Abel Martínez, el político “sin filing” de alcalde que seguirá al frente de Santiago
Se perfila como el ganador de las elecciones municipales de ayer y quien continuará dirigiendo el Ayuntamiento de la Ciudad Corazón
Mariela Mejía
En su cuenta de Instagram, el alcalde de Santiago, Abel Martínez Durán, comparte imágenes en las que luce relajado, por ejemplo, con el pecho desnudo en una piscina. Hace tres años aprobó que sus seguidores confeccionaran un calendario en el que en cada mes se plasmaron imágenes suyas posando en su despacho o en la playa. Su estilo jovial lo compagina con sus funciones municipales, aunque sus críticos lo tildan de arrogante y prepotente. Pero esto último no ha impedido que, según los resultados preliminares de las elecciones municipales extraordinarias de ayer, se perfile que se mantendrá dirigiendo la Alcaldía de la segunda ciudad más importante del país.
“Soy el embarazo (número) 19 de mi madre, una profesora jubilada de Monción. Sobrevivimos 15 hermanos de padre y madre, y la mayoría profesionales”, contó el alcalde y abogado de 47 años al periódico El Día.
Cuando la Junta Central Electoral reportaba el 69.13 % de los colegios electorales computados en Santiago, Martínez contaba con el 49.69 % de los votos, por encima pero cerca del 38.29 % de su más cercano competidor: el perremeísta Ulises Rodríguez.
En un segundo periodo, Martínez ha adelantado que buscará consolidar a Santiago como una ciudad turística. Durante la campaña, alentaba a los munícipes a votar para mantener al municipio como “la ciudad modelo” del país, y a no votar para detenerse y volver al pasado, en caso de que eligieran a otro candidato.
“Yo no quería ser alcalde, pero algunos colegas diputados me decían: Tú vas a ser alcalde de Santiago... Y yo: No, yo ni filing de alcalde tengo, los alcaldes tienen una barriga, tienen unos bigotes...”, contó Martínez en 2018 al comunicador Jochy Santos en una entrevista.
El alcalde se casó en 2014 con la presentadora de televisión Nahiony Reyes, con quien ha procreado dos hijos.
Desde septiembre de 2014, cuando faltaban dos años para las elecciones de 2016, en Santiago se colocaban vallas promoviendo al entonces diputado Martínez para un puesto en Santiago, la ciudad que lo acogió a los 15 años cuando se mudó desde Monción. Aunque los letreros no indicaban el cargo, se interpretaban como aprestos para que fuera el candidato a la Alcaldía y la persona que retornara al PLD el control de la plaza que no tenía desde 1994.
Un año después, Martínez hizo pública su intención de ocupar ese puesto. “Lo hacemos no por una aspiración personal. Yo creo que estamos respondiendo a un llamado de muchos sectores de Santiago que necesitan que Santiago sea diferente, que necesitan que Santiago sea rescatado”, dijo en septiembre de 2015.
Así, Martínez dejó la Cámara de Diputados, a donde estuvo 14 años como legislador y los últimos seis como presidente del hemiciclo. Este último puesto lo asumió con 38 años. Se fue a dirigir un municipio de 750 mil habitantes cuyos ciudadanos lo eligieron en 2016 con el 53.43 % de los votos.
“No hay cargos ni grandes ni pequeños; la diferencia se hace con el trabajo que se pone en práctica”, dijo cuando cambió a la Alcaldía.
Cargos variados los ha tenido. Desde gerente de personal de la tienda La Sirena de Santiago, fiscal adjunto en Santo Domingo, procurador fiscal del distrito judicial de Santiago y docente en la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa) –donde fue su consultor jurídico-.
“Dirigíamos el programa del PLD cuando ese programa solo lo veía el productor y yo después que lo grabábamos”, contó Martínez, en tono jocoso, a Jochy Santos.
Es miembro de los comités Político y Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y se ha identificado de la tendencia de Leonel Fernández, a quien apoyó para ser el candidato del PLD a la Presidencia.
En la última actualización de su declaración jurada de bienes, consignó una serie de inmuebles cuyos valores totalizan RD$23,670,000 y en productos bancarios RD$12,991,761. Indicó en ese documento que es socio fundador de la oficina de abogados Martínez Asociados, de donde recibe RD$2.2 millones anuales.
Martínez también mantiene una postura radical sobre la migración haitiana irregular, y ha denunciado que las parturientas de ese país “les quitan las camas” a las dominicanas en los hospitales y consumen el presupuesto público de Salud.
“Hay que sacar de manera innegociable todo el que esté de manera ilegal en nuestro territorio, hay que sacarlo, deportarlo, como usted quiera llamarlo”, ha afirmado Martínez, quien gobierna un municipio con una alta presencia de inmigrantes haitianos.
Pero su forma de manejarse no ha caído bien entre todos los ciudadanos de a pie, personas de su propio partido, del sector empresarial y de la oposición política. Peledeístas lo han acusado de gobernar lejos de la gente, actuar con arrogancia y prepotencia. Otros han denunciado atropellos a vendedores informales y ciudadanos, cometidos por policías municipales.
En 2018, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) se querelló contra Martínez por supuestamente la Alcaldía malversar RD$1,017 millones, especialmente de los fondos asignados para el Presupuesto Participativo, una denuncia que la administración consideró “mal intencionada, infundada, calumniosa y difamatoria”.
En octubre de ese mismo año, la dirección municipal del PRM interpuso una querella ante la Fiscalía en contra de Martínez y dos funcionarios del ayuntamiento, por presuntamente los funcionarios irrumpir en una rueda de prensa convocada por ese partido para reclamar que concluyeran los trabajos en el mercado de Pekín.
Por casi un año también se mantuvo un conflicto entre la alcaldía y la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) por el que exalcaldes le exhortaron a Martínez ser más humilde y procurar un acuerdo.
El cabildo se querelló contra la Coraasan y su director por la presunta violación del artículo 310 de la Ley 176-07, que establece los delitos de desfalco, abstención y oclusión en perjuicio del ayuntamiento. En cambio, la Coraasan demandaba que el cabildo pagara una deuda de RD$185 millones por consumo de agua desde 1999. Finalmente llegaron a un acuerdo con la mediación del consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Flavio Darío Espinal.
En 2018, trascendió que la Alcaldía canceló a dos funcionarios y empleados de dos departamentos, donde se habrían detectado irregularidades relativas al manejo de la nómina y asuntos administrativos.
En julio del año pasado, la Alcaldía también se enfrentó a la Fiscalía de Santiago luego de que esta última notificara al alcalde que se abstenga de asignar armas de fuego a los policías municipales argumentando que no están facultados por la ley para ejercer esa función represiva, una advertencia que la Alcaldía consideró “desafortunada, insólita y temeraria”.
A pesar de los conflictos, el alcalde promete desarrollar una segunda gestión enfocada en el orden. “Una meta nuestra en este año es el embellecimiento de la entrada oeste de nuestra ciudad, en los próximos días iniciamos proceso de ley para su construcción”, escribió en Twitter el pasado 2 de enero.
“En el 2020, el orden sigue con más fe”, aseguró.
Mariela MejíaEditora de Economía y docente de periodismo. Se ha especializado en periodismo de investigación, multimedia y de datos.
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