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Hoyo Zumbador, una piscina de agua salada y rodeada de rocas

Es la única “playa interior” que se conoce en la República Dominicana

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Hoyo Zumbador, una piscina de agua salada y  rodeada  de rocas
Este es un gran atractivo turístico. (JUAN SANGIOVANNI)

Enclavada en la planicie oriental de la isla Hispaniola, contigua al parque del Este, frente al mar Caribe, sin cocoteros, en el municipio de San Rafael del Yuma, se localiza el singular “Hoyo Zumbador”, única playa en el país rodeada de rocas alcalinas y arena blanquecina.

Es uno de los principales atractivos turístico del costero pueblo de Boca de Yuma, en San Rafael de Yuma, provincia La Altagracia.

Sus aguas azules cristalinas, que se mueven en un revestimiento parecido a una piscina en piedra, forjada pacientemente por la naturaleza hace miles de años, es un destino a explorar por quienes gustan del turismo de sol y playa.

Es la única “playa interior”, situada a 20 metros de distancia de la costa y a la que se desciende por un pequeño sendero que se inicia en la acera de la calle que lleva al lugar.

Boca de Yuma, un pequeño pueblo de pescadores, no imagina el valor que le da este pequeño espacio de agua azul turquesa y rocas.

Desde las alturas de las rocas que protegen el balneario, se lanzan los bañistas en picada, para caer en el agua, que algunos puntos tiene hasta cuatro metros de profundidad.

El agua le entra en chorro por la presión de la marea del mar, que cuando está alta, llena la cavidad.

Aunque la vegetación está ausente, su belleza desde las alturas es espectacular, donde se puede diferenciar el azul oscuro del mar con la tonalidad de playa Zumbador.

Las autoridades municipales han habilitado el entorno con senderos, para facilitar su acceso.

Es un auténtico paraíso, desconocido por la generalidad de los esteños, como llaman ahora a quienes viven en la parte oriental de la isla Hispaniola y turistas que visitan el país.

Aunque la comunidad tiene muchos que exhibir, como monumentos, playas, el parque del Este, museo de Ponce de León, Zumbador es algo único, que hace de este lugar un destino con futuro promisorio.

Hoyo Zumbador, que debe su nombre al sonido que emiten los golpes del agua contra los arrecifes, está próximo a la desembocadura del río Yuma, cuyas aguas, que arrastran sedimentos, no ensucian el atractivo.

Es un lugar de donde se puede apreciar el volar de pelícanos, garzas blancas y otras aves, volar al compás de las naves que llevan a los pescadores a buscar el manjar al mar.

Aquí, al lado de playa Zumbador, abundan los restaurantes, donde el plato fuerte es el pescado, que se cocina fresco.

Solo el sargazo afea esta belleza de la naturaleza, pero cuando sucede los lugareños se las arreglan para retirarlo.

Otros atractivos

La cueva de Bernard es otro atractivo del lugar, ya que en su interior se conservan impresionantes estalactitas y estalagmitas.

Hay varias cavernas como la Roberto Cofresí, a la que se llega en embarcaciones o buceando, porque se llenan de agua por su proximidad con el mar.

A escasos kilómetros de aquí está el cenote Hoyo Azul, un lago de agua dulce rodeado de varias cavernas de vocación turística.

En el pueblo hay vestigios de la época colonial, como los cañones y el fuerte que se utilizaron para la defensa, que son históricos.

Las leyendas arrastran que el cañón del fuerte fue el que utilizó el arzobispo Fernando de Navarrete, para proteger el santuario de Nuestra Señora de la Altagracia.

Desde aquí se puede ver la bahía del cabo de San Rafael y las playas adyacentes.

Boca de Yuma está al final de la carretera que se enlaza con la autopista del Coral, a varios kilómetros.

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