Embajador pondera lealtad de dominicanos por su patria
Roberto Saladín destaca el gran número de criollos que triunfan en el extranjero
Diario Libre
SD. El embajador dominicano en Washington, Roberto Saladín, destacó los logros obtenidos por la comunidad dominicana residente en el extranjero, especialmente los que se han radicado en los Estados Unidos, donde han tenido éxitos en el comercio, las artes, la literatura y el deporte.
En una entrevista que concedió en la Embajada dominicana en la capital estadounidense a la abogada Karina Pérez, experta en asuntos migratorios, Saladín abordó temas de interés respecto a la migración dominicana después del 1961, cuando la población asistió masivamente a buscar su pasaporte para poder viajar al exterior.
En ese entonces, el costo de un pasaporte era de 85 dólares, lo que era equivalente a 85 pesos. Comenta el Embajador que el Consulado estadounidense en Santo Domingo estaba en la calle Bencosme, frente a la Catedral, y tuvo que ser trasladado a la calle El Conde, a un local más amplio por la gran demanda de visas norteamericanas por parte de los dominicanos. Esto también porque en su gobierno, el profesor Juan Bosch instituyó el Instituto de Crédito Educativo para enviar dominicanos a estudiar a todo el extranjero: Europa, América Latina y Estados Unidos.
Saladín comentó que el dominicano ama su país, ama su familia, y como prueba de eso, están las remesas.
Actualmente hay dominicanos desde Alaska hasta en Chipre. Han demostrado, independientemente del sacrificio que significa el clima frío de Estados Unidos y la incertidumbre de un país desconocido, una verdadera lealtad a su país, porque no dejan de enviar remesas.
Cuando vino la reforma del 1996, se redujo el núme-ro de visas aprobadas, pero ha seguido la reunificación de familias, por eso el dominicano va tanto al Consulado, a ver a su familia. Pero a veces ese deseo lleva al dominicano a irse en yolas, a arriesgar su vida en el mar. Pero el fenómeno migratorio no es exclusivo de los dominicanos, es a nivel mundial.
El Embajador insistió en la importancia de saber cuántos dominicanos había en Estados Unidos, ya que los fondos federales se asignan en base a la población que cada estado tiene. En función de la cantidad de personas, se asignan los recursos que se traducen en mejores escuelas y hospitales y aumenta o disminuye la representación política de cada estado. Por eso cada dominicano debe dejarse contar.
Saladín le informó a la experta en migración que había participado en la Mesa Redonda Domínico Americana en un seminario para darle promoción a este censo.
"El dominicano quiere aprovechar las oportunidades de estudio que dan los Estados Unidos de América. Muchos dominicanos han triunfado en diferentes áreas, tenemos a Oscar de la Renta, Julia Álvarez, Junot Díaz, más 86 peloteros que están jugando y van a jugar este año en EUA." El honorable embajador dominicano en Washington forma parte de una organización que busca reconocer a todos estos dominicanos que se han destacado en Estados Unidos.
Sobresalen los nombres de Julissa Reynoso en el Departamento de Estado (Asistente del Sr. Arturo Valenzuela, subsecretario para Asuntos del Hemis- ferio Occidental del Departamento de Estado), y Tom Pérez en la Oficina del Procurador Fiscal, encargado de Derechos Humanos.
"No podemos criticar las corrientes migratorias hacia los Estados Unidos, empezando por los pioneros que vinieron desde el 1604, pioneros que vinieron porque buscaban escapar de persecuciones religiosas, ya que los Estados Unidos fue formado por las tres ies, es decir, israelitas, irlandeses e italianos, que al día de hoy, son los grupos más influyentes dentro de los Estados Unidos. Y en cuanto al censo, ni las personas documentadas ni indocumentadas deben preocuparse por los datos recopilados en el censo, porque la Oficina del Censo no puede, constitucionalmente, dar informaciones de ese tipo a oficinas que llevan a cabo Deportaciones o Beneficios Migratorios," dijo.
En una entrevista que concedió en la Embajada dominicana en la capital estadounidense a la abogada Karina Pérez, experta en asuntos migratorios, Saladín abordó temas de interés respecto a la migración dominicana después del 1961, cuando la población asistió masivamente a buscar su pasaporte para poder viajar al exterior.
En ese entonces, el costo de un pasaporte era de 85 dólares, lo que era equivalente a 85 pesos. Comenta el Embajador que el Consulado estadounidense en Santo Domingo estaba en la calle Bencosme, frente a la Catedral, y tuvo que ser trasladado a la calle El Conde, a un local más amplio por la gran demanda de visas norteamericanas por parte de los dominicanos. Esto también porque en su gobierno, el profesor Juan Bosch instituyó el Instituto de Crédito Educativo para enviar dominicanos a estudiar a todo el extranjero: Europa, América Latina y Estados Unidos.
Saladín comentó que el dominicano ama su país, ama su familia, y como prueba de eso, están las remesas.
Actualmente hay dominicanos desde Alaska hasta en Chipre. Han demostrado, independientemente del sacrificio que significa el clima frío de Estados Unidos y la incertidumbre de un país desconocido, una verdadera lealtad a su país, porque no dejan de enviar remesas.
Cuando vino la reforma del 1996, se redujo el núme-ro de visas aprobadas, pero ha seguido la reunificación de familias, por eso el dominicano va tanto al Consulado, a ver a su familia. Pero a veces ese deseo lleva al dominicano a irse en yolas, a arriesgar su vida en el mar. Pero el fenómeno migratorio no es exclusivo de los dominicanos, es a nivel mundial.
El Embajador insistió en la importancia de saber cuántos dominicanos había en Estados Unidos, ya que los fondos federales se asignan en base a la población que cada estado tiene. En función de la cantidad de personas, se asignan los recursos que se traducen en mejores escuelas y hospitales y aumenta o disminuye la representación política de cada estado. Por eso cada dominicano debe dejarse contar.
Saladín le informó a la experta en migración que había participado en la Mesa Redonda Domínico Americana en un seminario para darle promoción a este censo.
"El dominicano quiere aprovechar las oportunidades de estudio que dan los Estados Unidos de América. Muchos dominicanos han triunfado en diferentes áreas, tenemos a Oscar de la Renta, Julia Álvarez, Junot Díaz, más 86 peloteros que están jugando y van a jugar este año en EUA." El honorable embajador dominicano en Washington forma parte de una organización que busca reconocer a todos estos dominicanos que se han destacado en Estados Unidos.
Sobresalen los nombres de Julissa Reynoso en el Departamento de Estado (Asistente del Sr. Arturo Valenzuela, subsecretario para Asuntos del Hemis- ferio Occidental del Departamento de Estado), y Tom Pérez en la Oficina del Procurador Fiscal, encargado de Derechos Humanos.
"No podemos criticar las corrientes migratorias hacia los Estados Unidos, empezando por los pioneros que vinieron desde el 1604, pioneros que vinieron porque buscaban escapar de persecuciones religiosas, ya que los Estados Unidos fue formado por las tres ies, es decir, israelitas, irlandeses e italianos, que al día de hoy, son los grupos más influyentes dentro de los Estados Unidos. Y en cuanto al censo, ni las personas documentadas ni indocumentadas deben preocuparse por los datos recopilados en el censo, porque la Oficina del Censo no puede, constitucionalmente, dar informaciones de ese tipo a oficinas que llevan a cabo Deportaciones o Beneficios Migratorios," dijo.
Diario Libre
Continuar con Google