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Violencia escolar
Violencia escolar

La violencia es dolor de cabeza
del sistema educativo dominicano

Reportaje El 51% de los y las adolescentes indicaron haber recibido acoso por otros adolescentes, el 46% reportó haber experimentado agresión física, 43% fue insultado mientras que el 20% dijo haber sido golpeado o que trataron de golpearles en sus genitales y un 18% dijo ser atacado por pandillas. Los maestros se querellan en fiscalía.

SANTO DOMINGO. La revolución del sistema educativo ha chocado de frente con el gran problema de la violencia escolar que desde hace muchos años ha sido la principal preocupación de los padres, docentes y estudiantes.

Con la asignación del cuatro por ciento del Producto Interno Bruto al sistema educativo, el Estado dominicano ha hecho mayores énfasis en mejorar la calidad de la educación y con ello la reducción de la violencia.

En los últimos diez años, diversos estudios realizados por el Ministerio de Educación, así como organizaciones no gubernamentales y el Centro Nacional de Estadísticas, revelan los altos niveles de agresiones físicas y psicológicas entre los actores del sistema educativo nacional.

El más reciente, “Incidencia de la violencia en adolescentes de 13 a 15 años en las escuelas públicas del sistema educativo de la República Dominicana”, describe que 4,400 adolescentes de las escuelas públicas identificaron que las formas dominantes de victimización son los delitos convencionales; la violencia entre iguales, el ser testigos o estar expuestos indirectamente a la violencia, así como el maltrato y la violencia sexual”.

Los estudiantes abordados por Henry Parada, Ana Leticia Ibarra, Rafael Burgos y María Elena Asuad describieron que entre los tipos de violencia que se da entre sus pares están los ataques de pandillas o gangas, agresiones genitales, bullying, acoso emocional y violencia de parejas.

El 51% de los y las adolescentes indicaron haber recibido acoso por otros adolescentes, el 46% reportó haber experimentado agresión física, 43% fue insultado mientras que el 20% dijo haber sido golpeado o que trataron de golpearles en sus partes privadas (genitales) y un 18% dijo ser atacado por pandillas.

La fiscal de Niños, Niñas y Adolescentes de Boca Chica, Marleni Guante, explicó que tal como lo establecen varios estudios, los actos de violencia en las escuelas son más fuertes debido a la falta de preparación del personal para dar respuesta a este tipo de situaciones y porque los docentes le tienen miedo a los estudiantes al punto que interponen querellas en la fiscalía.

“Es más fácil para ellos expulsarlos de la escuela que trabajar esa conducta con ellos, pero ¿por qué? Porque esos maestros que están en las aulas no tienen la debida preparación. Ellos no resisten ninguna conducta de los adolescentes. Yo tengo maestras que aquí en la fiscalía han sometido adolescentes porque las han amenazado”, comentó.

Guante describió además que las escuelas tienen por metodología que cuando los estudiantes pelean o llegan tarde al centro de estudio, los dejan fuera o los suspenden por tiempo indefinido.

“Yo no soy partidaria de eso porque muchos adolescentes eso es lo que realmente quieren y el derecho a la educación es un derecho fundamental. ¡Esos maestro se suponen que tienen que tener la capacidad para lidiar con esa población tan difícil que por su desarrollo evolutivo son difíciles de trabajar a nivel emocional! y más por el nivel familiar del que vienen que por lo regular son familias disfuncionales”, describió la fiscal de NNA.

El miedo de los educadores hacia los adolescentes y jóvenes se evidenciado en el testimonio de una maestra de un colegio de cuyo nombre hacemos reserva.

“Yo le tengo miedo a los estudiantes, ¡yoooo!”, explicó a Diario Libre la joven que imparte Lengua Española en sexto grado.

La docente describió que los episodios de violencia no solo tienen que ver con los estudiantes sino también con los padres de éstos y puso como ejemplo a una madre que fue a agredirla al centro de estudios porque le puso una calificación que a juicio de ella, “su hija no merecía”.

“Pero lo más grande del caso no fue solo que esa señora me quería comer viva, lo grande es que luego que ella se va, la directora del colegio me insinuó que hay que cambiarle la nota a la estudiante porque eso es un negocio, algo a lo que yo no accedí diciéndole que si ella lo va hacer que lo haga pero yo no, y más por la actitud de la madre”, relató la maestra en la conversación.

La fiscal de Boca Chica explicó también que en las escuelas se da un asunto de pandillaje, pero en el sentido de que dos o tres se juntan para hacer algo, y si uno del grupo tuvo un problema con otro estudiante entonces el resto del grupo se suma al problema y pelean por su amigo o amiga.

“Frecuentemente cuando uno pelea, pelean todos, porque tienen grupos. Por ejemplo, Juan pelea con Pedro y entonces el grupo de Juan va contra el grupo de Pedro y le arman peleas en la escuela por eso”, dijo la maestra de primaria Niurka Batista.

Batista describió que otra la situación que se da en las escuelas es que los estudiantes traen a los centros educativos los problemas que surgieron en su entorno familiar y comunitario.

Explicó que el momento en donde más ocurren los hechos violentos es en el recreo, aunque también en las aulas, pero casi siempre cuando el maestro no está presente.

“En recreo pelean mucho pero también dentro del aula y más cuando hay falta de maestro, cuando el maestro no entra en el curso”, comentó la también profesora Dalianza Buiniz Pérez.

Ambas profesoras, de la Escuela Básica Altagracia Cuevas, del Distrito Municipal de Batey 8, provincia Independencia, afirmaron que la falta de maestros en las aulas se debe al déficit de personal.

Explicaron que la violencia entre alumnos inicia con de manera verbal y luego físicamente, esa última etapa puede ser leve o severa dependiendo si hay educador o supervisor en el área.

El estudio sobre la incidencia de violencia en adolescentes describe que los niños y niñas que son víctimas de violencia en la escuela considera que “la respuesta de sus padres, madres y demás autoridades escolares, es ineficaz para detener la situación; por tanto a menudo están convencidos que la violencia es inevitable, con la única alternativa de tratar de defenderse ellos mismos”.

Pero las situaciones de violencia no solo se dan entre los alumnos, también de profesores a alumnos y entre los educadores.

Los diferentes estudios que se han hecho sobre esta problemática han arrojado que los alumnos han recibido castigo corporal y abusados sociológicamente por parte del personal de la escuela, la Policía Escolar así como por sus padres y/o cuidadores.

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