Guatemala cambia a su ministro de Salud en medio de pandemia
CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — El gobierno de Guatemala informó el viernes que sustituirá a su ministro de Salud, Hugo Monroy, en medio de la crisis por el COVID-19 y cuando los contagios de coronavirus están en ascenso. Amelia Flores ocupará el puesto.
El cambio fue anunciado por el presidente Alejandro Giammattei, quien dijo que se debió a renovación del equipo. “Al doctor Monroy le tocó asumir en medio de una crisis mundial con un sistema de salud muy colapsado y que nos ha tocado ir reconstruyendo. Eso generó cansancio físico y mental”, dijo el mandatario.
Monroy pasará a dirigir una unidad médica que se encargará de la construcción de siete hospitales con fondos del banco mundial, explicó Giammattei, y agregó que el nuevo equipo de Salud tendrá el reto de recuperar el sistema de atención primaria en la materia.
Monroy, que estuvo en el cargo durante cinco meses, fue duramente criticado por su gestión y el manejo de la pandemia, especialmente por la falta de garantías de salud y protección de médicos que combaten el virus en primera línea en hospitales.
El exministro fue citado ante diputados al Congreso que le reclamaron la baja ejecución presupuestaria, que no alcanzaba el 20% en plena crisis de salud. Monroy fue acusado por doctores que combatían el COVID en primera línea de que no les habían pagado sus salarios por meses. Durante su gestión varios hospitales se saturaron y se viralizaron imágenes de enfermos en el suelo o en carpas bajo la lluvia.
Flores es médica y fungió como viceministra Técnica del Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social durante el gobierno de Óscar Berger (2004-2008). Tiene experiencia en el campo de salud y administración pública. Hasta antes del anuncio del viernes, laboraba en IntraHealth, una organización internacional que busca el mejoramiento del tema de salud y prosperidad en comunidades pobres.
Ha dirigido proyectos del Fondo Mundial para Tuberculosis, Malaria y VIH y es reconocida experta en proyectos de cooperación internacional hasta la fecha.
Por la noche se informó que las cifras de contagios alcanzaron 12.036 más 483 fallecidos.
Poco antes, Chile informó que sobrepasó los 4.000 muertos y agregó 6.290 nuevos contagiados para totalizar 231.393. De seguir con este ritmo de contagio, en un par de días alcanzará a Italia.
El mismo día se informó de 252 fallecidos inscritos en el Registro Civil, la mayor cifra diaria desde la llegada del virus en marzo, acumulando 4.093 decesos.
Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) del sistema hospitalario chileno están hace semanas al borde del colapso, con una ocupación del 96% en el gran Santiago, que concentra más del 80% de los infectados.
Desde el inicio de la crisis sanitaria el gobierno triplicó las camas de uso crítico y cuadruplicó los ventiladores mecánicos.
En Argentina, donde hay más de 37.000 infectados y 954 muertos, el gobierno reforzó los controles en el transporte público de pasajeros en la ciudad de Buenos Aires y la treintena de localidades cercanas situadas en la provincia homónima luego de que se limitara el permiso para circular ante el aumento de casos.
En el transporte público sólo pueden viajar trabajadores de una veintena de actividades esenciales, como personal sanitario, miembros de las fuerzas de seguridad, empleados de farmacias y cuidadores de ancianos y niños.
Los trabajadores de sectores no esenciales -por ejemplo los que atienden comercios- deben tramitar de nuevo sus permisos de circulación y trasladarse a sus lugares de trabajo caminado, en automóvil o en bicicleta.
“Crece el movimiento de gente y crece el contagio. Eso es lo que nos llevó a ver de qué modo nosotros podemos ponerle un freno ya”, dijo el presidente Alberto Fernández.
Las fuerzas de seguridad realizaron mayores controles en las estaciones de los trenes municipales, pero la vigilancia fue más laxa en los autobuses urbanos, según reconocieron los propios usuarios.
En la capital argentina y las localidades de su alrededor, donde en las últimas semanas se han reactivado distintas actividades productivas en el marco de la cuarentena vigente desde el 20 de marzo, se concentra más del 90% de los casos.
El presidente Fernández dijo a Radio Nacional que el país está “muy lejos de resolver el problema de la pandemia” y consideró que hay que “ser muy firmes y duros y hacer entender que circular es un riesgo enorme” en el área metropolitana Buenos Aires.
Más tarde, el ministro de comercio de Colombia, Juan Manuel Restrepo, indicó que se cumplió el primero de tres días en que los colombianos estarán exentos de pagar un impuesto de consumo conocido como IVA. Con ello, aseguró, se buscó proteger el empleo de 1.2 millones de personas en la reactivación gradual del comercio por la cuarentena obligatoria que finalizaría el 1 de julio.
Aunque primero dijo que comercios de todos tamaños funcionaron exitosamente, reconoció que hubo 85 aglomeraciones en el país. Según dijo, hubo 73 mil establecimientos abiertos. Durante la jornada, el comercio electrónico aumentó seis veces su ventas.
El IVA volverá a estar exento el 3 y 19 de julio.
Hasta el momento el COVID-19 ha dejado 60.217 contagiados y 1.950 muertos en el país.
Por la tarde, desde Bolivia, la principal autoridad de Salud en La Paz, René Sahonero, renunció el viernes en medio de discrepancias con la gobernación y denuncias de un desface en el sistema sanitario tras los aumentos de casos.
El médico —que ocupaba el puesto de director del Servicio Departamental de Salud— fue designado por la presidenta interina Jeanine Áñez para tener una mejor coordinación con la autoridad paceña, pero generó roces con el gobernador Felix Patzy.
“La verdad no sé qué más hacer, no sé dónde mandar las pruebas, hay grupos que no dejan trabajar”, dijo Sahonero en conferencia de prensa. Agregó que ya no se estarían “sacando muestras, no se tienen dónde llevar a los pacientes... La Paz necesita otra cosa. Yo prefiero renunciar para que no haya más problemas”.
En Bolivia el ministerio de Salud autorizó la apertura de actividades desde inicios de junio en siete de nueve regiones, excepto los departamentos de Santa Cruz y Beni, que son las más afectados y con los sistemas de salud más saturados.
La Paz reporta 1.386 casos y 53 decesos, mientras que a nivel nacional el país registra 21.499 y 697 fallecidos.
Las autoridades paceñas decidieron que se retorne a una cuarentena por tres días, mientras que el personal médico continúa con sus protestas a nivel nacional denunciando que no tienen la dotación de equipos necesarios.
Bolivia es el país más pobre de Sudamérica y tiene un sistema de salud precario.
En América Latina se han registrado casi 1,9 millón de contagios y cerca de 89.200 muertos.
El coronavirus ha infectado a más de 8,6 millones de personas y causado la muerte a casi 458.700 en todo el mundo, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.