El turismo médico
Nuestro país carece de las facilidades acreditadas e incentivos para desarrollar el turismo médico como lo han hecho otras naciones de la región, que reciben enormes recursos por esa vía, y cuya necesidad es mayor con el aumento de los turistas de mayor edad o que establecen residencia en el país.
El turismo no cura todas las heridas. Con sus viajes, la mayoría de los turistas solo buscan descanso para combatir el estrés, relajarse y restablecer energías. Pero cuando el viaje se hace para recibir servicios médicos, el desplazamiento temporal de las personas puede también curar enfermedades. Y al ser este un renglón inexplotado en la República Dominicana, el turismo de salud podría convertirse en un gran filón de nuevos negocios turísticos.
Este tipo del turismo está creciendo rápidamente a nivel mundial. Algunos analistas estiman en millones los estadounidenses que están buscando en otros países la solución a sus dolencias. Con 46 millones de ciudadanos sin seguro médico (un 25% del total para el 2015) y 108 millones sin seguro dental, las condiciones están dadas para que los americanos continúen buscando salud en el exterior.
Para el 2015 se estima que el mercado de EE.UU. para el turismo médico en el exterior sobrepase los US$50 billones.
Con el resto de los países del primer mundo está pasando algo similar. Con más de 200 millones de "baby boomers" en Canadá, Australia, Europa y Nueva Zelanda, la demanda de servicios médicos crecerá exponencialmente. Debido a la crisis económica, varios países europeos han reducido sus beneficios de salud y eso ha estimulado la búsqueda de alternativas mas baratas. Ante los pronósticos de que este tipo de turismo se disparará en los próximos años, muchos países en desarrollo estén viendo en ello una gran promesa de desarrollo económico.
El origen del fenómeno, contrario a otros tipos de turismo, es esencialmente económico. Las enormes diferencias en los costos de los servicios médicos entre los países industrializados y los en desarrollo es la razón para una migración médica temporal. Hartos de los altos costos y las largas listas de espera, los pacientes del primer mundo buscan en el extranjero implantes de prótesis de rodilla y cadera, cirugía plástica y hasta operaciones de bypass. Los ahorros pueden ser inmensos. Además, mientras en la India un paciente cardiaco es operado al día siguiente de visitar al hospital, en el Reino Unido el tiempo medio de espera es de 14.4 semanas. En los EE.UU. la mitad de las casi dos millones anuales de bancarrotas de individuos se deben a los altos costos médicos.
Tailandia y la India son dos de las grandes mecas del turismo médico actualmente. En nuestro vecindario, Costa Rica está promocionándose diligentemente y ya tiene un clúster (Promed) integrado por 60 empresas, entre hospitales, clínicas, hoteles, centros de recuperación, universidades, bancos y líneas aéreas. Según Promed, su principal fortaleza es la calidad de los servicios y el hecho de que el 100% de los hospitales privados están acreditados internacionalmente.
El turismo médico genera ya unos 5,000 puestos de trabajo y un ingreso anual de casi US$300 millones. Guatemala está también comenzando a incursionar y en el resto del continente la promoción del turismo médico está muy activa (http://turismomedico.org). En la creciente competencia se destacan México, Argentina, Brasil, Cuba y Chile como los destinos más competitivos en este nuevo campo.
Nuestro país, en cambio, está muy rezagado en este aspecto. Aquí se comenzó por ofrecer servicios médicos a los turistas que presentaban emergencias en los hoteles, habilitándose clínicas en cada establecimiento para esos casos. Poco tiempo después surgió en la Costa Este Hospiten, un hospital muy caro que atiende una clientela de extranjeros visitantes. Sin embargo, eso no califica como turismo de salud en vista de que la motivación original de la visita no es médica. Por esa misma razón tampoco califican los muchos dominicanos ausentes que aprovechan su estadía en el país para hacerse tratamientos odontológicos u oftalmológicos que serían prohibitivos en sus respectivos países de residencia.
En el único renglón donde se practica turismo médico en nuestro país es en el de la cirugía estética. La existencia de clínicas especializadas de buena calificación ha atraído a muchos pacientes de países vecinos. Pero el volumen de estos visitantes, al igual que el de los extranjeros que buscan cirugía plástica, es muy limitado y no existe una campaña deliberada de promoción para los servicios médicos en general. Si existiera, esa campaña podría adoptar el estribillo de que "la RD te devuelve la belleza".
No es difícil colegir las razones de que el turismo médico no se haya desarrollado mas en nuestro país. A pesar de que la motivación económica empujaría a los extranjeros a buscar los más baratos servicios dominicanos, en materia de salud se puede esperar que los potenciales clientes sean bien exigentes. Antes de decidirse a venir querrán conocer la infraestructura de que dispone el destino y si existen los tratamientos de punta. Pero más que nada querrán cerciorarse de que el personal médico está debidamente calificado y que los hospitales y clínicas estén acreditados. Nadie quiere correr riesgos que pueden resultar muy graves solo por ahorrar algún dinero.
Obviamente, se necesita que alguien tome la iniciativa. No solo al Ministerio de Turismo le compete hacer la promoción y tal vez hasta procurar incentivos fiscales (ya en México existen). El Consejo Nacional de Competitividad debería tomar la iniciativa para la formación de un clúster y trabajar lo de las acreditaciones internacionales. Pero son los mismos gremios médicos los que deberían asumir el liderazgo comenzando a desbrozar el camino. El turismo médico presenta enormes oportunidades y podría, si sabemos trabajarlo con presteza y rigor, inclusive ser un lucrativo complemento al turismo de sol y playa. Solo así podremos alegar que nuestro turismo cura todas las heridas.
Debido a la crisis económica, varios países europeos han reducido sus beneficios de salud.
El turismo no cura todas las heridas. Con sus viajes, la mayoría de los turistas solo buscan descanso para combatir el estrés, relajarse y restablecer energías. Pero cuando el viaje se hace para recibir servicios médicos, el desplazamiento temporal de las personas puede también curar enfermedades. Y al ser este un renglón inexplotado en la República Dominicana, el turismo de salud podría convertirse en un gran filón de nuevos negocios turísticos.
Este tipo del turismo está creciendo rápidamente a nivel mundial. Algunos analistas estiman en millones los estadounidenses que están buscando en otros países la solución a sus dolencias. Con 46 millones de ciudadanos sin seguro médico (un 25% del total para el 2015) y 108 millones sin seguro dental, las condiciones están dadas para que los americanos continúen buscando salud en el exterior.
Para el 2015 se estima que el mercado de EE.UU. para el turismo médico en el exterior sobrepase los US$50 billones.
Con el resto de los países del primer mundo está pasando algo similar. Con más de 200 millones de "baby boomers" en Canadá, Australia, Europa y Nueva Zelanda, la demanda de servicios médicos crecerá exponencialmente. Debido a la crisis económica, varios países europeos han reducido sus beneficios de salud y eso ha estimulado la búsqueda de alternativas mas baratas. Ante los pronósticos de que este tipo de turismo se disparará en los próximos años, muchos países en desarrollo estén viendo en ello una gran promesa de desarrollo económico.
El origen del fenómeno, contrario a otros tipos de turismo, es esencialmente económico. Las enormes diferencias en los costos de los servicios médicos entre los países industrializados y los en desarrollo es la razón para una migración médica temporal. Hartos de los altos costos y las largas listas de espera, los pacientes del primer mundo buscan en el extranjero implantes de prótesis de rodilla y cadera, cirugía plástica y hasta operaciones de bypass. Los ahorros pueden ser inmensos. Además, mientras en la India un paciente cardiaco es operado al día siguiente de visitar al hospital, en el Reino Unido el tiempo medio de espera es de 14.4 semanas. En los EE.UU. la mitad de las casi dos millones anuales de bancarrotas de individuos se deben a los altos costos médicos.
Tailandia y la India son dos de las grandes mecas del turismo médico actualmente. En nuestro vecindario, Costa Rica está promocionándose diligentemente y ya tiene un clúster (Promed) integrado por 60 empresas, entre hospitales, clínicas, hoteles, centros de recuperación, universidades, bancos y líneas aéreas. Según Promed, su principal fortaleza es la calidad de los servicios y el hecho de que el 100% de los hospitales privados están acreditados internacionalmente.
El turismo médico genera ya unos 5,000 puestos de trabajo y un ingreso anual de casi US$300 millones. Guatemala está también comenzando a incursionar y en el resto del continente la promoción del turismo médico está muy activa (http://turismomedico.org). En la creciente competencia se destacan México, Argentina, Brasil, Cuba y Chile como los destinos más competitivos en este nuevo campo.
Nuestro país, en cambio, está muy rezagado en este aspecto. Aquí se comenzó por ofrecer servicios médicos a los turistas que presentaban emergencias en los hoteles, habilitándose clínicas en cada establecimiento para esos casos. Poco tiempo después surgió en la Costa Este Hospiten, un hospital muy caro que atiende una clientela de extranjeros visitantes. Sin embargo, eso no califica como turismo de salud en vista de que la motivación original de la visita no es médica. Por esa misma razón tampoco califican los muchos dominicanos ausentes que aprovechan su estadía en el país para hacerse tratamientos odontológicos u oftalmológicos que serían prohibitivos en sus respectivos países de residencia.
En el único renglón donde se practica turismo médico en nuestro país es en el de la cirugía estética. La existencia de clínicas especializadas de buena calificación ha atraído a muchos pacientes de países vecinos. Pero el volumen de estos visitantes, al igual que el de los extranjeros que buscan cirugía plástica, es muy limitado y no existe una campaña deliberada de promoción para los servicios médicos en general. Si existiera, esa campaña podría adoptar el estribillo de que "la RD te devuelve la belleza".
No es difícil colegir las razones de que el turismo médico no se haya desarrollado mas en nuestro país. A pesar de que la motivación económica empujaría a los extranjeros a buscar los más baratos servicios dominicanos, en materia de salud se puede esperar que los potenciales clientes sean bien exigentes. Antes de decidirse a venir querrán conocer la infraestructura de que dispone el destino y si existen los tratamientos de punta. Pero más que nada querrán cerciorarse de que el personal médico está debidamente calificado y que los hospitales y clínicas estén acreditados. Nadie quiere correr riesgos que pueden resultar muy graves solo por ahorrar algún dinero.
Obviamente, se necesita que alguien tome la iniciativa. No solo al Ministerio de Turismo le compete hacer la promoción y tal vez hasta procurar incentivos fiscales (ya en México existen). El Consejo Nacional de Competitividad debería tomar la iniciativa para la formación de un clúster y trabajar lo de las acreditaciones internacionales. Pero son los mismos gremios médicos los que deberían asumir el liderazgo comenzando a desbrozar el camino. El turismo médico presenta enormes oportunidades y podría, si sabemos trabajarlo con presteza y rigor, inclusive ser un lucrativo complemento al turismo de sol y playa. Solo así podremos alegar que nuestro turismo cura todas las heridas.
Debido a la crisis económica, varios países europeos han reducido sus beneficios de salud.
Juan Lladó

Juan Lladó