Familiares de pacientes con Trastorno Límite relatan cómo es vivir con estas personas
Kirsis Díaz
SANTO DOMINGO. Margarita Castillo reside junto a dos personas que padecen Trastorno Límite de Personalidad. Según ella, su hija comenzó a dar señales de que padecía la condición cuando tenía 17 años.
“Ella se casó, tuvo su hijo quien también tiene el trastorno. Ambos residen conmigo pero vivir con una persona con este trastorno es muy difícil porque tienen mucho impulso, no controlan emociones, en un momento dicen una cosa, hacen otra, se deprimen con mucha facilidad”, detalló Castillo.
Dijo que las personas con este trastorno también conocido como Borderline, saben que están causando daño pero prefieren continuar.
“Es muy difícil porque uno como padre se agota, vive buscando alternativas, vive también en la negación (cree que esto no le está pasando), también piensa que solo uno está pasando por esta dificultad. Termina visitando el siquiatra para poder manejar las emociones porque te vuelves que no duermes, no comes”, manifestó Castillo a Diario Libre.
Asimismo, Gissy Nolasco relató que detectó que su hija padecía el trastorno cuando esta cumplió diez años. Luego de siete años, Nolasco dice entre lágrimas que convivir con ella ha sido muy difícil.
“Se asila, se corta el cabello, se intenta cortar las venas, no se relaciona casi con nadie, la he tratado bastante, he ido a sicólogos, la he llevado a terapias”, detalló.
Ambas al participar en el taller sobre Trastorno Límite de Personalidad celebrado este fin de semana en un hotel de la ciudad, coincidieron en destacar que las personas con el trastorno son muy inteligentes.
“Mi nieto es excelente estudiante. Mi hija tú la ves y no es simpática, pero se relaciona muy bien con las personas que no son de su hogar. Tiene excelente relaciones en su trabajo. Era una estudiante promedio de ochenta. Era muy buena nadadora, incluso ganaba premios internacionales”, relató Castillo.
Sin embargo, resalta que un día puede ser la mejor en una carrera de nado y quedar en primer lugar y al día siguiente ocupar el último puesto.
El doctor Rafael García destacó la importancia de trabajar con los familiares de las personas que padecen Trastorno de Personalidad para contribuir a reducirles el estrés que crea convivir con ellos.
“Esperamos ahora dar inicio a la red de familiares que tienen un paciente con esta condición, de manera que podamos mejorar y aumentar el soporte familiar y al mismo tiempo lograr un mejor manejo en el hogar de los pacientes, lo cual va a reducir la conducta desorganizada y los intentos de suicidio”, argumentó García.
En Puerto Rico llevan alrededor de nueve años trabajando en despertar conciencia con el diagnostico, educando a familiares y profesionales, y reconoció el esfuerzo que los profesionales de la conducta están realizando en este país por dar a conocer el problema.
“El detalle con este diagnóstico es que para la severidad y los problemas que trae hay poca atención, se dedica poco tiempo y dinero para conocerlo y atenderlo, sin embargo, el diez por ciento de las personas que tienen esto mueren por suicidio, así que es un asunto serio, hay un costo social”, Domingo Marqués, psicólogo clínico.
Kirsis Díaz
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