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Juez envía a prisión a propietario de bar acusado de explotación sexual de venezolanas

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Juez envía a prisión a propietario de bar acusado de explotación sexual de venezolanas
En la audiencia, de pie, Jarvis Guerra Rodríguez, propietario del “Pink Pony Bar”, en donde supuestamente tenían secuestradas mujeres venezolanas a las que se explotaba sexualmente.

SANTO DOMINGO. El juez de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional impuso tres meses de prisión preventiva al propietario y la gerente de un centro de diversión del sector Los Prados, acusados de explotar sexual de por lo menos diez venezolanas.

El juez Alejandro Vargas dispuso que el imputado Jarvis Guerra Rodríguez fuera enviado a la cárcel de La Victoria, mientras que a la empleada y supuesta gerente del lugar, Ángela Isaura Campusano Santos (La Morena) sea trasladada a Najayo-Mujeres.

De acuerdo con el Ministerio Público, estos le ofrecían contratos a las venezolanas para traerlas al país a trabajar como camareras, pero una vez en tierra Dominicana, les quitaban los pasaportes y las encerraban en el centro llamado “Pink Pony Bar”, donde las drogaban y alegadamente las obligaban a prostituirse.
El domingo la Procuraduría General de la República dio a conocer que once venezolanas, cinco de las cuales lograron escapar y seis fueron rescatadas por las autoridades, estuvieron secuestradas en Pink Pony Bar, en donde se les obligaba a sostener relaciones sexuales con los clientes.

Indicó que los integrantes de dicha organización criminal presuntamente se dedicaban a la captación, traslado, acogida y explotación sexual de mujeres de nacionalidad venezolana.

Por el caso también es perseguido el dominicano Leudy Rafael Martínez Valdez, de 28 años, quien según se ha establecido durante la investigación se encargaba de supervisar a las víctimas, desempeñaba labores de seguridad y en ocasiones en compañía del propietario del negocio recogía a las mujeres venezolanas cuando llegaban al aeropuerto con falsas promesas de empleos.
Durante el conocimiento de la medida de coerción este miércoles, Guerra Rodríguez dijo que las mujeres no estaban secuestradas y que entre ellas mismas se recomendaban unas a las otras. Aseguró, además, que estas tenían un día libre a la semana para salir y regresaban al lugar por su cuenta.

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