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¿Enfrentan problemas financieros los atletas profesionales?

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¿Enfrentan problemas financieros los atletas profesionales?
Mike Tyson es uno de los atletas famosos en bancarrota.

¿Si reciben tanto dinero, por qué se declaran en bancarrota tantos atletas profesionales? Harold A. Vásquez, Ph.D., director de Investigación de Empírica y Profesor Investigador de INTEC   

El atleta profesional promedio devenga ingresos en una temporada de juego superiores al ingreso que podría devengar una familia promedio durante toda su vida. Por ejemplo, según las últimas estadísticas de la Oficina de Censos de los Estados Unidos, en el año 2012, el ingreso medio anual de los hogares estadounidenses fue US$51,371 dólares. Esta cifra podría parecer irrisoria cuando la comparamos con el ingreso anual de atletas como Floyd Mayweather (US$105 millones), Cristiano Ronaldo (US$80 millones), LeBron James (US$72 millones), Tiger Woods (US$61 millones) y Roger Federer (US$56.2 millones). Más aún, si consideramos únicamente el ingreso acumulado de 100 familias que se encuentren en el límite inferior del 5% de los hogares más ricos de los Estados Unidos, tendríamos que estas familias devengan un total de US$21 millones de dólares por año, cifra muy inferior a los US$2,750 millones que devengan los 100 atletas profesionales mejores pagados.

A pesar de las cifras astronómicas del ingreso devengado por los atletas profesionales, sería difícil para nosotros imaginar que estos individuos puedan presentar dificultades económicas a lo largo de su vida (que de hecho lo hacen!). Según un reporte publicado en la popular revista deportiva

Sports Illustrated, la mayoría de atletas profesionales declaran bancarrota durante los primeros 5 años después del retiro. Específicamente, el 78% de los ex-atletas de la Asociación Nacional de Fútbol (en inglés, NFL) declaran bancarrota a menos de dos años luego de su fecha de retiro; mientras, en el caso de la Asociación Nacional de Baloncesto (en inglés, NBA), el 60% de los ex-atletas declaran bancarrota dentro de los primeros 5 años después del retiro. En el caso de los atletas de la Liga de Béisbol Profesional (MLB), la tasa de bancarrota es inferior a la alcanzada por los atletas pertenecientes a la NBA y NFL, pero puede llegar a ser hasta 4 veces superior a la tasa de bancarrota del hogar promedio estadounidense (véase Torre, P. “How (and Why) Athletes Go Broke”. Sports Illustrated, 23 de Marzo de 2009).

Existen pocos estudios que intenten determinar los factores que causan que los atletas profesionales declaren bancarrota poco tiempo después del retiro. Algunos motivos citados en el trabajo de Torre (2009) incluyen actitudes compulsivas a las compras de bienes de lujo, divorcios, y la presencia de una actitud poco adversa a las inversiones de alto riesgo. Con relación a este último aspecto, el nivel de seguridad y autoconfianza que estos individuos desarrollan podría jugar un rol importante. Por ejemplo, Ruby (2013) presenta un modelo en el que relaciona la actividad emprendedora con resultados financieros adversos. Utilizando estadísticas de jugadores de baloncesto profesional de la NBA, Ruby construye medidas del nivel de auto-confianza de los jugadores y encuentra que el nivel de auto-confianza de los atletas puede explicar de manera significativa la probabilidad de bancarrota. Esto es, mientras mayor confiados y seguros de si mismo son los atletas, estos incurren en mayor proporción en actividades financieras riesgosas e incrementan su probabilidad de declarar bancarrota en el futuro.

Desde mi punto de vista, otro factor que podría explicar la frecuencia con la cual los atletas profesionales declaran bancarrota está relacionado con la hipótesis de Ingreso y Consumo Permanente desarrollada por el Milton Friedman, ganador del Premio Nobel de Economía de 1976. Según esta teoría, los individuos toman sus decisiones de consumo en base a su ingreso permanente, o al ingreso que recibirán a lo largo de su vida. A su vez, los individuos también pueden percibir ingresos de forma transitoria y/o de forma inesperada. Friedman argumenta que en ocasiones los individuos no saben distinguir un ingreso transitorio de un ingreso permanente y esto provoca que tomen decisiones de consumos que no son óptimas; por ejemplo, que consuman en exceso durante ciertos periodos de tiempo. Dado que la duración promedio de las carreras de los atletas es de tan solo 3.5 años en la NFL, 4.8 años en la NBA, y 5.6 años en la MLB, es posible que los atletas profesionales no estén distinguiendo lo que podría ser un ingreso transitorio de uno permanente, sobrestimen la duración de sus carreras, lo que los lleva a ajustar su nivel de gasto de forma no óptima y a declarar bancarrota a pocos años luego del retiro cuando se encuentran en la parte baja de su curva de generación de ingresos. Obviamente, sería objeto de un trabajo empírico poder confirmar esta hipótesis.

Los atletas profesionales devengan durante su carrera sumas de dinero que muchos de nosotros no podríamos imaginar alcanzar. Sin embargo, la frecuencia con las que estas personas se ven en escándalos de índole financiero y caen en bancarrota supera significativamente el promedio del resto de hogares de cualquier nación. Algunos casos famosos de atletas envueltos en escándalos financieros o que incurrieron en bancarrota incluyen a Mike Tyson, Michael Vick y Allen Iverson quienes devengaron en conjunto la increíble suma de US$800 millones de dólares durante sus carreras. Lenny Dystra, tres veces jugador All-Star de la MLB, constituye otro caso interesante porque luego de su retiro el ex jugador del jardín central de los Mets fue conocido por ser un “gurú” financiero, hasta que se declaró en bancarrota en el año 2009 y, a finales de 2012, fue condenado a 6 meses de prisión por fraude. Existen algunas ideas que podrían explicar las razones por las cuales los atletas se ven envueltos en tales situaciones; sin embargo, hace falta más investigación al respecto para llegar a conclusiones más precisas. Lo cierto es que la falta de dinero, como muchas personas intentan justificar, no es la principal causa que nos lleva a tener problemas financieros sino, más importante aún, es el manejo que damos a nuestras finanzas personales.