Bangladesh pone fin al bloqueo de internet en los campamentos rohinyás
Dacca, 28 ago (EFE).- Las autoridades bangladesíes pusieron fin este viernes a casi un año de restricciones a internet en los campamentos de refugiados rohinyás, que acogen a unos 738.000 miembros de esta minoría principalmente musulmana que huyeron hace tres años de la vecina Birmania escapando de la violencia.
'Las redes móviles 3G y 4G han sido restauradas en los campamentos de refugiados hacia las 11.00 hora local (5.00 GMT) siguiendo las órdenes de las autoridades', dijo a Efe el comisario adjunto para la Ayuda y Repatriación de Refugiados, Mohammad Shamsuddoha.
Un portavoz de la Asociación de Operadores de Telecomunicaciones Móviles de Bangladesh (AMTOB, en inglés), que pidió el anonimato, confirmó la decisión gubernamental.
El líder de la Sociedad de Rohinyás de Arakán para la Paz y los Derechos Humanos, Abdur Rahim, aseguró a Efe que la medida traerá algo de alivio a los refugiados.
'Hoy estamos muy contentos, hemos sufrido mucho a causa de estas restricciones', dijo Rahim.
En septiembre del año pasado, la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones de Bangladesh (BTRC) ordenó a los operadores de telefonía móvil cortar las redes de alta velocidad en las zonas sureñas de Teknaf y Ukhia, que acogen los campos de refugiados rohinyás.
Esta orden se produjo poco después de que unos 100.000 miembros de la perseguida minoría se congregasen en el campo de Kutupalong para exigir ser consultados en las negociaciones para su repatriación a Birmania, una protesta que tomó por sorpresa al Gobierno bangladesí.
Dacca había esgrimido que el corte de internet respondía a motivos de seguridad y el pasado año ha debido hacer frente a las críticas de grupos de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW), según los que el bloqueo dificultaba la respuesta a la pandemia del coronavirus en los campamentos.
Unos 738.000 rohinyás refugiados en Bangladesh llegaron al país en agosto de 2017 huyendo de una ola de persecución y violencia por parte del Ejército del vecino Birmania. La ONU calificó esa persecución de ejemplo de limpieza étnica y posible genocidio, crímenes de lesa humanidad que investigan los tribunales internacionales. EFE