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Con desolación e incertidumbre transcurre feriado en Ecuador

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Con desolación e incertidumbre transcurre feriado en Ecuador
manifestantes indígenas marchan por las calles de Quito, Ecuador, el jueves 10 de octubre de 2019. (AP FOTO/FERNANDO VERGARA)

QUITO (AP) — Los ecuatorianos iniciaron el viernes un feriado nacional de tres días en medio de una virtual paralización y con incertidumbre política debido a las sostenidas protestas sociales que se han extendido por más de una semana en oposición de un paquete económico del gobierno que entre otras cosas dispone una sustancial elevación del precio de los combustibles.

La capital, al igual que el resto del país, luce desolada, no solo por el feriado, sino por la casi nula actividad de esta semana, a lo que se sumó la suspensión de actividades en escuelas, colegios y universidades debido a las violentas manifestaciones.

Jenny Poveda, 51 años, dueña la tienda de abasto, La Morlaca, dijo a The Associated Press que han sido días muy duros. “Casi ocho días sin trabajar, hemos cerrado y ahora no se vende nada, no hay derecho al vandalismo, tenemos derecho a trabajar a que nos dejen trabajar. Las medidas han sido drásticas, pero debemos seguir trabajando”.

Miles de indígenas aún permanecen concentrados en la Casa de la Cultura y universidades católicas cercanas para seguir protestando, aunque en el resto de la capital se registran esporádicas paralizaciones de vías y algunas llantas quemadas.

La administradora del restaurante La Llama, Paulina Gándara, de 50 años, comentó que “estoy de acuerdo con el retiro del subsidio para empezar a sincerar la economía ecuatoriana, aunque las protestas nos ha afectado tremendamente. Han sido días enteros sin trabajar y otros días a medias. Si seguimos así el personal está en peligro porque no podremos mantenerles los trabajos, Nuestras ventas son casi nula”.

Los indígenas han causado estragos mínimos en esta ciudad, pero su poder real está en el campo y las carreteras, a las que con bloqueos con árboles y piedras logran paralizar y suspender el tráfico interprovincial.

El estudiante de cine Jorge Lozano, de 27 años, dijo que apoya a las protestas contra el gobierno, porque “mi familia es del campo, lucho porque mi familia de clase media baja, a veces no hemos tenido ni para comer. Y con eso todo va a subir sin que suban el sueldo, para compensar, el sueldo básico (394 dólares) no alcanza ni para comer”.

En las principales terminales de autobuses de Guayaquil, Quito y otras ciudades hay una reducida concurrencia de usuarios para desplazarse aprovechando el feriado nacional de tres días, mientras las empresas de transportes no ofrecen garantías de que los viajes como suele estar previsto a causa de bloqueos en las vías alentados por grupos indígenas.

En la madrugada un millar de indígenas de la Amazonía llegó a Quito para aumentar la presión sobre el gobierno, al cual exigen la derogatoria inmediata de las medidas. El presidente Lenín Moreno ha dicho que no dará marcha atrás debido a la urgencia de las reformas para estabilizar la caja y la economía fiscal.

Marlon Vargas, dirigente de los indígenas de la Amazonía, dijo que “nos hemos tomado las instituciones (estatales) así como también los pozos petroleros y hemos dicho que no habrá nada ni para Guayaquil ni para Quito”.

Los ataques a los pozos de producción y las instalaciones del principal oleoducto obligaron a la empresa estatal Petroecuador a declarar en todas sus operaciones situación de fuerza mayor, contemplada en sus contratos, lo que significa una advertencia a sus socios y proveedores de posibles retrasos e incumplimientos de entregas, evitando así multas o sanciones.

Ecuador tiene contratos con empresas estatales como ENAP, de Chile, Petroperú y con Petrotailandia, Petrochina y Unipec.

El indígena Jorge Lizuma, de 27 años y que llegó del centro del país, aseveró que “la gente está cabreada (con ira), porque este gobierno es sordo, vamos a llegar hasta las últimas consecuencias y nosotros no nos vamos a ir ni nos vamos a cansar”.

Durante la mañana miles indígenas salieron en una marcha que se dirigía a la cercana Asamblea, mientras la policía buscaba dispersarlos con gases lacrimógenos.

Las protestas iniciaron el 3 de octubre con un paro de transportistas que dejó al país sin servicio urbano e interprovincial, poco después los estudiantes se unieron y finalmente los indígenas llegaron por miles desde el lunes a la capital para rechazar la eliminación de subsidios a los combustibles, cuyos precios pasaron de 1,85 dólares el galón de gasolina a 2,39, y el diésel de 1,03 a 2,30 dólares, entre otras reformas de carácter laboral y financiero.

Las manifestaciones callejeras, que incluso llegaron a tomar momentáneamente la Asamblea, subieron de tono y el miércoles mostraron una violencia inusitada cuando en la marcha de los trabajadores aparecieron grupos de encapuchados que atacaron con violencia a la policía.

El saldo de los incidentes es de cinco fallecidos, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, aunque el gobierno ha reconocido dos muertos y no producto de la represión, sino de un atropellamiento y una caída.

El gobierno ha señalado que hay cerca de 700 detenidos y que muchos ya fueron liberados.

Ante la situación, Moreno --que empezó a gobernar en mayo de 2017 y debe terminar su mandado en mayo del 2021-- trasladó la sede del gobierno a Guayaquil para reducir tensiones.

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