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Remolinos en playa Juan Dolio: peligro sin aviso

Ninguna señal está colocada en la zona donde aparecen peligrosas corrientes subacuáticas

San Pedro de Macorís. La playa Juan Dolio tiene una "máquina de succión" marina dormida, a la espera de que fenómenos naturales la activen, como ocurrió el pasado domingo cuando perdió la vida un joven atraído por remolinos formados cerca de la costa, en plena área de bañistas y de uso turístico.

La muerte de esa persona se suma a por lo menos cuatro más en los últimos meses.

Lo sorprendente es que no haya letreros, advertencias o salvavidas en una zona limítrofe de dos grandes hoteles, el Capella y el Club Hemingway. Virgilio Ernesto Díaz, de 21 años, que falleció el pasado domingo, lo hubiera agradecido.

Según residentes, usuarios y trabajadores de la playa, en ese lugar siempre han existido agujeros y cuevas en el fondo, que luego del relleno de arena que se hizo en la playa para ampliar la costa, ocultaron en perjuicio de los visitantes que desconocen de ese peligro silencioso, a la espera de que se active y trague, empuje e impulse su cuerpo hasta profundidades y paraje submarinos desconocidos.

La tarde del domingo se "activó" la bomba succionadora a pocos metros de la orilla de la playa de Juan Dolio. Arrastró a Virgilio Ernesto y se lo tragó una fuerte corriente de uno de varios remolinos que formaron a menos de 50 metros de la orilla, dijo Stephanie Tavárez, una de las acompañantes de Virgilio.

Cuando se acercaron a un Politur en busca de auxilio, éste les respondió: "Hay que esperar que el mar lo devuelva. Ya se tragó a cuatro personas no hace poco".

Quien recuerda esas palabras es Stephanie, quien conocía a Virgilio desde el colegio.

Esa tarde del domingo con el mar alterado, oleajes fuertes, producto de la presencia del huracán "Félix" por la zona del mar Caribe, no fue motivo suficiente para que efectivos de Politur o de alguna institución de prevención de accidentes y desastres alerte a los turistas locales y extranjeros que estaban en las aguas. Tal vez eso hubiese mantenido con vida a Virgilio Díaz.

Su cuerpo apareció cerca de las 3:00 am del lunes, más de diez horas después de haber desaparecido a escasos metros de la costa de Juan Dolio.

La falta de restricciones para ingresar al mar dio una falsa seguridad a los jóvenes que fueron succionados por un remolino que se tragó a Virgilio.

Tomás Betances, un vendedor de la playa Juan Dolio reveló que cuando se construyó un proyecto de condominios se reportó la muerte de varios constructores que desaparecieron "chupados y tragados por el mar".

Juan Peña, otro vendedor de la playa, dijo que recientemente cuatro personas desaparecieron mientras se bañaban de noche en cerca de la costa. "Nadie supo más de ellos. No, aparecieron por aquí", indicó el vendedor.

El subdirector del hotel Capela, ubicado a pocos metros de la zona de remolinos y agujeros acuáticos, informó que los touroperadores hacen la advertencia a los turistas de que en las playas pueden haber corrientes y peligros. El empleado que fungió como vocero de la cadena hotelera, Marcos Jovanassi, consideró que el tener seguridad en ese punto e informar del peligro le compete a la Secretaría de Turismo y a la Defensa Civil.

El vocero de la Defensa Civil, el coronel Méndez, a quien se le dejó varios mensajes, no respondió.

"Con el mar y la naturaleza no se juega"

De ese modo definió Juan Peña lo que sucede frente al paso del servicio que se encuentra próximo al hotel Capella y exactamente al lado de un no habitado proyecto de apartamentos, donde se efectúo un costoso relleno de arena, reestructuración y adecuación de la playa Juan Dolio, aunque al día de hoy se está llendo cada vez más hacia las profundidades del mar.

Ahí, donde quedaba un puerto para botes y embarcaciones pequeñas, es donde frecuentemente se forman remolinos marinos a escasos metros de la arena, a consecuencia de la existencia de cuevas y encuentro de corrientes del mismo mar.

"Eso es lo que pasa cuando el hombre trata de imitar a Dios, haciendo tierra donde no hay", dijo Juan Peña, quien tiene toda una vida vendiendo artesanías en las playas de San Pedro de Macorís.

Según Juan, esos remolinos han halado ha muchos bañistas, niños entre ellos, pero nunca se ha puesto la advertencia.

Muchos bañistas, poca seguridad

Pese a la presencia semanal de cientos de bañistas, empresas hoteleras y fuertes inversiones de acondicionamiento de la playa de Juan Dolio, efectuadas este año por la Secretaría de Estado de Turismo, no se incluyó avisos de advertencia de las fuertes corrientes, la aparición impredecible de remolinos morinos, ni mucho menos la presencia de salvavidas o de personal de la Defensa Civil o cuerpos de rescate y prevención de accidentes en la zona del Club Hemingway, de hotel Capella y de otros complejos turísticos.

Pese a la muerte de esa personas, todavía las autoridades no han regulado y controlado el baño en las silentes y peligrosas aguas de esa parte del Mar Caribe.

Se lo llevó el remolino

Estaban en la playa seis personas y de repente una ola comenzó a arrastrarlos. Virgilio, uno de los bañistas, ayudó a una de las jóvenes que era arrastrada, pero la corriente pudo más que él, y se alejaba cada vez más pese a que sabía nadar, hasta que se hundió.

Una corriente subacuática, o un remolino, evitó que los salvavidas en bote recuperaran el cuerpo de Virgilio, quien apareció a las 3:00 am, encontrado misteriosamente tal como desapareció.