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El COVID-19 dejó secuelas y cambios en la vida diaria de los dominicanos

Hay personas que siguen luchando con secuelas una vez superada la enfermedad

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El COVID-19 dejó secuelas y cambios en la vida diaria de los dominicanos
Personas en una fila con mascarillas sin el debido distanciamiento físico. (DIARIO LIBRE/DANIA ACEVEDO)

Llevar siempre una mascarilla cuando se está fuera de la casa, el lavado constante de las manos y de superficies, así como no acercarse a más de dos metros a una persona, son algunos de los hábitos que los dominicanos y dominicanas asumieron para limitar los contagios por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

Este virus, además de ocasionar la muerte, hasta el momento, a más de dos mil dominicanos, destruyó ingresos y los planes que venían con éstos.

También modificó sus hábitos de consumo e higiene, limitó su libertad de tránsito y dejó secuelas en quienes fueron infectados. Esas personas mantienen el optimismo de que se recuperarán.

Secuelas

Antes de septiembre de este año, Francisca Adames, una estudiante de Psicología Industrial de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), disfrutaba sus comidas y podía distinguir con claridad sus sabores y olores. Al ser infectada con el COVID-19, sus sentidos del gusto y el olfato fueron afectados.

Esto no le causó ninguna impresión, pues ya sabía que se trataba de algunos de los síntomas de la enfermedad. Fueron los únicos que le dieron, mientras que siete integrantes de su familia tuvieron fiebre, tos y pérdidas de algunos sentidos, los cuales ya recuperaron.

Ahora, cuatro meses después de superar la enfermedad, sus sentidos todavía no son lo antes: aún tiene dificultad para distinguir los olores y los sabores.

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Imagen ilustrativa. (Shutterstock)

“Yo comía porque tenía que comer, pero no disfrutaba lo que estaba comiendo y todavía sigo así”, apuntó.

La preocupación por su situación la llevó a visitar varios médicos en busca de alguna explicación o, por lo menos, de la certeza de que en algún momento se recuperará en un 100 %. A pesar de las salidas a los especialistas de la salud, Adames no obtuvo una respuesta clara.

“Yo pienso que me voy a recuperar, con Dios mediante”, manifestó. Su optimismo se basa en que ya buscó informaciones sobre casos como el de ella, que indican que se puede recuperar el olfato y el gusto, aunque se tome más tiempo de lo normal.

Limpiarlo todo

Si antes de la pandemia era importante lavarse las manos con frecuencia, ahora lo es mucho más.

“Cuando uno llega a la casa hay que darse un ‘baño de alcohol”, comentó Karelin Castillo, de 28 años.

En la casa de la diseñadora gráfica se desinfectan hasta las compras, y, aunque, parece un proceso agotador que puede demorar hasta media hora o más, según la cantidad, es algo que se hace en familia. Puede que alguien llegue a la vivienda y por lo apurado que esté se olvide del proceso.

Cuando Castillo llega a su casa lo primero que hace es removerse la mascarilla y echarle alcohol para después depositarla en una mesa que está dispuesta para esos fines. Al igual que los demás cuatro integrantes de la familia, ella debe darse un “baño de alcohol” que consiste en rociar el desinfectante en los zapatos y los objetos que trae consigo como la cartera y el teléfono celular.

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Imagen ilustrativa. (PIXABAY)

“Yo me echo alcohol del cuello para abajo”, indicó. Luego pasa al área de lavado, donde se quita la ropa y la coloca en un lugar con otras prendas ya usadas fuera de casa. Tras esto, pasa al baño para bañarse habitualmente.

En esta casa, por lo general, no se están recibiendo visitas. De hacerlo, quienes llegan deben tener mascarillas y respetar el distanciamiento físico y no pasar más allá de la galería. Pero no se les obliga a hacer las mismas tareas que a los residentes. Pero una vez que se marchan, se desinfecta el área con alcohol donde estuvieron.

Virtualidad

El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19, forzó más rápido el uso de la virtualidad en instituciones educativas de todos los niveles. Y, aunque en la República Dominicana la mayor concentración estuvo en la educación preuniversitaria, la educación superior también tuvo sus desafíos, aunque no todos tuvieron una buena experiencia, como es el caso de Noelina Méndez.

Esta estudiante de Odontología de 21 años en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), a su parecer, se sintió cómoda con las clases virtuales, a pesar de que hubo una pausa en las prácticas, debido a que no se podía ir presencialmente, lo cual fue lo peor para ella.

“Siento que el método implantado por los docentes para brindarnos conocimientos fue el adecuado para mí”, manifestó.

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Imagen ilustrativa. (SHUTTERSTOCK)

Méndez consideró que también se puede aprender con esta metodología. “Lo mejor es que con este método virtual pude avanzar sin que tenga que esperar reabrir nuevamente, con competencias de reflexión, criterio propio y también refrescar conocimientos”, dijo.

A pesar de esta buena experiencia, en varias ocasiones extrañó asistir a clases “porque ya últimamente sentía que era más de lo mismo en cada cuatrimestre que cursaba”.

Noelina Méndez espera terminar este 2021 su carrera con las prácticas pendientes, ya que afirma que el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) le comunicó a la universidad la aprobación de la presencialidad para continuar con las prácticas.

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Graduada de Comunicación Social mención Periodismo en la UASD. Tiene experiencia trabajando en periódicos impresos y digitales, también en la producción de programas radiales.