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Los Haitises; la historia de un desalojo que nunca termina

Ambientalista dice que el problema es un barril sin fondo, y critica el manejo político y falta de coherencia en los planes estatales

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Los Haitises; la historia de un desalojo que nunca termina
Imagen muestra el deterioro ambiental en el Parque Nacional Los Haitises. (CARLOS A. BATISTA)

Las agresiones y deterioro del Parque Nacional Los Haitises le han costado mucho dinero al Estado dominicano, que no ha sido capaz de mantener una estricta vigilancia en esa área protegida que distingue al noreste del país por su rica y exuberante biodiversidad, y que es vital para el sostenimiento de las actividades productivas de la región Este, a la que le sirve como principal fuente de agua.

Eleuterio Martínez, uno de los ambientalistas que por años han trabajado en esa zona, califica el problema como un barril sin fondo, debido a las grandes cantidades de recursos, tanto en subvenciones como en terrenos, destinadas para los planes de desalojo y reubicación de los campesinos que han ocupado el parque.

Martínez se remonta al 1986, cuando el entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer, inició el operativo Selva Negra que conllevó el uso de agentes y equipos de las Fuerzas Armadas para desalojar el parque.

“Yo trabajé desde entonces, era la crisis más grande de Los Haitises, estaba totalmente devastado”, recuerda el ambientalista que hoy critica la falta de coherencia en las políticas estatales para hacer frente a ese tema, así como los intereses políticos que han primado.

A seis años de aquel operativo que refiere, Balaguer emitió el decreto 192-92 que creó una comisión para encargarse del traslado a lugares apropiados de los agricultores y ganaderos que residían en Los Haitises, un parque que une las provincias Samaná, Monte Plata y Hato Mayor, Duarte y Sánchez Ramírez. El decreto contemplaba la entrega de raciones alimenticias, la construcción de viviendas, escuelas y otras obras comunitarias, así como el reparto de parcelas fuera del área de influencia.

En los archivos periodísticos que tratan sobre el tema se cuentan historia sobre los distintos momentos de un desalojo que a la fecha sigue siendo noticia y que no termina.

En 1995, Luis Toral, como secretario de Agricultura, dirigió un proceso de que, según las cifras ofrecidas entonces, alcanzó a unas 1,200 personas.

Un artículo que escribió en esa época el periodista Marino Zapete para el periódico Hoy decía que, para la fecha, apenas se había destinado el 10% de los recursos necesarios para liberar el parque de la actividad agrícola, mientras, el también comunicador Rafael Núñez, publicó en El Siglo que la política de reasentamiento había fracasado.

Un año después, el periodista Geraldino González indicaba, basado en informaciones del entonces programa de Canastas Populares del Departamento de Asistencia Social de la Presidencia, que se habían invertido unos RD$82 millones al año solo en las raciones alimentarias que se daba como compensación a los desalojados.

"“Lo que hay en Los Haitises no lo hay en América, eso es la meca para el turismo dominicano y es una pena, es una desgracia que lo perdamos, pero el Estado parece que se siente bien manteniendo ese problema ahí”. "Eleuterio MartínezAmbientalista

Pero los planes no se detenían. En 1998, durante la gestión del expresidente Leonel Fernández, se firmó un contrato para reubicar a unas 1,154 familias; en 2002, durante la gestión del presidente Hipólito Mejía, un artículo del periodista Núñez, publicado en Diario Libre, cifraba en RD$219,2 millones lo invertido en los cinco años anteriores a esa fecha para alimentos a las personas residentes en Los Haitises.

Durante la gestión de Mejía siguió la entrega de dinero a modo de indemnización y se retomó con Fernández (cuando volvió al poder en 2004) tras protestas de los afectados que reclamaban el pago de sus tierras. Los que protestaban, agrupados en el Movimiento de Trabajadores de las Comunidades Unidas (MCCU), alegaban que las deudas con los desalojados eran de unos RD$152 millones.

Desde entonces, se han sucedido los anuncios y actos de entrega de dinero, RD$35 millones en 2007, unos 26 millones en 2008.

En 2009 se hicieron públicos los planes de construir una cementera en Gonzalo, Monte Planta, en el área de influencia del parque, pero protestas, que reunieron a sectores ambientales y jóvenes de clase media, llevaron a que se desistiera del proyecto.

En la gestión del presidente Danilo Medina también se han realizado planes de rescate. Mediante el decreto 360-13 se creó otra Comisión Especial para el Parque Nacional Los Haitises y se ordenó desalojar a los ocupantes y censarlos.

El intento más reciente lo hizo Francisco Domínguez Brito como ministro de Medio Ambiente cuando en 2017 otorgó un plazo de 120 días para que sacaran todos los cultivos del parque.

Pero la situación sigue empeorando. Felipe Crisóstomo, secretario de Finanzas de MCCU, asegura que en la actualidad son unas cinco mil familias las que hacen vida y cultivan en Los Haitises.

Todavía en 2015, mientras realizaban una protesta para que se cumpliera el plan de desarrollo del lugar, el movimiento de campesinos alegaba que eran unas 2000 familias las afectadas. Se quejaban entonces de que las autoridades permitían a empresarios de mucho dinero usufructuar el parque.

La semana pasada, mientras hablaba con Diario Libre por teléfono, Crisóstomo afirmó que los planes no se concretaron por falta de interés del Estado, que tenía la obligación de asentar a los agricultores y no lo hizo. Asegura que, a la fecha, apenas se le han entregado parcelas agrícolas poco más del 20 % de los campesinos, porque la mayoría de las reubicaciones que se realizaron tuvieron fines políticos.

De la deuda por las tierras, que en 1992 era de RD$150 millones, todavía están pendientes RD$50 millones, y las viviendas apenas favorecieron al 20 % de los que perdieron sus casas, afirmó el activista.

El MCCU reconoce que Los Haitises es un área protegida pero advierte que los campesinos tienen que comer y por eso continúan haciendo agricultura en el lugar. Plantea como solución que se reduzca el área del parque a unos 300 kilómetros, y que se les permita la siembra de frutales bajo la supervisión del Ministerio de Medio Ambiente y no de los militares como ha ocurrido en ocasiones anteriores.

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Es periodista en Diario Libre.