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Contaminación
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Río Tireo, lánguido, es una letrina

La tala en la parte alta de Cruz de Cuaba para dar paso a una agricultura intensiva mermó el caudal del afluente

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Río Tireo, lánguido, es una letrina
Excremento humano se degrada en gran parte del río Tireo en Constanza, contaminando esta fuente de agua. (PEDRO BAZIL)

Al día de hoy, y desde hace varios años, el río Tireo agoniza lánguido y sucio en un valle que se desertifica. El bosque húmedo que le dio vida en Cruz de Cuaba fue talado para dar paso a parcelas dedicadas al cultivo de vegetales. Las tuberías conectadas a equipos de bombeo con los que los agricultores riegan sus sembradíos succionan hasta la última gota a su lecho. El pequeño chorro en que se ha convertido ahora también es una letrina.

El calificativo lo aporta Mary Suriel, una de las residentes del distrito municipal Tireo, en el municipio Constanza, provincia La Vega, quien alarmada por la cantidad de heces fecales en toda la margen y el cauce del afluente, decidió registrar la situación en unos vídeos que compartió en redes sociales y grupos de WhatsApp con la esperanza de que alguna autoridad cumpla su responsabilidad.

La prueba de su denuncia se palpa con solo acercarse al río Tireo en el sector La Altagracia. Allí, como en otros tramos, le adornan decenas de casuchas llenas de inmigrantes haitianos atraídos por la demanda de mano de obra para la producción agrícola. En un caserío de 13 viviendas, con un número indeterminado de habitantes, hay apenas un retrete destartalado.

Mary asegura que son esos haitianos los que bajan al río de defecar, pero responsabiliza a los dominicanos dueños de las casas porque –dice– las construyen a escasos metros del río, sin cuartos de baños suficientes o simplemente sin ninguno.

Su mayor preocupación es que, como constancera sabe que con el agua del río se riega una gran parte de las parcelas de papa, zanahoria, e incluso de vegetales como repollo, ajíes y lechugas que, por tener sus frutos fuera de la tierra conllevan más riesgo de servirse contaminados en la mesa de dominicanos y turistas extranjeros.

“Eso es una asquerosidad, yo ya no quiero comer esos vegetales”, comenta la mujer de algo más de cuatro décadas que rememora junto a una amiga aquellos años previos al huracán David, cuando ambas iban a bañarse en un río de aguas cristalinas, capaz de tapar con su caudal “a un hombre parado” y de ahogar a cualquier descuidado.

De Tireo sale alrededor de un tercio de los vegetales que se producen en Constanza, uno de los municipios líder en ese renglón de la agricultura dominicana debido al clima templado de este valle intramontañoso colocado a unos 1,300 metros sobre el nivel del mar.

Constanza, en la provincia La Vega, pertenece a la región Norcentral que según el Ministerio de Agricultura aportó 24.9 millones de 144.7 millones de quintales de alimentos cultivados en el país en 2017. Solo en papa sumó 1,816, 364 de un total de 1,855,429 quintales que produjo el país ese año.

Alexis Suriel, presidente de la Asociación de Productores Hortícolas de Tireo, indica que en ese lugar se cultiva el 30% de las papas y de las hortalizas que se producen en el municipio al año.

El agricultor rechaza que la situación de la contaminación del río esté dañando los cultivos, como sí, entiende, lo haría la denuncia pública que muestras las heces fecales en su cauce.

Asegura que alrededor de 90% de los productores de la zona, que estima en unos 300 entre asociados e independientes, usan pozos tubulares para mojar sus sembradíos, porque la poquita agua que baja el río resulta insuficiente.

Plazo para construir letrinas

Creome Live, es uno de los haitianos que viven en La Altagracia. Paga RD$1,000 al mes de alquiler a un señor llamado Ruddy, quien también es su patrón en los trabajos de agricultura y en una factoría de blocks. El jornalero asegura que usa la letrina, pero se queja de que hay apenas una para todos los que allí viven.

Ante cartas de denuncia que les tramitó el agricultor Leo Quezada, el director del distrito municipal y el encargado de Medio Ambiente de la zona acudieron el lunes antepasado a La Altagracia y tumbaron una de las casuchas, ordenaron limpiar y recoger la basura y otorgaron un plazo de una semana a los propietarios de las viviendas para que construyan letrinas. También, dejaron parte de la responsabilidad de las autoridades en hombros de los inquilinos, al recomendarles dejar de pagar el alquiler hasta que les construyan los baños.

“Ahí no van ellos a vivir un día si no me pagan, en lo mío no”, exclama enérgica Patricia Pichardo, una señora de 79 años que arrienda unas 18 habitaciones en las que asegura haber levantado ya tres letrinas, pero que son dañadas al poco tiempo.

¿Caso aislado?

Cuestionado sobre la situación del río el director de la Junta Distrital de Tireo, Almarante Serrata, alega que desconocía lo que pasaba y se queja de que la gente salga a denunciar a los medios antes de hablar con él.

Para el funcionario, la situación es un caso aislado que solo ocurre donde viven los haitianos. Alega que el resto del municipio está limpio y que la agricultura se maneja con agua limpia.

De los permisos para la construcción de las casas, alega que son viviendas instaladas con más tiempo en el lugar de los dos años y meses que lleva en el cargo.

Tito Montero, encargado de Medio Ambiente, intenta explicar las razones por las que dio un plazo para construir letrinas en caseríos ubicados a escasos metros del río, en franca violación al mandato de la Ley 64-00 Sobre Medio Ambiente que ordena establecer una franja de protección obligatoria de 30 metros en ambas márgenes de las corrientes fluviales (artículo 129).

“Es un plazo hasta tanto busquemos otra solución, porque nosotros no podemos hacer todos los esfuerzos solos... lo que ocurre es que aquí en Constanza se ha dado la siguiente problemática y es que los ríos, la gente cree que son de ellos y se han adueñado de ellos y tenemos que buscar una parte legal para actuar, porque si lo hacemos sin eso, somos sometidos por no agotar los procedimientos”, se excusa.

Montero y el alcalde Serrata entienden que la problemática de la zona tiene que ser abordada con la participación de otras instituciones. En ese contexto mencionan al Ministerio de Salud Pública que no acudió al lugar pese a que Mary y Leo también le enviaron cartas.

Otra entidad que los funcionarios entienden que debe acompañarlos es la Dirección General de Migración.

Para el productor Alexis Suriel una expulsión de los haitianos puede ser una salida para el río, pero un gran problema para la producción agrícola, ya que los inmigrantes aportan más del 80% de la mano de obra.

José Batista, presidente de la Asociación de Productores de Papa San José, defiende que los extranjeros que ellos emplean tienen un estatus migratorio regular y que sin ellos, colapsaría toda la producción de Constanza. “Si se van todos (los haitianos), la agricultura se cae”.

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