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Tras violencia, presidente despliega ejército en Quito

QUITO, Ecuador (AP) — Las fuerzas armadas de Ecuador salieron a las calles después de que el presidente Lenín Moreno ordenó por primera vez en décadas un toque de queda de 24 horas como respuesta a un día de ataques a edificios gubernamentales y de prensa.

Para la noche del sábado, el ejército había recuperado control del parque y las vías que dirigen a la Asamblea Nacional y la Contraloría, a la que irrumpieron los manifestantes quienes prendieron fuego al interior del edificio.

Moreno dijo que el ejército impondría un toque de queda de 24 horas en Quito y en áreas circundantes a infraestructuras críticas como centrales eléctricas y hospitales como respuesta a un día de violencia. Fue la primera medida del tipo impuesta desde que hubo una serie de golpes de Estado en las décadas de 1960 y 1970.

La noche del sábado, Moreno anunció algunas concesiones en el paquete económico al que se opusieron muchos ecuatorianos, aunque no hizo cambios al incremento en los precio de los combustibles, el factor que provocó las protestas y enfrentamientos a nivel nacional.

Moreno indicó que su gobierno abordaría algunas preocupaciones de los manifestantes, analizaría cómo asegurar que los recursos lleguen a zonas rurales y ofrecería compensaciones para los que sufrieron pérdidas económicas debido a la inestabilidad de los últimos días.

“Con quienes tengan la decisión de dialogar, lo haremos”, dijo Moreno en comentarios difundidos en radio y televisión. “Ese proceso tiene avances y espero darles pronto buenas noticias, porque diferentes organizaciones y sectores han confirmado su voluntad de dialogar”.

Para muchos en Ecuador, que se había convertido en uno de los países más seguros y estables de la región, el día de violencia fue una sacudida terrible.

“Quito tuvo un día muy difícil de mucha tensión y miedo para los ciudadanos”, dijo María Paula Romo, ministra del Interior. “Lo que tuvimos hoy no se ha visto con anterioridad”.

Unas dos horas después de que fuera atacada la Contraloría, un grupo de varias decenas de hombres encapuchados ingresó a las oficinas de la televisora Teleamazonas en el norte de Quito, prendieron fuego en el piso e intentaron irrumpir al edificio en donde unos 20 empleados estaban atrapados.

También fueron atacadas las oficinas del periódico El Comercio en el sur de Quito, en donde tomaron control de edificios de guardias de seguridad que brevemente amarraron antes de que llegara la policía y ahuyentara a los manifestantes.

Tras horas de caos, Moreno apareció en televisión nacional junto a su vicepresidente y ministro de Defensa para anunciar que ordenaría a las personas permanecer al interior y desplegaría a las fuerzas armadas a las calles.

El mandatario dijo que los manifestantes encapuchados no tenían nada que ver con los miles de indígenas ecuatorianos que llevan más de una semana protestando por un repentino aumento en los precios de combustible como parte del paquete de austeridad respaldado por el Fondo Monetario Internacional. Culpó de la violencia a los narcotraficantes, al crimen organizado y los seguidores del expresidente Rafael Correa, quien ha negado las acusaciones de que intenta derrocar al actual gobierno.

Antes de ser presidente, Moreno fue el vicepresidente de Correa y ambos hombres pasaron por una amarga división cuando Moreno intentó contener la deuda pública acumulada bajo el mandato de Correa.

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La corresponsal Raisa Ávila contribuyó a este despacho.

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