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Investigadores estudian nuevas terapias en pacientes con quemaduras

Médicos y estudiantes de la PUCMM hacen pruebas con injertos y procuran entender la efectividad de la neurorrehabilitación en afectados por la electricidad

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Investigadores estudian nuevas terapias en pacientes con quemaduras

Investigadores de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) tienen marcados como importantes a enero de 2018 y febrero de 2019.

Las dos fechas son emblemáticas pues en la primera informan que se hizo el primer injerto en el país de piel cadavérica o aloinjerto de un donante local.

En la segunda se usó por primera vez en la República Dominicana tejido de una membrana amniótica conseguida en el territorio, en una paciente de tres años que sufrió quemaduras en el 60 % de su cuerpo.

“En el país se había utilizado aloinjerto pero con aloinjerto procesado que venía importado desde Estados Unidos”, observa la doctora Renata Quintana.

Quintana es parte del grupo de investigadores de la PUCMM que en los últimos años está inmerso en dos investigaciones. Una busca determinar si el tiempo de recuperación de la piel en un paciente cambia dependiendo de las poblaciones, cuando se usa aloinjerto o xenoinjerto (uso de tejido de un individuo de otra especie, como piel de cerdo).

“En República Dominicana y otros países no se ha evaluado el tiempo y cuál de los dos es más efectivo (...) Los mismos pacientes que están recibiendo un tejido reciben el otro en contraste”, dice el docente José Javier Sánchez.

En el segundo proyecto procuran verificar la efectividad de la neurorehabilitación en conjunto con la terapia quirúrgica en los pacientes pediátricos con quemaduras ocasionadas por descargas eléctricas.

“Para saber hasta dónde un buen manejo de una lesión o una propuesta de manejo va a disminuir el tiempo de hospitalización y la reinserción en la sociedad”, agrega la investigadora Cinthia Núñez.

Quintana informa que, a nivel mundial, las quemaduras por electricidad andan entre 3 % y 8 %, y son en adultos que están vinculados al trabajo en el sector eléctrico. “En nuestro país no es así, tenemos 27 por ciento de la población pediátrica con lesiones por electricidad y hemos llegado hasta un 37 por ciento en los adultos, no necesariamente lesiones que se producen en pacientes que trabajan en ese sector sino en la población común”.

Solo entre enero-septiembre de 2018 fallecieron 123 personas electrocutadas y el 79 % fue por contacto con el tendido eléctrico, reporta el Observatorio de Seguridad Ciudadana. En los sobrevivientes estas lesiones pueden ser invalidantes y ser un problema de salud pública.

Quintana estima que el manejo médico de pacientes con quemaduras en el 15 % de la superficie corporal supera los RD$1.5 millones. Entiende que usar un tejido como la membrana amniótica, que normalmente se descarta tras el parto, abarataría los costos porque no se importarían apósitos en dólares.

Todos los tejidos y sus procesos se han manejado en el Banco de Piel y Tejidos inaugurado en junio de 2017 en la Unidad de Niños Quemados Doctora Thelma Rosario del Hospital Infantil Dr. Arturo Grullón de Santiago. El Banco es parte de las acciones previstas como parte de uno de los estudios.

Los investigadores ansían que en el país se afiance la cultura de donación y la gente sea menos desconfiada. Se aliaron con el Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort) para gestionar los aportes.

Para la recolección de las membranas amnióticas, los doctores le comunican a las madres el porqué requieren usar –de manera voluntaria- la placenta que iría al zafacón, para extraer el tejido que procesarán. Han encontrado empatía entre las mujeres; en solo dos semanas de febrero consiguieron 16 donaciones en Santiago.

Pero han tenido menos suerte para colectar la piel de cadáveres, apenas han conseguido la que usaron en el primer trasplante de hace un año. Provino de un adulto que falleció en Santo Domingo y se empleó en cinco niños. Al primero en recibirla se le injertó en el tórax anterior; a los demás en las extremidades.

La cobertura con los tejidos es transitoria y se coloca para que la piel se regenere. “A medida que el tejido subyacente va sanando, la misma membrana se va a ir despegando solita”, explica Quintana.

La doctora destaca que el uso de aloinjertos y de la membrana amniótica es importante porque se trata de tejidos humanos. “Nunca va a ser igual cubrir a un paciente con apósito sintético o un tejido de una especie diferente que con un tejido de su propia especie”, afirma.

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Editora de Economía y docente de periodismo. Se ha especializado en periodismo de investigación, multimedia y de datos.