Etiopía 'limpia sus entrañas', detiene a miles de tigrianos
NAIROBI, Kenia (AP) — Las fuerzas de seguridad etíopes han arrestado a miles de tigrianos a los que acusan de traidores, manteniéndolos a menudo meses encerrados sin radicarles cargos, según comprobó la Associated Press.
Las detenciones, que involucran mayormente personal militar, son un aparente intento por limpiar las instituciones de gobierno de los tigrianos que hasta hace poco las controlaban. Detenidos, familiares y visitantes hablan de cientos, tal vez más de mil arrestos en al menos nueve centros de detención, incluidas bases militares y un centro de estudios agrícolas.
El gobierno del premio Nobel de la Paz Abiy Ahmed reconoce que ha detenido una pequeña cantidad de militares tigrianos de alto rango. Pero la AP informa por primera vez que la campaña de arrestos es mucho más amplia y que a veces la única razón de las detenciones es la etnia de las personas.
Un militar apresado dijo a la AP que está detenido con más de 400 tigrianos y que sus abogados no pueden hablar con él. La AP no usa su nombre por razones de seguridad, pero vio su tarjeta de identidad.
“Pueden hacer lo que quieran”, dijo en un teléfono ingresado a escondidas. “Pueden matarnos si quieren. Estamos en sus manos y lo único que nos queda es rezar”.
Parte del personal militar detenido no eran soldados sino empleados administrativos, maestros y enfermeros, de acuerdo con entrevistas a 15 detenidos y familiares de presos, un abogado y alguien que visitó un centro de detención. También fueron arrestados empleados de empresas estatales y sacerdotes. Las detenciones arbitrarias de personas que no son combatientes viola les leyes internacionales, según el Comité Internacional de la Cruz Roja, que entrevistó a familiares de los presos pero no quiso hacer más comentarios.
Si bien las condiciones varían, algunos detenidos comen una vez al día y son alojados de a montones en una celda o habitación en momentos en que el COVID-19 se propaga rápidamente. Los familiares temen que no se les estén dando medicinas. Los detenidos no presenciaron golpizas, pero de todos modos pidieron no ser identificados por temor a represalias.
Los tigrianos son a menudo derivados a los tribunales militares. Dicen que se sienten indefensos, con su destino en manos de gente que los acusa de traidores.
Las detenciones son parte de la guerra en la región de Tigray, marcada por masacres, expulsiones y hambrunas, que testigos describen como una campaña sistemática para destruir la minoría tigriana de 6 millones de habitantes en un país de 90 millones de personas. Los arrestos llaman la atención porque Abiy fue alguna vez elogiado por liberar presos políticos después de ser elegido.
Los líderes tigrianos fueron parte de un gobierno represivo que controló Etiopía durante casi tres décadas y se los acusa de alentar mortales políticas étnicas. Pero fueron desplazados del poder cuando Abiy asumió en el 2018. Luego de que se postergasen elecciones el año pasado realizaron su propia consulta y declararon ilegítimo el gobierno de Abiy. El gobierno central acusó luego a combatientes tigrianos de atacar una base militar y declaró una guerra en la que murieron miles de personas.
El gobierno etíope está detrás “solo de los viejos líderes tigrianos”, según declaró a la AP el ministro de diplomacia pública en la embajada de Gran Bretaña, Mekonnen Amare. “No hay detenciones masivas”.
En un video filmado clandestinamente y difundido por la internet, cuya autenticidad fue comprobada por la AP, sin embargo, un militar dijo que “teníamos que limpiar nuestras entrañas. Incluso si hay gente buena entre ellos, no podemos distinguir entre buenos y malos”. Ahora las fuerzas de seguridad son “totalmente etíopes”, expresó el brigadier general Tesfaye Ayalew.
El ministerio de justicia de Etiopía y el portavoz militar no respondieron a preguntas.
Otro tigriano detenido que habló a escondidas por un teléfono contrabandeado dijo que está detenido sin cargos junto con más de 30 pilotos, técnicos y otro personal militar.
“Si no se pacta la paz, no tenemos futuro”, se lamentó.
Un individuo que se escapó de un centro de detención de Mirab Abaya calculó que allí había más de 1.500 personas presas. Un hombre que visitó otros dos centros afirmó que había 110 detenidos en uno y 270 en el otro. Le dijeron que no podían hablar en grupos ni recibir visitas de familiares ni llamadas telefónicas, y que no los alimentaban bien.
“El centro es muy caluroso, no se veían bien”, comentó el hombre.
También arrestan civiles. Un empleado de la Aerolínea Etíope, estatal, dijo que se fue del país tras quedar en libertad bajo fianza. Decenas de sacerdotes y diáconos tigrianos fueron apresados en la capital, según Lisanewerk Desta, directora de la biblioteca y el museo de la Iglesia Ortodoxa de Etiopía.
La oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas dijo que no tenía estimados confiables acerca de la cantidad de tigrianos detenidos arbitrariamente “por la falta de transparencia”.
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Andrew Drake colaboró desde Londres.