Clara Elena Marte explica que en el país, la Asociación Nacional de Sordo (ANSORDO) se encarga de crear y difundir entre la comunidad de sordos, las señas correspondientes a los nuevos vocablos, a través de vídeos que se envían por las redes sociales.

“La Asociación Nacional de Sordos, que representa la comunidad sorda, ante cualquier evento importante publica un vídeo, y todos los sordos saben eso, y lo siguen, la asociación se pone de acuerdo y si una seña no existe, genera una nueva”, explica Marte.

Tal es el caso del término COVID 19 para el cual hubo que crear y difundir una seña nueva, la cual, sin embargo, no es universal, pues cada comunidad de sordos crea sus propias señas, en consecuencia, las lenguas de señas de cada país son distintas, independiente de si se comparte la misma lengua oral.

Tanto las señas que se refieren a una palabra o concepto como las que ilustran las letras del alfabeto (alfabeto manual) pueden ser totalmente diferentes de un país a otro.

“El alfabeto manual también cambia, el de aquí es muy diferente al de España, por ejemplo”.

La especialista expuso que en la República Dominicana se utiliza el mismo alfabeto manual que se usa en los Estados Unidos, (ASL) por sus siglas en inglés, sin embargo, en cada país de América Latina este alfabeto es distinto.

“Por ejemplo en Cuba cambia (el alfabeto manual), en Colombia cambia, en México cambia... o sea que, si yo deletreara la palabra lapicero, yo lo voy a deletrear igual que un norteamericano, pero un español no me va entender, ni un mexicano o un colombiano” explicó la docente.

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