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Alemania asume la presidencia de UE entre grandes desafíos

BERLÍN (AP) — Alemania, la potencia económica más grande de la Unión Europea, asumirá la presidencia rotatoria del bloque de 27 países en medio de enormes desafíos y grandes expectativas, mientras el continente lidia con las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Los seis meses de Berlín al timón serán probablemente la última gran intervención de la canciller, Angela Merkel, en el escenario internacional.

El mandato, que comienza el miércoles, está lleno de momentos históricos para el grupo.

Al principio, el bloque buscará un acuerdo sobre un enorme paquete que ayude a sacar a la economía de la crisis del coronavirus, así como sobre su presupuesto futuro. Al final, Gran Bretaña abandonará definitivamente el mercado único europeo, con o sin acuerdo. Entre medias, la UE debe determinar cómo afronta a una China cada vez más asertiva y se prepara para lo que sea que ocurra en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre.

Berlín, que presidirá las reuniones de ministros de los 27 estados miembros, tendrá que ayudar a impedir nuevas fracturas conforme el daño causado de la pandemia quede más claro, entre preocupaciones por una posible segunda ola de contagios. En total, Europa ha confirmado 190.000 muertes relacionadas con el virus, casi un 40% de los fallecimientos confirmados, y está saliendo de cuarentenas en muchos países que causaron graves daños a sus economías.

El lema de Alemania para su presidencia es “juntos por la recuperación de Europa”. Merkel dijo hace poco al parlamento alemán que “no debemos permitir que la pandemia lleve a que las perspectivas económicas de los estados miembros se distancien”.

“Las fuerzas antidemocráticas, los movimientos radicales, autoritarios, están esperando a las crisis económicas para aprovecharse de ellas de forma política”, añadió. “Están esperando para avivar los temores de la sociedad y propagar inseguridad. Trabajar por un desarrollo sostenible en todas las regiones de Europa también es un instrumento político contra populistas y radicales”.

Merkel y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, propusieron en mayo crear un fondo de recuperación de 500.000 millones de euros (561.000 millones de dólares) que se llenaría con deuda compartida de la UE. Eso es un gran paso para Alemania, rompiendo con su tradicional oposición a cualquier clase de deuda conjunta.

La Comisión Europea, la ejecutiva del bloque, amplió la propuesta con planes de habilitar un fondo de 750.000 millones de euros formado principalmente por subvenciones. El plan ha encontrado resistencia en el grupo formado por Austria, Dinamarca, Holanda y Suecia, que se oponen a las subvenciones y son reacias a dar dinero sin condiciones.

Dependerá de Alemania buscar un acuerdo rápido -tanto para el fondo de recuperación como para el presupuesto de siete años de la UE a partir del 1 de enero-, a ser posible en la reunión de jefes de gobierno del 17 y 18 de julio, su primer encuentro en persona en meses.

“Nuestra tarea será trabajar como mediador sincero de compromisos y soluciones entre los estados miembros”, dijo Merkel en un mensaje en video difundido el fin de semana. “Eso no siempre es fácil”, añadió con su característica tendencia al eufemismo.

El turno de Alemania llega tras un accidentado mandato para Croacia, el miembro más nuevo de la UE, que ocupaba la presidencia en marzo cuando los países respondieron a la explosión de contagios de COVID-19 con cierres descoordinados de fronteras y otras restricciones.

Merkel, de 65 años y que tiene previsto dejar el cargo cuando termine su cuarto mandato el año que viene, desde luego tiene la experiencia necesaria. Ya lideró la presidencia europea en 2007.

Desde entonces, ha dirigido su país e influido en la política comunitaria durante la crisis financiera global, la crisis de deuda de la eurozona, la crisis migrante de 2015 y ahora la crisis del coronavirus. La respuesta médica y económica de Alemania a la pandemia ha sido elogiada, impulsando la popularidad Merkel y dando una sensación de unidad a un gobierno de coalición antes conocido por sus luchas internas.

“Tenemos suerte de que los alemanes tomen el relevo en estos momentos difíciles”, dijo el veterano eurodiputado Philippe Lamberts, miembro del Partivo Verde belga. “Esperemos que ejerzan una presión máxima para conseguir un acuerdo”.

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