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Cambios en Cuba
Cambios en Cuba

Fin de era de los Castro: ¿Renovación o formalización del continuismo en Cuba?

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Fin de era de los Castro: ¿Renovación o formalización del continuismo en Cuba?
Raúl Castro junto al candidato a sucederlo, Miguel Díaz-Canel. (AP/ RAMÓN ESPINOSA)

SANTO DOMINGO. Hoy Raúl Castro no sólo hará un traspaso de mando, sino que con la elección de su sustituto frente al Consejo de Estado - el máximo organismo de gobierno en Cuba- el hermano menor del líder de la revolución cubana Fidel Castro cierra el capítulo generacional del grupo de hombres y mujeres que cambiaron el curso histórico de esta nación caribeña hace 59 años.

Cuando Miguel Díaz-Canel, el señalado seguro sucesor de Raúl, sea elegido por los 605 diputados que componen la Asamblea Nacional, será la primera vez desde 1976 que el presidente cubano no llevará el apellido Castro, no vestirá uniforme militar ni será el primer secretario del Partido Comunista de Cuba.

Las expectativas ante este cambio van inclinadas a señalar que Díaz-Canel dará continuidad a la gestión de Estado de Raúl Castro, quien desde el 2006, cuando su hermano Fidel le delegó el poder, inició una especie de actualización del modelo cubano, que desde 1961 se basó en un sistema socialista inspirado en el régimen soviético.

Las “actualizaciones” se enfocaron en una apertura comercial privada interna y a la inversión extranjera, sumada al apoyo de Venezuela y China, aunque la economía sigue controlada por el Gobierno Central.

La renovación bajo la gestión de Raúl también incluyó el acercamiento al país que la revolución castrista señaló siempre como el enemigo, llamado “el imperio” por Fidel Castro: Estados Unidos. El acercamiento con “el imperio”, en el gobierno de Barack Obama -quien se convirtió en el primer presidente estadounidense en viajar a Cuba después de la instauración del régimen de los Castro- en 2015 despertó la esperanza del final del embargo comercial impuesto por Estados Unidos desde 1962.

Pero este deshielo fue detenido más pronto con la llegada de un invierno inesperado, cuando el republicano Donald Trump, consecuente con una línea dura ante Cuba alimentada por el exilio cubano en Miami, asumió la presidencia de Estados Unidos.

El sustituto

Una imagen significativa ayer fue la de la entrada de Raúl Castro al Palacio de Convenciones de La Habana, donde se inició la sesión de la Asamblea Nacional para elegir al nuevo gobierno, junto a Miguel Díaz-Canel.

Nacido un año después del triunfo de la revolución cubana, en 1960, Díaz-Canel es un ingeniero electrónico que mañana, viernes, cumple 58 años y que comenzó su carrera política en 1987 en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), en la Universidad Central de las Villas, donde ejercía como docente.

Las distintas agencias de prensa internacional han reseñado en detalle su currículo. Actual primer vicepresidente del gobierno cubano, segundo al mando, en 1994, luego de ascender dentro de la UJC e ingresar en el Partido Comunista de Cuba (PCC), fue designado primer secretario del partido en su provincia natal de Villa Clara.

Era la época de la severa crisis económica cubana, tras la disolución de la Unión Soviética, cuando los cubanos aprendieron a “resolver”, a gestionar lo necesario de todas las maneras posibles, y casi imposibles, en medio de la escasez.

“Allí dejó una impronta de dirigente accesible y cercano a la gente en los duros tiempos del Periodo Especial, pues se le podía ver recorriendo los barrios en bicicleta o a pie, bailando en actos festivos e incluso apoyando iniciativas como El Mejunje, centro pionero en espectáculos de travestismo y convertido en símbolo de la lucha por los derechos LGTBQI”, señala la agencia EFE en uno de sus cables de prensa.

En 2003 fue nombrado primer secretario del partido en la provincial oriental de Holguín e ingresó en el Buró Político del PCC.

Raúl Castro confió en él para nombrarlo en 2009, ministro de Educación Superior y cuatro años después pasó a ser el primer vicepresidente de los consejos de Estado y de Ministros.

Ha sido descrito como una persona fiel a la ortodoxia castrista y un político discreto, por lo que no se esperan cambios en la forma de gobierno cubano bajo su dirección.

Una “pantomima”

En Miami, Florida, donde se ha establecido desde la década de los sesenta del siglo pasado la disidencia al régimen castrista, este proceso de sucesión ha sido calificado de pantomima.

"Una vez más pedimos la libertad verdadera, no el cambio cosmético que quiere hacer el régimen de La Habana, poniendo a uno y quitando al otro", declaró a la Agencia Francesa de Prensa (AFP) Osvaldo Hernández, delegado de la organización anticastrista Vigilia Mambisa.

Esta agencia señala que el domingo, el Movimiento Democracia, una de las organizaciones anticastristas más influyentes, reunió a decenas de exiliados en la Pequeña Habana para protestar por el cambio en la sucesión de poder.

En tanto que ayer el gobierno de los Estados Unidos aseguró que no cambiará su política de restricción del comercio con Cuba bajo el gobierno del sucesor de Raúl Castro y expresó escepticismo sobre cualquier cambio en la isla.

Raúl, tras bastidores

Luego de que hoy deje el gobierno en las manos de Díaz-Canel, propuesto como candidato único para sucederlo ayer por la Asamblea Nacional, el menor de los siete hermanos Castro Ruz seguirá siendo el primer secretario general del Partido Comunista y mantendrá su cargo como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas cubanas.

Esta posición lo mantendrá activo dentro de la gestión de su sucesor, de quien se espera siga sus lineamientos tal y como él lo hizo junto a su hermano Fidel por casi 60 años.

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