Haz realidad tus sueños; en el 2014 no te quedes en la intención
Cómo reconocer y superar las barreras que impiden o dificultan el éxito

Aprender un idioma, perder peso, dejar de fumar, ser más ahorrador, gestionar mejor los proyectos profesionales, relacionarse mejor con los demás, disfrutar de una mayor prosperidad, adquirir el hábito de hacer deporte, son algunos de los cambios vitales que, con frecuencia, se proponen muchas personas con una gran intensidad inicial, que va desapareciendo con el paso de los días, para volver a la rutina de siempre, al cabo de unas semanas.
"Todos esos deseos son voces de nuestra necesidad de cambiar, son muestras inequívocas de que soñamos con ser mejores. Si pusiéramos todas esas pretensiones en un papel, seguramente no serían demasiadas, quizá tres o cuatro, media docena como mucho", señala Jesús Alcoba (www.jesusalcoba.com), licenciado y máster en Psicología.
Para el director de la International Graduate School of Business, escuela de negocios de La Salle, (www.lasalleigsmadrid.es), "es curioso que, en la mayoría de los casos, nos pasemos la vida luchando con nuestros deseos de llegar a ser esa mejor versión de nosotros mismos que podríamos llamar nuestro yo ideal", y se pregunta "por qué el cambio personal es tan difícil, y nos planteamos y replanteamos una y otra vez esas mismas cosas que siempre hemos deseado pero que rara vez conseguimos".
El autor de 'Conquista tu sueño' comparte con Efe las claves para lograr cambiar aquellas partes de nosotros mismos que nos gustaría mejorar.
Pregunta.- ¿Por qué algunas personas consiguen lo que se proponen y otras no?
Respuesta.- Muchas veces el éxito no es consecuencia de las circunstancias que rodean a una persona o de su genética, sino de características personales que todos podemos aprender. Quienes consiguen lo que se proponen es porque ponen en práctica una serie de planteamientos que son imprescindibles para el cambio personal.
P.- ¿Podría darnos un ejemplo?
R.- Un caso claro de esta situación se relaciona con la resistencia a las adversidades, o resiliencia. Aquellas personas que se hunden en los normales retrocesos y fallos que todos experimentamos en el camino hacia nuestros objetivos, los abandonan y no logran lo que buscan. Los grandes hombres y mujeres de la Historia nos han demostrado que hay pocos obstáculos que no se puedan superar. Esa es una actitud que todos podemos aprender y debemos interiorizar.
CREER QUE LOS SUEÑOS SE PUEDEN CUMPLIR
P.- ¿Por qué los propósitos de cambiar algunos aspectos de nosotros mismos pierden su intensidad inicial con el tiempo, hasta desvanecerse?
R.- Una de las razones por las cuales nos cuesta cambiar es porque, a menudo, pensamos que es más sencillo de lo que realmente es y no calculamos bien nuestras fuerzas. Si fuéramos conscientes de hasta qué punto a la mente humana le cuesta plantearse y producir un cambio significativo, seguramente movilizaríamos mucha más energía para lograr lo que deseamos.
P.- ¿Existe alguna otra razón para que nuestra motivación se desvanezca?
R.- Sí. El ser humano tiene una curiosa tendencia a intentar lograr varias cosas a la vez, lo cual acaba por consumir toda la atención y energía disponibles. Es mucho más práctico centrarse en un único objetivo y empeñarnos en él con todas nuestras fuerzas, aunque nos parezca demasiado pequeño.
P.- ¿Cuál es la frontera entre quienes consiguen sus metas y aquellos que no lo logran?
P.- A pesar de que nuestra tendencia es pensar que existe un único secreto del éxito, si fuera así el cambio personal sería muy sencillo y todo el mundo lo lograría. No existe una única frontera, sino más bien una serie de pautas que todos deberíamos incorporar para poder lograr nuestros objetivos.
P.- ¿Qué otras cosas diferencian a los que tienen éxito de los que no?
R. Quienes alcanzan sus metas piensan que es posible lograr lo que persiguen. La increíble dificultad de los seres humanos para imaginarnos diferentes nos lleva a pensar que siempre seremos así, como somos ahora, y eso dificulta mucho el cambio personal.
Hay que convencerse de que cambiar es posible, porque de hecho lo es. La mayoría de las personas que han llevado a cabo proezas para muchos impensables, no tenían una genética o unas circunstancias esencialmente diferentes a las nuestras. Esto nos debería hacer plantearnos que también lo podemos lograr. Es imprescindible creer que los sueños se pueden cumplir.
P.- ¿Cuáles son las condiciones básicas para que nuestro cambio personal sea posible?
R.- Tener un plan puede ayudarnos, pero hay claves de partida que son imprescindibles.
La mayoría de los seres humanos vivimos una paradoja: deseamos lograr objetivos que implican un cambio por nuestra parte, pero al mismo tiempo queremos seguir siendo las mismas personas viviendo la misma vida. Esto es imposible.
Si siempre mezclamos los mismos ingredientes siempre tendremos el mismo cóctel. Si queremos un sabor diferente, entonces tendremos que combinar ingredientes diferentes.
ANALIZAR EL GUIÓN DE NUESTRA VIDA
P.- ¿Y cómo podemos ‘escaparnos' de esa paradoja de "cambiar sin cambiar"...?
R.- Acometer un cambio personal implica reflexionar sobre nuestro guion vital, sobre esa película de nuestra vida de la que somos protagonistas. Si queremos que el argumento cambie, si de verdad queremos una vida distinta, debemos pensar que tendremos que situarnos con la adecuada perspectiva, responsabilizándonos de nosotros mismos, como capitanes de nuestro barco que somos, y sujetar con fuerza el timón para no desviarnos del rumbo. Y luchar cada día, todos los días, por introducir en nuestra vida los cambios que nos llevarán a ser diferentes.
P.- Muchas personas piensan que no tienen fuerzas suficientes para cambiar...
R.- Sí. O también se preguntan ¿cómo van a conseguir movilizar la energía necesaria para lograr un cambio personal significativo? La pasión es el motor del cambio.
Por tanto hemos de reflexionar con detenimiento sobre aquello que queremos lograr, y seleccionar lo que tiene que ver con lo que de verdad nos motiva, con lo que en el fondo nos mueve.
P.- Hay personas que parecen seguir una moda en sus cambios...
R.- Efectivamente. A veces queremos lograr cosas porque otros las tienen o porque está de moda. Nada de eso funciona. Cada uno ha de encontrar en sí mismo aquello con lo que de verdad conecta. Cuando esto se identifica de una manera clara surgen fuerzas capaces de lograr prácticamente cualquier cosa.
P.- ¿Qué mensajes hemos de tener presentes en nuestra mente para un cambio efectivo?
R.- El primero es que tenemos que definir nuestros objetivos de una manera clara. Cuando nos decimos a nosotros mismos que deberíamos aprender una segunda lengua, tenemos que darnos cuenta de que solo estamos formulando el problema. La solución ha de plantearse como pasos concretos y prácticos que nos lleven a lograr lo que queremos, por ejemplo telefonear a una escuela de idiomas.
P.- ¿Y cuáles son los siguientes estadios...?
R.- El segundo mensaje práctico tiene que ver con el desarrollo de hábitos. La mayoría de los aspectos de nuestra vida descansan sobre conductas automatizadas, hábitos, que son los que en gran medida nos definen. Alinear nuestros hábitos con nuestros objetivos es imprescindible para lograr lo que nos proponemos, porque el éxito no es consecuencia de la genética, de la suerte o de la improvisación, sino de la práctica deliberada y constante a lo largo de mucho tiempo. Esa práctica continuada y consciente sería imposible sin la construcción de hábitos.
"Todos esos deseos son voces de nuestra necesidad de cambiar, son muestras inequívocas de que soñamos con ser mejores. Si pusiéramos todas esas pretensiones en un papel, seguramente no serían demasiadas, quizá tres o cuatro, media docena como mucho", señala Jesús Alcoba (www.jesusalcoba.com), licenciado y máster en Psicología.
Para el director de la International Graduate School of Business, escuela de negocios de La Salle, (www.lasalleigsmadrid.es), "es curioso que, en la mayoría de los casos, nos pasemos la vida luchando con nuestros deseos de llegar a ser esa mejor versión de nosotros mismos que podríamos llamar nuestro yo ideal", y se pregunta "por qué el cambio personal es tan difícil, y nos planteamos y replanteamos una y otra vez esas mismas cosas que siempre hemos deseado pero que rara vez conseguimos".
El autor de 'Conquista tu sueño' comparte con Efe las claves para lograr cambiar aquellas partes de nosotros mismos que nos gustaría mejorar.
Pregunta.- ¿Por qué algunas personas consiguen lo que se proponen y otras no?
Respuesta.- Muchas veces el éxito no es consecuencia de las circunstancias que rodean a una persona o de su genética, sino de características personales que todos podemos aprender. Quienes consiguen lo que se proponen es porque ponen en práctica una serie de planteamientos que son imprescindibles para el cambio personal.
P.- ¿Podría darnos un ejemplo?
R.- Un caso claro de esta situación se relaciona con la resistencia a las adversidades, o resiliencia. Aquellas personas que se hunden en los normales retrocesos y fallos que todos experimentamos en el camino hacia nuestros objetivos, los abandonan y no logran lo que buscan. Los grandes hombres y mujeres de la Historia nos han demostrado que hay pocos obstáculos que no se puedan superar. Esa es una actitud que todos podemos aprender y debemos interiorizar.
CREER QUE LOS SUEÑOS SE PUEDEN CUMPLIR
P.- ¿Por qué los propósitos de cambiar algunos aspectos de nosotros mismos pierden su intensidad inicial con el tiempo, hasta desvanecerse?
R.- Una de las razones por las cuales nos cuesta cambiar es porque, a menudo, pensamos que es más sencillo de lo que realmente es y no calculamos bien nuestras fuerzas. Si fuéramos conscientes de hasta qué punto a la mente humana le cuesta plantearse y producir un cambio significativo, seguramente movilizaríamos mucha más energía para lograr lo que deseamos.
P.- ¿Existe alguna otra razón para que nuestra motivación se desvanezca?
R.- Sí. El ser humano tiene una curiosa tendencia a intentar lograr varias cosas a la vez, lo cual acaba por consumir toda la atención y energía disponibles. Es mucho más práctico centrarse en un único objetivo y empeñarnos en él con todas nuestras fuerzas, aunque nos parezca demasiado pequeño.
P.- ¿Cuál es la frontera entre quienes consiguen sus metas y aquellos que no lo logran?
P.- A pesar de que nuestra tendencia es pensar que existe un único secreto del éxito, si fuera así el cambio personal sería muy sencillo y todo el mundo lo lograría. No existe una única frontera, sino más bien una serie de pautas que todos deberíamos incorporar para poder lograr nuestros objetivos.
P.- ¿Qué otras cosas diferencian a los que tienen éxito de los que no?
R. Quienes alcanzan sus metas piensan que es posible lograr lo que persiguen. La increíble dificultad de los seres humanos para imaginarnos diferentes nos lleva a pensar que siempre seremos así, como somos ahora, y eso dificulta mucho el cambio personal.
Hay que convencerse de que cambiar es posible, porque de hecho lo es. La mayoría de las personas que han llevado a cabo proezas para muchos impensables, no tenían una genética o unas circunstancias esencialmente diferentes a las nuestras. Esto nos debería hacer plantearnos que también lo podemos lograr. Es imprescindible creer que los sueños se pueden cumplir.
P.- ¿Cuáles son las condiciones básicas para que nuestro cambio personal sea posible?
R.- Tener un plan puede ayudarnos, pero hay claves de partida que son imprescindibles.
La mayoría de los seres humanos vivimos una paradoja: deseamos lograr objetivos que implican un cambio por nuestra parte, pero al mismo tiempo queremos seguir siendo las mismas personas viviendo la misma vida. Esto es imposible.
Si siempre mezclamos los mismos ingredientes siempre tendremos el mismo cóctel. Si queremos un sabor diferente, entonces tendremos que combinar ingredientes diferentes.
ANALIZAR EL GUIÓN DE NUESTRA VIDA
P.- ¿Y cómo podemos ‘escaparnos' de esa paradoja de "cambiar sin cambiar"...?
R.- Acometer un cambio personal implica reflexionar sobre nuestro guion vital, sobre esa película de nuestra vida de la que somos protagonistas. Si queremos que el argumento cambie, si de verdad queremos una vida distinta, debemos pensar que tendremos que situarnos con la adecuada perspectiva, responsabilizándonos de nosotros mismos, como capitanes de nuestro barco que somos, y sujetar con fuerza el timón para no desviarnos del rumbo. Y luchar cada día, todos los días, por introducir en nuestra vida los cambios que nos llevarán a ser diferentes.
P.- Muchas personas piensan que no tienen fuerzas suficientes para cambiar...
R.- Sí. O también se preguntan ¿cómo van a conseguir movilizar la energía necesaria para lograr un cambio personal significativo? La pasión es el motor del cambio.
Por tanto hemos de reflexionar con detenimiento sobre aquello que queremos lograr, y seleccionar lo que tiene que ver con lo que de verdad nos motiva, con lo que en el fondo nos mueve.
P.- Hay personas que parecen seguir una moda en sus cambios...
R.- Efectivamente. A veces queremos lograr cosas porque otros las tienen o porque está de moda. Nada de eso funciona. Cada uno ha de encontrar en sí mismo aquello con lo que de verdad conecta. Cuando esto se identifica de una manera clara surgen fuerzas capaces de lograr prácticamente cualquier cosa.
P.- ¿Qué mensajes hemos de tener presentes en nuestra mente para un cambio efectivo?
R.- El primero es que tenemos que definir nuestros objetivos de una manera clara. Cuando nos decimos a nosotros mismos que deberíamos aprender una segunda lengua, tenemos que darnos cuenta de que solo estamos formulando el problema. La solución ha de plantearse como pasos concretos y prácticos que nos lleven a lograr lo que queremos, por ejemplo telefonear a una escuela de idiomas.
P.- ¿Y cuáles son los siguientes estadios...?
R.- El segundo mensaje práctico tiene que ver con el desarrollo de hábitos. La mayoría de los aspectos de nuestra vida descansan sobre conductas automatizadas, hábitos, que son los que en gran medida nos definen. Alinear nuestros hábitos con nuestros objetivos es imprescindible para lograr lo que nos proponemos, porque el éxito no es consecuencia de la genética, de la suerte o de la improvisación, sino de la práctica deliberada y constante a lo largo de mucho tiempo. Esa práctica continuada y consciente sería imposible sin la construcción de hábitos.
Diario Libre
Diario Libre