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Niños en autobús donde fue muerta Yapor pudieran enfrentar pesadillas y pánico

Psicólogos consultados por Diario Libre recomiendan darles asistencia psicológica lo antes posible

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Niños en autobús donde fue muerta Yapor pudieran enfrentar pesadillas y pánico

SANTO DOMINGO. Los dos niños de cinco y siete años que iban en el minibús en el momento en que Delcy Miguelina Yapor de Acosta, muerta de un disparo, la mañana de ayer en el ensanche Evaristo Morales, de esta capital, pudieran enfrentar traumas psicológicos y conductual por muchos años si no reciben atención médica.

Expertos de la conducta humana, consultados por Diario Libre, advirtieron que estos menores podrían quedar con pánico de tomar un autobús, un carro, de salir a la calle con los padres, porque “esa mujer simbolizaba para ellos seguridad, ternura, afecto, cuidado, era un componente trascendente en sus vidas, porque era la que los cuidaba en el trayecto desde su hogar al colegio”.

Es ese sentido, recomendaron realizar una terapia de apoyo con los psicólogos del colegio, los profesores y compañeros lo más pronto posible.

El psiquiatra Secundino Palacios explicó que en estos momentos esos niños pueden experimentar un trastorno por estrés postraumático, enfrentar tristeza, miedo, insomnio, palpitaciones, visión borrosa, y querrán estar acostados en la habitación de los padres o tutores.

“Esa señora era un referente afectivo, por lo que presenciar su muerte pudiera representar un trauma en el proceso de crecimiento y desarrollo”, resaltó.

Asimismo, el psiquiatra José Miguel Gómez destacó que si los menores que presenciaron la muerte de la mujer, de 55 años, reciben ayuda psicológica se evitará que en el futuro desarrollen estrés postraumático, trastornos conductuales, tengan problemas de ansiedad, depresión, de terror nocturno, pesadillas y puedan seguir desarrollando una vida normal, en su vida emocional y sicológica.

“Todos estamos alarmados, impotentes con esta muerte de una persona productiva, buena, integrada a la sociedad. Evidentemente que estos niños la veían como su segunda mamá, que los cuidaba, los protegía, los llevaba al colegio, los desmontaba en su casa, había ya una relación de apego y sentido de pertenencia, al verla morir de un disparo, deben estar impactados y confundidos”, subrayó.

De su lado, el sicólogo Luis Verges indicó que el hecho de que fue algo inesperado, se suma al drama emocional que rodea un evento de ese tipo, donde los niños ven personas llorando y se alarman porque las defensas mentales de un niño no están preparadas para sobrellevar una situación parecida, por lo que también recomienda la ayuda profesional.

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