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Policía de Río investiga a compañía por agua maloliente

Los residentes de algunos barrios que generalmente no tienen sedimento también han recibido agua color rojizo o marrón

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Policía de Río investiga a compañía por agua maloliente
Maria Lina dos Santos muestra un vaso con el agua maloliente y desagradable que llega a su casa en el Complexo de Alemao, un grupo de favelas, en Río de Janeiro. (AP )

La policía de Río de Janeiro investiga a los trabajadores de una empresa de servicios públicos estatal luego de que algunos vecindarios de la ciudad brasileña recibieron agua potable maloliente.

Los trabajadores de la empresa Cedae o de terceras partes podrían estar involucrados “por acción u omisión en la alteración del suministro de agua”, lo que ha ocasionado afectaciones en la región durante más de una semana, dijo la policía en un comunicado. Muchos supermercados se han quedado sin agua embotellada.

Una pequeña clínica pública en la favela Complexo do Alemao, en el norte de Río, ha registrado un aumento significativo en los casos de dolor abdominal, diarrea y vómito en los últimos días. Aunque es demasiado pronto para tener certeza de la causa, ese grupo de síntomas a menudo está asociado con el consumo de agua.

Los residentes de algunos barrios que generalmente no tienen sedimento también han recibido agua color rojizo o marrón.

Cedae dijo el miércoles que el agua está afectada por la presencia de geosmina, un complejo orgánico que es inocuo. La empresa también afirmó que el agua de Río cumple con los requerimientos del ministerio de Salud, pero eso no ha hecho que los residentes se sientan seguros para utilizarla.

Los funcionarios de la compañía también dijeron que el color del agua se debe a los sistemas de tubería de las casas, algo por lo que la compañía no puede ser responsabilizada.

Los expertos de la universidad federal de Río señalaron en un comunicado que la “geosmina no es tóxica, pero puede indicar problemas en la calidad del agua no tratada utilizada para el suministro”.

“Existe una amenaza real para la seguridad hídrica de la zona metropolitana de Río de Janeiro”, se lee en el comunicado, el cual incluye sugerencias para abordar la crisis, como un cambio en el manejo de los recursos de agua, con mejores planes de contingencia, así como una comunicación clara de los riesgos a los que está expuesta la población y una inversión en soluciones a largo plazo.

El gobernador del estado Wilson Witzel pidió análisis a la calidad del agua y a la gestión en la empresa de servicios públicos.

En tanto, el número de personas que se han dicho afectadas por el agua de Río sigue aumentando.

Larissa Pereira, de 18 años, quien trabaja arreglando computadoras y teléfonos, acudió a la clínica de Alemao luego de sufrir dolores abdominales. “El médico me dijo que es por el agua, que todos están así”, comentó.

Dos de los familiares de Pereira también están enfermos.

Regiones como Alemao a menudo tienen problemas con el saneamiento, debido a que muchas viviendas no están conectadas al sistema de alcantarillado de la ciudad.

Pero ese no es el caso para el exclusivo vecindario de Leblon, donde el estadounidense James Gulbrandsen, director del fondo de inversión NH Capital, cree que fue víctima del mismo problema.

“Puse un poco de hielo a mi agua y no pensé en eso. Unas horas después pensé que iba a morir. Luché para superarlo”, dijo.

“Tenía algunos antibióticos y me llené de ellos el domingo por la noche y el lunes por la mañana. Me fui a trabajar alrededor del mediodía luego de poder comer por primera vez desde mi almuerzo del día anterior”.

Sin embargo, la mayoría de los casos se presentaron en las áreas más pobres de la zona metropolitana de Río, donde la gente tenía problemas para adquirir agua embotellada.

Marcos Valério Alves, de 51 años y presidente de la asociación de residentes de la favela Nova Brasilia, está acostumbrado a ver agua sucia en su comunidad una vez cada dos meses. Pero en esta ocasión, notó un olor y sabor distinto.

“El agua venía con un hedor a barro, muy malo. Mi esposa y yo tuvimos diarrea; apenas nos empezamos a sentir mejor”, comentó.

Alves regresó a trabajar el jueves luego de dos días sin creer en lo que las autoridades decían sobre el agua que utiliza para sus jugos.

“Cedae dice que no hay ningún problema, pero los que sabemos somos nosotros, los que lo vivimos y tomamos”, señaló.

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