La momia de Lenin expuesta sin traje nuevo debido a la crisis
El líder bolchevique siente la crisis desde su tumba

MOSCU.- La momia de Lenin ha vuelto a ser expuesta hoy al público en el mausoleo de la Plaza Roja de Moscú, remozada por los biólogos, pero sin cambiar de traje debido a la escasez de fondos en estos tiempos de crisis.
Los trabajos profilácticos para preservar el cuerpo embalsamado de Vladímir Lenin, líder bolchevique y fundador del desaparecido Estado soviético, fueron completados pese a las escasez de recursos, se enorgullece el equipo de científicos encargado del retoque.
"También sentimos la crisis. Nos dan sumas ínfimas, pero sin embargo realizamos todo el volumen de trabajo", dice el académico Yuri Denísov-Nikolski, subdirector del Instituto de Plantas y Aromáticas y Medicinales (IPAM), responsable de esas tareas.
El especialista recuerda que desde 1992, tras la desintegración de la Unión Soviética, el Estado dejó de financiar los trabajos para preservar incorrupta la momia de Lenin y que los gastos son sufragados por organizaciones sociales y fondos científicos.
Denísov-Nikolski señala que "el objeto conservado (la momia) está en buen estado", aunque puntualiza que durante los trabajos profilácticos de este año al cuerpo embalsamado no se le ha cambiado de traje.
"Cómo vamos a hacer un cambio de traje en época de crisis", bromea el académico, según la agencia Interfax.
Todos los años, los restos momificados de Lenin son sometidos durante dos meses a una serie de procedimientos químicos y biológicos para garantizar que permanezca incorruptible.
"No se trata simplemente de un proceso de momificación, es una tarea más compleja", explica a la agencia RIA-Nóvosti otro experto, Valeri Bykov, jefe del centro de tecnologías biomédicas del IPAM.
Bykov destaca que las actuales tecnologías rusas, heredadas de especialistas soviéticos que las inventaron, permitirán conservar durante muchos años la momia de Lenin.
"Nosotros lo formulamos de la siguiente manera: (el cuerpo) se puede preservar un tiempo indefinidamente largo. Ya lleva casi cien años", subraya.
Los trabajos de retoque se realizan en el panteón mismo, donde simultáneamente se revisa el estado de los equipos técnicos que aseguran la temperatura y humedad necesarias para la conservación óptima de la momia.
El mausoleo, cuya reapertura se produce cuatro días antes del 139 aniversario del nacimiento de Lenin, todavía adorado por comunistas y otros nostálgicos de la URSS, fue ideado y diseñado por el famoso arquitecto soviético Alexéi Schúsev.
El primer mausoleo provisional de madera fue sustituido en 1930 por la actual pirámide escalonada de mármol, granito, labradorita y pórfito, que en la época soviética servía de tribuna a los jerarcas comunistas durante los desfiles.
Lenin fue embalsamado nada más morir, en enero de 1924, y desde entonces su cuerpo se expone al público en un sarcófago transparente diseñado por el ingeniero Nikanor Kurochkin, quien creó el cristal de rubí para las estrellas de las torres del Kremlin.
La única vez que la momia de Lenin estuvo ausente del mausoleo fue en el curso de la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas nazis se acercaron a Moscú y fue evacuada durante 1.360 días a la ciudad siberiana de Tiumen.
Tras la muerte de Iosif Stalin en 1953, Lenin compartió el panteón con su sucesor, también embalsamado, hasta el "deshielo" del próximo jerarca soviético, Nikita Jruschov, quien denunció las represiones y el culto a la personalidad del dictador y en 1961 ordenó retirar su cuerpo y darle sepultura detrás del mausoleo.
Según algunos expertos, la momia conserva apenas una cuarta parte de los tejidos originales, aunque Ilia Zbarski, el científico que cuidó el cuerpo durante dieciocho años, afirmó en 2000 que éste aún debía conservar moléculas del ADN y podría incluso ser clonado.
El mausoleo fue objeto de peregrinación obligatoria en tiempos de la URSS, y, aunque cada año las visitas descienden, todavía atrae a turistas y curiosos, incluidas parejas de novios que acuden a celebrar su boda en la Plaza Roja.
Los trabajos profilácticos para preservar el cuerpo embalsamado de Vladímir Lenin, líder bolchevique y fundador del desaparecido Estado soviético, fueron completados pese a las escasez de recursos, se enorgullece el equipo de científicos encargado del retoque.
"También sentimos la crisis. Nos dan sumas ínfimas, pero sin embargo realizamos todo el volumen de trabajo", dice el académico Yuri Denísov-Nikolski, subdirector del Instituto de Plantas y Aromáticas y Medicinales (IPAM), responsable de esas tareas.
El especialista recuerda que desde 1992, tras la desintegración de la Unión Soviética, el Estado dejó de financiar los trabajos para preservar incorrupta la momia de Lenin y que los gastos son sufragados por organizaciones sociales y fondos científicos.
Denísov-Nikolski señala que "el objeto conservado (la momia) está en buen estado", aunque puntualiza que durante los trabajos profilácticos de este año al cuerpo embalsamado no se le ha cambiado de traje.
"Cómo vamos a hacer un cambio de traje en época de crisis", bromea el académico, según la agencia Interfax.
Todos los años, los restos momificados de Lenin son sometidos durante dos meses a una serie de procedimientos químicos y biológicos para garantizar que permanezca incorruptible.
"No se trata simplemente de un proceso de momificación, es una tarea más compleja", explica a la agencia RIA-Nóvosti otro experto, Valeri Bykov, jefe del centro de tecnologías biomédicas del IPAM.
Bykov destaca que las actuales tecnologías rusas, heredadas de especialistas soviéticos que las inventaron, permitirán conservar durante muchos años la momia de Lenin.
"Nosotros lo formulamos de la siguiente manera: (el cuerpo) se puede preservar un tiempo indefinidamente largo. Ya lleva casi cien años", subraya.
Los trabajos de retoque se realizan en el panteón mismo, donde simultáneamente se revisa el estado de los equipos técnicos que aseguran la temperatura y humedad necesarias para la conservación óptima de la momia.
El mausoleo, cuya reapertura se produce cuatro días antes del 139 aniversario del nacimiento de Lenin, todavía adorado por comunistas y otros nostálgicos de la URSS, fue ideado y diseñado por el famoso arquitecto soviético Alexéi Schúsev.
El primer mausoleo provisional de madera fue sustituido en 1930 por la actual pirámide escalonada de mármol, granito, labradorita y pórfito, que en la época soviética servía de tribuna a los jerarcas comunistas durante los desfiles.
Lenin fue embalsamado nada más morir, en enero de 1924, y desde entonces su cuerpo se expone al público en un sarcófago transparente diseñado por el ingeniero Nikanor Kurochkin, quien creó el cristal de rubí para las estrellas de las torres del Kremlin.
La única vez que la momia de Lenin estuvo ausente del mausoleo fue en el curso de la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas nazis se acercaron a Moscú y fue evacuada durante 1.360 días a la ciudad siberiana de Tiumen.
Tras la muerte de Iosif Stalin en 1953, Lenin compartió el panteón con su sucesor, también embalsamado, hasta el "deshielo" del próximo jerarca soviético, Nikita Jruschov, quien denunció las represiones y el culto a la personalidad del dictador y en 1961 ordenó retirar su cuerpo y darle sepultura detrás del mausoleo.
Según algunos expertos, la momia conserva apenas una cuarta parte de los tejidos originales, aunque Ilia Zbarski, el científico que cuidó el cuerpo durante dieciocho años, afirmó en 2000 que éste aún debía conservar moléculas del ADN y podría incluso ser clonado.
El mausoleo fue objeto de peregrinación obligatoria en tiempos de la URSS, y, aunque cada año las visitas descienden, todavía atrae a turistas y curiosos, incluidas parejas de novios que acuden a celebrar su boda en la Plaza Roja.
Diario Libre
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