José Gómez Cerda resalta al padre Celso Benavides
Dedicó su vida religiosa a dar orientación de los trabajadores a resalta al padre Benavides
Diario Libre
SANTO DOMINGO.El fallecimiento hoy del padre Carlos Benavides enluta la filosodía, la ideología cristiana, a sacerdotes y una generación que tuvismos el privilegio de compartir con él sus sabias orientaciones y consejos espirituales y materiales.
El sacerdote Carlos Benavides dedicó su vida religiosa a dar orientación de los trabajadores, campesinos y en especial a seminaristas.
Aunque el padre Carlos Benevidades nació en España, se instaló en Cuba, de ahí ingresó a la República Dominicana hasta su fallecimiento, junto con él llegaron otros sacerdotes procedentes de Cuba, entre ellos José Arnaiz, José Llorente, Fernando Arango, etc.
Conocí al Padre Benavides en 1962, cuando en la Casa Manresa realizamos el primer curso para formar sindicalistas cristianos en la República Dominicana, futuros militantes de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), y utilizamos ese centro para actividades educativas y de formación de militantes.
La CASC tuvo el privilegio de tener como asesores espirituales a los sacerdotes Manuel González Quevedo, Porfirio Valdez, y el padre Checo, en Santiago; José Arnaiz, José Llorente y Carlos Benadives, en Santo Domingo. El padre Francisco Guzmán, fue el asesor para los campesinos. Los Asesores legales fueron el Dr. César Estrella Sadhalá y el Dr. Flavio Dario Espinal.
El padre Carlos Benavides llevaba 8 años en la Casa Manresa, operado de corazón abierto, con una úlcera sangrante, infección en las vías urinarias y con las piernas débiles para dar un paso. La última vez que lo vi la conversación fue muy breve por su condición de salud.
Carlos Benavidades, que en los medios de comunicaciones sociales, especialmente en el periódico Listin Diario, escribía bajo el seudonimo de « E. C. Alben », tenía una facilidad de comunicar en forma sencilla temas filosóficos, para que pudieran ser entendidos por los lectores. Sus cientos de artículos sirvieron a muchos para su formación ideológica y cristiana.
Según el padre Jesús Hernández ; " Su tratado DIOS: La realidad del Ser (Santo Domingo, 1994) como doctrina tradicional y nueva a la vez, y la edición conjunta de sus artículos periodísticos Al margen de filósofos y filosofías (Santo Domingo 1989) como enfoque objetivo y crítico de personajes modernos que no siempre mantienen su condición de filósofos.
Leer estas dos obras abrén el aprecio a la filosofía, cultivada en el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino de nuestra ciudad. Constituyen, también, algo nuestro en peligro de caer en el olvido".
Compartí varios años con el padre Carlos Benavides, cuando ambos eran profesores de filosofía en el Seminario Santo Tomás de Aquino, cuyo rector era el hoy obispo Monseñor Benito de la Rosa Carpio, y otros meritorios profesores como los padre Benito Ángeles, Jesús Hernández, Freddy Bretón, Vinicio Disla, etcetera.
En la sala de profesores podiamos dialogar especialmente sobre la filosofía de Jacques Maritain y Emmanauel Mounier, pero también del ambiente social y política nacional.
El padre Benavides deja un recuerdo eterno para los que lo conocimos y compartimos sus ideales de humanismo integral.
El sacerdote Carlos Benavides dedicó su vida religiosa a dar orientación de los trabajadores, campesinos y en especial a seminaristas.
Aunque el padre Carlos Benevidades nació en España, se instaló en Cuba, de ahí ingresó a la República Dominicana hasta su fallecimiento, junto con él llegaron otros sacerdotes procedentes de Cuba, entre ellos José Arnaiz, José Llorente, Fernando Arango, etc.
Conocí al Padre Benavides en 1962, cuando en la Casa Manresa realizamos el primer curso para formar sindicalistas cristianos en la República Dominicana, futuros militantes de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), y utilizamos ese centro para actividades educativas y de formación de militantes.
La CASC tuvo el privilegio de tener como asesores espirituales a los sacerdotes Manuel González Quevedo, Porfirio Valdez, y el padre Checo, en Santiago; José Arnaiz, José Llorente y Carlos Benadives, en Santo Domingo. El padre Francisco Guzmán, fue el asesor para los campesinos. Los Asesores legales fueron el Dr. César Estrella Sadhalá y el Dr. Flavio Dario Espinal.
El padre Carlos Benavides llevaba 8 años en la Casa Manresa, operado de corazón abierto, con una úlcera sangrante, infección en las vías urinarias y con las piernas débiles para dar un paso. La última vez que lo vi la conversación fue muy breve por su condición de salud.
Carlos Benavidades, que en los medios de comunicaciones sociales, especialmente en el periódico Listin Diario, escribía bajo el seudonimo de « E. C. Alben », tenía una facilidad de comunicar en forma sencilla temas filosóficos, para que pudieran ser entendidos por los lectores. Sus cientos de artículos sirvieron a muchos para su formación ideológica y cristiana.
Según el padre Jesús Hernández ; " Su tratado DIOS: La realidad del Ser (Santo Domingo, 1994) como doctrina tradicional y nueva a la vez, y la edición conjunta de sus artículos periodísticos Al margen de filósofos y filosofías (Santo Domingo 1989) como enfoque objetivo y crítico de personajes modernos que no siempre mantienen su condición de filósofos.
Leer estas dos obras abrén el aprecio a la filosofía, cultivada en el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino de nuestra ciudad. Constituyen, también, algo nuestro en peligro de caer en el olvido".
Compartí varios años con el padre Carlos Benavides, cuando ambos eran profesores de filosofía en el Seminario Santo Tomás de Aquino, cuyo rector era el hoy obispo Monseñor Benito de la Rosa Carpio, y otros meritorios profesores como los padre Benito Ángeles, Jesús Hernández, Freddy Bretón, Vinicio Disla, etcetera.
En la sala de profesores podiamos dialogar especialmente sobre la filosofía de Jacques Maritain y Emmanauel Mounier, pero también del ambiente social y política nacional.
El padre Benavides deja un recuerdo eterno para los que lo conocimos y compartimos sus ideales de humanismo integral.
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