Sharenting: exposición excesiva de los niños en las redes sociales
En los últimos días se ha viralizado un video que muestra a niños dominicanos cantando el tema “La Bebé”, prohibido por vulgar
El Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes establece que los menores de edad tienen derecho a la integridad personal
María Isabel Hiraldo
Los niños en la actualidad están siendo muy expuestos por los adultos a través de las redes sociales, cuyo accionar no necesariamente se corresponde a sus deseos. Hay padres que tienden a publicar toda clase de contenidos de sus pequeños, ignorando lo perjudicial que podría ser esto para su sano desarrollo y su futuro.
Circula en las plataformas sociales un video que muestra a varios pequeños en un cumpleaños coreando la canción “La Bebé”, de los exponentes urbanos Secreto (El Famoso Biberón), Ft Black, Jonas Point y Liro Shaq, tema prohibido por la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía (CNEPR), por considerarlo ofensivo y que atenta contra “la moral y las buenas costumbres”.
Sin embargo, muchos se cuestionan de qué sirven dichas restricciones si en la mayoría de los casos, los principales responsables de que los menores de edad consuman esta clase de contenidos son los mismos progenitores, quienes recurren a grabarlos y publicarlos, como muestra de aprobación y orgullo.
A esta práctica se le denomina sharenting, anglicismo que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad), que consiste en publicar fotos, videos o cualquier otro tipo de información sobre los hijos en las redes sociales y que es cada vez más habitual entre los padres.
Ley sobre Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños
El Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes en su artículo 12 sobre el Derecho a la Integridad Personal establece, que todos los menores de edad tienen derecho a la integridad personal.
Este derecho comprende el respeto a la dignidad, la inviolabilidad de la integridad física, síquica, moral y sexual, incluyendo la preservación de su imagen, identidad, autonomía de valores, ideas, creencias, espacio y objetos personales.
El documento señala, que es responsabilidad de la familia, el Estado y la sociedad protegerlos, contra cualquier forma de explotación, maltrato, torturas, abusos o negligencias que afecten su integridad personal.
Especialista
El psicólogo Joan Noboa indica que al sobreexponer y consentir algunas acciones de los pequeños en las redes sociales se están violentando y normalizando algunas conductas pocos saludables para su crecimiento.
“No solo los perjudica por la música que escuchan de doble sentido y lo que ven en la web, sino también porque en ocasiones están siendo reforzados por los aplausos y algarabía de los mayores que lo celebran. Por lo tanto, es muy probable que se normalice este tipo de conducta y no ha de extrañarnos que República Dominicana esté dentro de los países con mayor cantidad de embarazos de adolescentes”, argumenta.
El especialista destaca que no significa que esto sea causa-efecto, pero entiende que sí constituye un factor de riesgo en el comportamiento social, no adecuados para los menores de edad.
“Indirectamente lo que se publica en las páginas sociales repercute, porque estamos hablando de un discurso. La palabra en ciertas ocasiones guía a la acción. Hay un dicho que dice: “dilo mil veces y se hará realidad”. Entonces esa interiorización del discurso también predispone a la acción”, puntualiza Noboa.
No obstante, el experto en las conductas y los procesos mentales de los individuos explica, que no siempre la prohibición es la mejor de las decisiones, asegurando que el diálogo entre padres e hijos es mucho más efectivo.
Noboa sostiene que cuando se aparta al menor de algunas prácticas, genera que caiga en una ambigüedad, por desconocer las razones de dichos impedimentos
“Es difícil controlar, con tanta exposición, que se tiene a diario a través de los medios. Si nos ponemos a controlar lo que los niños consumen, tendríamos que andar con ellos las 24 horas al día, y eso rayaría en la sobreprotección, que tampoco es saludable. Definitivamente, lo conveniente sería que haya una mayor educación sexual, desde el seno familiar, en la escuela y en cada uno de nosotros como actores de la sociedad para que se vayan educando desde chiquitos”, menciona.
María Isabel HiraldoPeriodista de Diario Libre.
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