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Otro pandillero que participó en la muerte de Lesandro Guzmán Feliz admite culpa y hace revelaciones

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Otro pandillero que participó en la muerte de Lesandro Guzmán Feliz admite culpa y hace revelaciones

El pandillero de Los Trinitarios, Michael Sosa Reyes, uno de los que arrastraron al estudiante dominicano Lesandro Guzmán Feliz (Junior), para ser asesinado en El Bronx, el 20 de junio de 2018, y testificó el viernes en el juicio, como uno de los testigos estrella de la fiscalía, reveló macabros detalles sobre el brutal crimen.

Sosa Reyes, que después del asesinato, huyó a la República Dominicana y regresó a Nueva York en medio de la cacería policial para capturarlo, entregándose a las autoridades, relató que se “conmovió” cuando vio la cara de Junior y decidió irse de la escena, antes de que sus compañeros de pandilla, asesinaran al adolescente de 15 años de edad.

El pandillero, que declara contra sus cómplices en una negociación con la fiscalía y se declaró culpable de homicidio no intencional, dijo que cuando se iban de los alrededores de la bodega en el carro blanco que él conducía, su compañero de ganga, Jonaiki Martínez Estrella, dijo que “él, no volverá en mucho tiempo porque le di en el cuello”, en referencia al machetazo letal que acabó con la vida de Junior, y asumió una actitud burlesca.

Sosa Reyes, que llegó a la corte con una hermética escolta y fuertes medidas de seguridad, abandonó la bodega porque la cara de la víctima, le recordaba a alguien que él conocía.

Dijo que presenció el momento en que varios hombres arrastraron a Junior fuera de la bodega, y cómo los otros apuñalaron brutalmente.

Ante un bombardeo de preguntas del Ministerio Público, Reyes admitió que el grupo de pandilleros usó su vehículo la noche del ataque.

Sosa Reyes también dijo que él seguía órdenes de Diego Suero, presunto líder de la pandilla, la noche del asesinato.

Añadió que él y Suero, vieron a Junior y lo persiguieron hasta la bodega.

Añadió que cuando tenían a Junior acorralado, le mintió al dueño de la bodega, diciéndole que buscaban al adolescente, porque había golpeado y robado a su abuela.

“Junior gritaba en terror y su rostro angustiado me causó mucha pena a Reyes”, añadió el pandillero.

El pandillero, enfrenta 25 años de cárcel por homicidio, pero debido al acuerdo con los fiscales, podría ser liberado si demuestra que sus testimonios no son falsos, dijo un portavoz de la fiscalía del distrito de El Bronx.

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