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Rescate Ámbar en emergencias e ignorado por el 911

Con 15 años dando servicio de asistencia gratuita en Puerto Plata, el organismo de socorro pasa por una difícil situación económica; pide la intervención del Gobierno, y su director se queja de que no los tomaran en cuenta para la operación del 911

Este 25 de febrero se cumplieron 15 años del servicio que brinda Rescate Ámbar a la población de Puerto Plata. La idea de asistir a víctimas de accidentes en condiciones más adecuadas que las que proporcionaban la cola de un motor o la cama de una camioneta cualquiera tomó forma en 2003 de la mano de 10 amigos que decidieron buscar ayuda afin de agenciarse la primera ambulancia para servir a los lesionados bajo un estricto protocolo médico.

Tras años de trabajo, el servicio de Rescate Ámbar fue creciendo gracias a la solidaridad de los puertoplateños y hoy cuenta con 125 voluntarios: médicos, paramédicos, enfermeras, personal especializado en rescate acuático y de montaña. Prestos las 24 horas del día para salir de manera gratuita en auxilio de quien lo necesite, requieren, si acaso, una contribución para el combustible del vehículo para un traslado.

Con los años, el organismo de socorro también pasó de aquella guagua, regalo de un amigo y a la que los rescatistas le adaptaron una sirena y una camilla, a tener hasta cinco ambulancias con los equipos más modernos de rescate de toda la zona norte del país.

Reynaldo Ortiz Santos, director general e ideólogo de Rescate Ámbar, muestra algunas de las unidades aparcadas en sus instalaciones en la avenida Manolo Tavárez Justo, de Puerto Plata: un camión ambulancia, una lancha rápida, un four wheel, un jet ski, por si deben hacer algún rescate en río, montañas o playa.

También tienen una motocicleta con camilla para asistir a personas con dificultad motora de lugares donde no tiene acceso una ambulancia, sobre todo en los casos de inundaciones, como los que sufrió esa provincia en 2016 (cuando las lluvias se extendieron por más de dos meses de forma ininterrumpida) y en 2017 con las tormentas Irma y María. Además, tienen un equipo especial en el área de “mandíbula de vida”, una herramienta hidráulica utilizada para romper vehículos con personas atrapadas.

Rescate Ámbar cuenta con una grúa y un drone propiedad de dos de sus miembros, que los prestan cuando se necesitan. Pero lo que no tiene es dinero para seguir brindando el servicio.

“A medida que pasan los días, la exigencia a este servicio es más grande y si no fuera por la insistencia de quienes dirigimos esto, habríamos cerrado. Pero el peligro (de cerrar) sigue, porque puede llegar un día que no aguantemos los compromisos económicos”, lamenta Ortiz Santos.

En la actualidad tienen tres ambulancias de las que dos están tan viejas y destartaladas que más que reparación, ameritan una sustitución. El servicio telefónico le fue suspendido hace varios días por falta de pago.

Hace dos años que Rescate Ámbar recibe una subvención del Gobierno de RD$40,000 al mes, pero de la que no ha recibido un centavo en lo que va de este año. Además, recibe la ayuda de algunos establecimientos comerciales de la zona con la que incrementan sus ingresos mensuales a RD$65,000.

Esos recursos se distribuyen en el pago de sus sistemas de comunicación, compra de material gastable, combustible y una ayuda de RD$6,000 que entregan a seis de sus jóvenes voluntarios que trabajan en planta para que puedan costear parte de sus gastos universitarios.

“Para mantener operaciones normales requerimos de unos RD$250,000 mensuales... en oportunidades hemos tenido que parar las operaciones por falta de guantes, pues no podemos atender al paciente sin ellos”.

Ortiz Santos comenta lo costoso que resulta tener siempre a mano desinfectantes, guantes y combustible, y pone como ejemplo que, en una sola asistencia pueden usarse hasta 20 pares de guantes para evitar contaminación del paciente.

También comenta la demanda que tiene el servicio que ofrecen. En sus libros registran entre 10 y 15 asistencias por día, sobre todo si es fin de semana, y unas 3,000 al año, en una provincia de 312,706 habitantes (según el Censo de 2010) y que como polo turístico recibe una visitación anual de 1.1 millón de extranjeros, según el Ministerio de Turismo.

Además, dadas las limitaciones de servicio del hospital provincial Ricardo Limardo, a diario se realizan unos 20 traslados de pacientes hacia centros de salud de las provincias Santiago y La Vega, muchas de los cuales los hacen las unidades de Rescate Ámbar, ante lo costoso que puede resultar para algunos pacientes las unidades privadas que –según afirma Ortiz Santos- cobran entre RD$8,000 y RD$17,000.

Ignorados por el 911

El 8 de junio del año pasado, el Gobierno dejó en operación el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911 en Santiago y Puerto Plata, que funcionaba desde el 2014 en Santo Domingo. El anuncio oficial detallaba que para el servicio se había contratado a unas 4,116 personas y se adquirieron 485 vehículos de todo tipo.

“Lamentablemente, quienes dirigen el 911 no nos han tomado en cuenta, a nosotros, formados en esto desde temprano, pues fuimos dos veces jefe de los bomberos, de la Defensa Civil, asesor del Poder Ejecutivo en la Cruz Roja para la zona norte, pero no se nos ha contactado”, se queja Ortiz Santos.

Afirma que para crear su plataforma, los directivos del 911 en la zona hicieron contratos con otras organizaciones, y él aspiraba a uno similar con Rescate Ámbar. “Entendemos que debieron venir por aquí o llamarnos para pasar este trabajo que hemos hecho por 16 años a la población y el país, nuestros conocimientos y que nuestra institución, a través de algún contrato o cuota económica que nos permita cambiar nuestras unidades”, insiste.

Ortiz Santos señala que, pese a los recursos que maneja el 911, hay asistencias que todavía no ofrecen y que debe atender Rescate Ámbar. Menciona los casos de rescate acuático y de montaña, servicio que ofrecen con regularidad, sobre todo a turistas que se pierden en la ruta de la loma Isabel de Torres, o que una vez suben por el teleférico, confrontan problemas de salud y no pueden bajar.

Por eso, aunque el inicio el 911 bajó en la cantidad de llamadas que recibían en su plataforma, el tiempo de respuesta, que en Rescate Ámbar es de unos 10 minutos (desde la llamada hasta el traslado al centro de salud) hace que la población les siga prefiriendo.

“Esperábamos que el 911 viniera en auxilio de nosotros. Que nos tomaran en cuenta, nos contrataran... o llegar a algún acuerdo que nos ayudara a poder cambiar las ambulancias y entrar en el servicio”, lamenta.

125

Voluntarios conforma el equipo de asistencia de Rescate Ámbar, que funciona en Puerto Plata.

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