PL.- Pregunta Libre
Publicidad subliminal He escuchado mucho hablar sobre la publicidad subliminal. ¿Podría decirme realmente cómo funciona? María Cristina González, Distrito Nacional.
Diario Libre
El término subliminal (de sub y el latín linem, es decir umbral) significa que se está por debajo del umbral de la consciencia, por eso el tema de la publicidad subliminal es bastante controvertido. Numerosos expertos lo consideran como un tecnomito, mientras que muchos otros creen en su existencia y su efectividad.
Como se sabe, la mente humana se divide básicamente en dos partes o niveles: conciencia y subconsciencia. El consciente está integrado por procesos mentales cuya presencia advertimos. Es capaz de analizar, criticar, modificar, aceptar y rechazar las propuestas que recibe desde afuera. La subconsciencia, en cambio, está constituida por un conjunto dinámico de deseos, sentimientos e impulsos fuera del campo de nuestra percepción consciente.
Es precisamente en este campo de la subconsciencia o inconsciencia donde se mueve la llamada publicidad subliminal, que busca llegar a ese inconsciente para programarlo a través de estímulos que apelan fundamentalmente al sexo y a la muerte por el impacto emocional que estos provocan. También se utilizan estímulos que no apelan ni a la muerte ni a lo sexual pero que responden a los intereses de quienes están manipulando con fines comerciales ese mecanismo del sistema nervioso humano.
La mayoría de los documentos consultados refieren que la publicidad subliminal nació en Nueva Jersey, Estados Unidos, en el año 1957, de la mano de James Vicary, quien tuvo la idea de manipular una película de cine, pues como los seres humanos sólo vemos 24 cuadros por segundo, pensó en introducir un cuadro 25 que no se percibiría conscientemente, pero que lograría llegar al subconsciente donde intentaría persuadir a los espectadores del cine sin mayor resistencia. De esa forma, cada cinco segundos insertó dos frases que se alternaban "¿Hambriento? Come palomitas" y "Toma Coca-Cola". Tras el estudio de las ventas, los resultados fueron increíbles, las palomitas se vendieron un 58% más y las Coca-Colas en un 18%.
Con cierta frecuencia se suele confundir la publicidad subliminal con la publicidad asociativa, en la que las imágenes, los objetos, los ambientes,... son conscientemente percibidos por el receptor. Por ejemplo, anuncios de bebidas alcohólicas se ven acompañados de gente joven, bien vestidos y triunfadores, por lo que no sólo se obtendría la bebida en cuestión sino también ser aceptado por un grupo social; o en el caso de los anuncios de automóviles, que normalmente se asocian con belleza, virilidad o éxito.
Por las denuncias de manipulación subliminal, la utilización de este tipo de publicidad está prohibida en varias países, como Estados Unidos o España, donde la publicidad subliminal está regulada por la Ley General de Publicidad de 1988, donde es tratada como publicidad ilícita y la define como "...aquella que por ser emitida con estímulos en el umbral de la sensibilidad no es conscientemente percibida". En América Latina, por ejemplo, en Colombia, recién hubo un conflicto con la publicidad subliminal, y el público pidió restricciones contra la misma.
Dirija sus preguntas a acardenas@diariolibre.com
Annet Cárdenas
Como se sabe, la mente humana se divide básicamente en dos partes o niveles: conciencia y subconsciencia. El consciente está integrado por procesos mentales cuya presencia advertimos. Es capaz de analizar, criticar, modificar, aceptar y rechazar las propuestas que recibe desde afuera. La subconsciencia, en cambio, está constituida por un conjunto dinámico de deseos, sentimientos e impulsos fuera del campo de nuestra percepción consciente.
Es precisamente en este campo de la subconsciencia o inconsciencia donde se mueve la llamada publicidad subliminal, que busca llegar a ese inconsciente para programarlo a través de estímulos que apelan fundamentalmente al sexo y a la muerte por el impacto emocional que estos provocan. También se utilizan estímulos que no apelan ni a la muerte ni a lo sexual pero que responden a los intereses de quienes están manipulando con fines comerciales ese mecanismo del sistema nervioso humano.
La mayoría de los documentos consultados refieren que la publicidad subliminal nació en Nueva Jersey, Estados Unidos, en el año 1957, de la mano de James Vicary, quien tuvo la idea de manipular una película de cine, pues como los seres humanos sólo vemos 24 cuadros por segundo, pensó en introducir un cuadro 25 que no se percibiría conscientemente, pero que lograría llegar al subconsciente donde intentaría persuadir a los espectadores del cine sin mayor resistencia. De esa forma, cada cinco segundos insertó dos frases que se alternaban "¿Hambriento? Come palomitas" y "Toma Coca-Cola". Tras el estudio de las ventas, los resultados fueron increíbles, las palomitas se vendieron un 58% más y las Coca-Colas en un 18%.
Con cierta frecuencia se suele confundir la publicidad subliminal con la publicidad asociativa, en la que las imágenes, los objetos, los ambientes,... son conscientemente percibidos por el receptor. Por ejemplo, anuncios de bebidas alcohólicas se ven acompañados de gente joven, bien vestidos y triunfadores, por lo que no sólo se obtendría la bebida en cuestión sino también ser aceptado por un grupo social; o en el caso de los anuncios de automóviles, que normalmente se asocian con belleza, virilidad o éxito.
Por las denuncias de manipulación subliminal, la utilización de este tipo de publicidad está prohibida en varias países, como Estados Unidos o España, donde la publicidad subliminal está regulada por la Ley General de Publicidad de 1988, donde es tratada como publicidad ilícita y la define como "...aquella que por ser emitida con estímulos en el umbral de la sensibilidad no es conscientemente percibida". En América Latina, por ejemplo, en Colombia, recién hubo un conflicto con la publicidad subliminal, y el público pidió restricciones contra la misma.
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