Miles dieron su último adiós a Rocío Jurado
ESPAÑA.- Miles de personas dieron su último adiós a Rocío Jurado en la capilla ardiente instalada en Madrid, por donde desfilaron políticos, artistas, toreros y ciudadanos de a pie para rendir homenaje a la cantante, que hoy murió de un cáncer detectado hace casi dos años.
En las ocho horas que el féretro con los restos mortales de la artista estuvo expuesto en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, cubierto con las banderas de España y de la región de Andalucía, las lágrimas, las flores y los recuerdos sobre la considerada por muchos como "la más grande" fueron la nota dominante.
La gente hizo largas colas para poder entrar en la sala donde se encontraba el féretro cerrado, en muchos casos portando en la mano flores rojas, en concreto claveles, protagonistas de una de las canciones más emblemáticas de Rocío Jurado, "El rojo clavel".
Allí el cuerpo de la cantante estuvo acompañado en todo momento por sus familiares, encabezados por su marido, el torero José Ortega Cano; su hija Rocío Carrasco -fruto de su primer matrimonio con el que fuera campeón del mundo de boxeo Pedro Carrasco-, sus hermanos y sobrinos.
Durante toda la jornada se sucedieron las muestras de condolencia: el Rey de España envió un telegrama a la familia de Rocío Jurado y habló telefónicamente con el torero, y el Gobierno español manifestó su pesar.
Junto al homenaje popular que le dispensaron los ciudadanos, de España y de países latinoamericanos, Rocío Jurado fue también despedida por políticos, como la ministra española de Educación, Mercedes Cabrera, o el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.
Fueron numerosos los artistas que acudieron a la capilla ardiente: desde María Dolores Pradera, Joan Manuel Serrat, José Luis Perales, Manolo Escobar, Luis Cobos, Sara Montiel, Concha Velasco, Marta Sánchez y Rosario Flores a Pedro Almodóvar, Carmen Sevilla, Marujita Díaz, Paquita Rico o Joaquín Cortés.
También el mundo del toreo acudió a acompañar a su compañero Ortega Cano y a despedir a Rocío Jurado, con nombres como Julio Aparicio, Rafa Camino, Víctor Janeiro, Cayetano Ribera Ordóñez, El Cordobés, Oscar Higares, Espartaco y Miguel Abellán.
De hecho, su marido afirmó la víspera que "este adiós tan triste aquí, en otro lugar se estará festejando de una manera muy especial. Los toreros del Cielo ya tienen quien les cante".
Al igual que a la llegada del féretro, una gran ovación acompañó la salida del cuerpo rumbo a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) para que los restos mortales de Rocío Jurado viajen en avión a su localidad natal de Chipiona, en la provincia sureña de Cádiz, donde mañana se oficiará una misa y tendrá lugar su entierro.
Allí, la congregación franciscana que cuida el Santuario de la Virgen de Regla, patrona de la ciudad, se prepara para la llegada de los restos de la cantante, cuyos paisanos acudirán también en las próximas horas a darle su adiós.
Aunque el empeoramiento de la artista a causa del cáncer de páncreas que padecía había centrado en los últimos meses gran parte de la atención informativa, la noticia de su fallecimiento con la que hoy despertaron los españoles supuso un verdadero impacto y los medios de comunicación emiten desde entonces programas especiales dedicados a "La chipionera".
Fue a las 05.15 hora local (03.15 GMT) cuando Rocío Jurado, de 61 años, expiró en su domicilio de Madrid, rodeada de su familia, "como ella quería", "tranquila y sin grandes angustias", según comunicó su hermano Amador Mohedano poco después.
En los últimos días la salud de Rocío Jurado había empeorado y había entrado en coma por el cáncer de páncreas del que fue tratada en Houston (EEUU).
Fue ella misma quien en 2004 anunció ante los medios de comunicación que sufría esta enfermedad y que lucharía contra ella.
Desde entonces, se sucedieron las visitas a EEUU, la última de ellas en enero pasado para una revisión.
Allí permaneció dos meses, después de que, tras practicársele una pequeña intervención para corregirle un problema arterial que le causaba fuertes dolores abdominales, sufriera una fuerte reacción alérgica a un medicamento.
Finalmente, pudo volver a España dos meses después a bordo de un avión especialmente adaptado para su traslado y, desde el mismo aeropuerto, fue trasladada en una UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva) móvil hasta un hospital en Madrid, donde permaneció varias semanas.
Volvería días después al centro sanitario, pero, ya en su casa, su estado se fue agravando, hasta que hoy se produjo su fallecimiento.
En las ocho horas que el féretro con los restos mortales de la artista estuvo expuesto en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, cubierto con las banderas de España y de la región de Andalucía, las lágrimas, las flores y los recuerdos sobre la considerada por muchos como "la más grande" fueron la nota dominante.
La gente hizo largas colas para poder entrar en la sala donde se encontraba el féretro cerrado, en muchos casos portando en la mano flores rojas, en concreto claveles, protagonistas de una de las canciones más emblemáticas de Rocío Jurado, "El rojo clavel".
Allí el cuerpo de la cantante estuvo acompañado en todo momento por sus familiares, encabezados por su marido, el torero José Ortega Cano; su hija Rocío Carrasco -fruto de su primer matrimonio con el que fuera campeón del mundo de boxeo Pedro Carrasco-, sus hermanos y sobrinos.
Durante toda la jornada se sucedieron las muestras de condolencia: el Rey de España envió un telegrama a la familia de Rocío Jurado y habló telefónicamente con el torero, y el Gobierno español manifestó su pesar.
Junto al homenaje popular que le dispensaron los ciudadanos, de España y de países latinoamericanos, Rocío Jurado fue también despedida por políticos, como la ministra española de Educación, Mercedes Cabrera, o el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.
Fueron numerosos los artistas que acudieron a la capilla ardiente: desde María Dolores Pradera, Joan Manuel Serrat, José Luis Perales, Manolo Escobar, Luis Cobos, Sara Montiel, Concha Velasco, Marta Sánchez y Rosario Flores a Pedro Almodóvar, Carmen Sevilla, Marujita Díaz, Paquita Rico o Joaquín Cortés.
También el mundo del toreo acudió a acompañar a su compañero Ortega Cano y a despedir a Rocío Jurado, con nombres como Julio Aparicio, Rafa Camino, Víctor Janeiro, Cayetano Ribera Ordóñez, El Cordobés, Oscar Higares, Espartaco y Miguel Abellán.
De hecho, su marido afirmó la víspera que "este adiós tan triste aquí, en otro lugar se estará festejando de una manera muy especial. Los toreros del Cielo ya tienen quien les cante".
Al igual que a la llegada del féretro, una gran ovación acompañó la salida del cuerpo rumbo a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) para que los restos mortales de Rocío Jurado viajen en avión a su localidad natal de Chipiona, en la provincia sureña de Cádiz, donde mañana se oficiará una misa y tendrá lugar su entierro.
Allí, la congregación franciscana que cuida el Santuario de la Virgen de Regla, patrona de la ciudad, se prepara para la llegada de los restos de la cantante, cuyos paisanos acudirán también en las próximas horas a darle su adiós.
Aunque el empeoramiento de la artista a causa del cáncer de páncreas que padecía había centrado en los últimos meses gran parte de la atención informativa, la noticia de su fallecimiento con la que hoy despertaron los españoles supuso un verdadero impacto y los medios de comunicación emiten desde entonces programas especiales dedicados a "La chipionera".
Fue a las 05.15 hora local (03.15 GMT) cuando Rocío Jurado, de 61 años, expiró en su domicilio de Madrid, rodeada de su familia, "como ella quería", "tranquila y sin grandes angustias", según comunicó su hermano Amador Mohedano poco después.
En los últimos días la salud de Rocío Jurado había empeorado y había entrado en coma por el cáncer de páncreas del que fue tratada en Houston (EEUU).
Fue ella misma quien en 2004 anunció ante los medios de comunicación que sufría esta enfermedad y que lucharía contra ella.
Desde entonces, se sucedieron las visitas a EEUU, la última de ellas en enero pasado para una revisión.
Allí permaneció dos meses, después de que, tras practicársele una pequeña intervención para corregirle un problema arterial que le causaba fuertes dolores abdominales, sufriera una fuerte reacción alérgica a un medicamento.
Finalmente, pudo volver a España dos meses después a bordo de un avión especialmente adaptado para su traslado y, desde el mismo aeropuerto, fue trasladada en una UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva) móvil hasta un hospital en Madrid, donde permaneció varias semanas.
Volvería días después al centro sanitario, pero, ya en su casa, su estado se fue agravando, hasta que hoy se produjo su fallecimiento.
Diario Libre


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