Susan Sontag: Mente brillante, pensamiento sin tiranías
Enfant terrible, heroína bíblica, dama de la literatura norteamericana… los calificativos que tras la reciente muerte de Susan Sontag inundaron los medios tenían algo en común: intentar definir una

Cuando eres un personaje público y no te importa lo que opinen de ti, o tienes la conciencia muy tranquila o gozas de una gran paz interior. Susan Sontag debía ser poseedora de ambas virtudes, porque a lo largo de su vida se mantuvo fiel a sus ideales y no se autocensuraba cuando le tocaba alzar la voz contra los titanes políticos e intelectuales de su país. Y de que opinaba de todo, opinaba.
Detractores y seguidores de esta escritora y cineasta norteamericana coinciden en que era una de las mentes más agudas y brillantes que este país ha dado. Moría a los 71 años en diciembre del año pasado, según se publicó padecía de leucemia.
La bella rebelde
Susan nació en Nueva York el 16 de enero de 1933 en el seno de una familia judía burguesa. Se crió en Tucson (Arizona) y Los Angeles (California), a los 14 años fue invitada a tomar té por Thomas Mann y a los 15 ingresó en la Universidad de Berkeley.
A los 17 años contrajo matrimonio con Phillip Rieff, un profesor de Sociología, con quien se trasladó a Boston, donde cursó estudios de posgrado de Literatura y Filosofía en la Universidad de Harvard. De esta unión nacería su único hijo David Rieff, también escritor. Posteriormente también estudió en las universidades de Oxford (Londres) y La Sorbona (París).
Su biografía es apasionante. Mezcló como nadie el glamour con la rebeldía, activista en contra de la guerra de Vietnam, crítica con políticos y sus políticas, escritora multifacética y musa de Julio Cortázar en su novela "Fantomas contra los Vampiros Multinacionales".
En los años 60 fue considerada tan sexy como inteligente, y su voz se escuchaba en lo temas de trascendencia, sobre todo si implicaba el uso de armas. Fue siempre controvertida en sus opiniones. Contraria a la política de George Bush, defendía a los palestinos en el conflicto de Oriente Medio y, desde luego, ferviente luchadora en contra de la guerra de Irak.
Se implicó en la guerra de Bosnia en Europa del Este, donde llegó a vivir durante el asedio serbio, dictó clases y apoyó –contra todo pronóstico– el bombardeo de la OTAN a Kosovo. Así se ganó la admiración de muchos y la animadversión de otros.
Su pluma
Susan decía que a través de la literatura era que su capacidad para comprender y tener compasión, crecía. Por eso era su pasión.
Sus novelas se han traducido a más de 26 idiomas.
En 1963 publicó su primera novela, "El benefactor", y después los ensayos "Contra la interpretación" y "Notas sobre lo camp.".
Fue corresponsal de guerra en Vietnam en 1968. En esa época filmó "Duelo de caníbales" (1969), a la que siguió "Hermano Carl" (1971). Publicó los libros "Viaje a Hanoi" (1968) y "Estilos radicales" (1969). Su experiencia en este país le afectó bastante, según narran los que la conocieron, incluso estuvo un tiempo sin escribir.
Escribió "Bajo el signo de Saturno", publicada en 1980. Un año más tarde, filmó a las tropas israelíes durante la Guerra en Oriente Medio y se fue a los Altos del Golán, donde dirigió "Tierra prometida".
Después de que le diagnosticaran un cáncer de pecho, escribió "La enfermedad y sus metáforas" en 1978.
En noviembre de 1993 participó en la fundación del Parlamento Internacional de Escritores, creado en Estrasburgo (Francia) para promover la libertad de expresión y proteger a los autores perseguidos o amenazados de muerte en sus países.
Reconocida
En 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias junto con la escritora marroquí Fatema Mernissi, de manos del Príncipe de Asturias, donde entusiasmó a todos por su discurso contundente acerca de la creación literaria.
En su intervención, la novelista y ensayista consideró que los modelos en los que se debe basar la creación literaria pasan en primer lugar por el "desprecio a los valores mercenarios" y abogó por rechazar el "uso instrumental de los escritores" que lleva a celebrar a los autores "en calidad de representantes de comunidades que se imaginan marginadas con el fin de manifestarles su apoyo" y mantener una "desconfianza permanente de las afirmaciones nacionalistas y las lealtades tribales".
En 1999, fue nombrada Comandante de la Orden de las Artes y las Letras por Francia.
Una mujer como ella, que se quejaba de que los medios la definieran como "máquina de opinión", no se amedrentaba en ningún contexto. Por ejemplo, en el año 2001 le concedieron el Premio Jerusalén de Literatura por su última novela "En América", y al recogerlo lo que hizo fue condenar la política de ocupación israelí en los territorios palestinos.
Polémica
n En los años 60 afirmó que la "raza blanca" era el cáncer de la historia y que América fue "fundada por genocidio".
n Respecto a los atentados del 11 de septiembre de 2001, opinaba que: "Los ataques no fueron dirigidos, tal como lo consideró Bush, contra la civilización y la libertad, sino que fueron consecuencia de la política exterior de Estados Unidos como superpotencia mundial".
Cómo la veían
n No dejó impasible a nadie en vida, mucho menos a la hora de su muerte. La intelectualidad internacional ha opinado sobre ella.
Por ejemplo, el novelista mejicano Carlos Fuentes, Premio Príncipe de Asturias en 1994 y Cervantes en 1987, afirmó, parafraseando a Jean-Paul Sartre, que Sontag fue "la mujer más inteligente" que conoció en su vida y destacó su lúcida crítica al belicismo de algunas administraciones estadounidenses. "Ella fue a Vietnam y denunció la aventura estadounidense en ese país. También estuvo en Sarajevo, exponiendo su vida. Fue, asimismo, la primera intelectual (de EEUU) que denunció la guerra bárbara que emprendió la pandilla de George Bush desde la Casa Blanca contra Afganistán e Irak".
Por su parte el escritor alemán Günter Grass la calificó de "gran patriota americana", capaz de criticar con "inquebrantable valentía" los errores de su país. Sontag "no se dejó intimidar por nada a la hora de criticar los desatinos de su país, a pesar de los insultos y calumnias que ello le granjeó".
Gore Vidal, dijo que se había convertido "más que ningún otro estadounidense, en el eslabón con la literatura europea actual".
"Los ataques no fueron dirigidos, tal como lo consideró Bush, contra la civilización y la libertad, sino que fueron consecuencia de la política exterior de Estados Unidos como superpotencia mundial". (Sobre los atentados del 11 de septiembre)
Detractores y seguidores de esta escritora y cineasta norteamericana coinciden en que era una de las mentes más agudas y brillantes que este país ha dado. Moría a los 71 años en diciembre del año pasado, según se publicó padecía de leucemia.
La bella rebelde
Susan nació en Nueva York el 16 de enero de 1933 en el seno de una familia judía burguesa. Se crió en Tucson (Arizona) y Los Angeles (California), a los 14 años fue invitada a tomar té por Thomas Mann y a los 15 ingresó en la Universidad de Berkeley.
A los 17 años contrajo matrimonio con Phillip Rieff, un profesor de Sociología, con quien se trasladó a Boston, donde cursó estudios de posgrado de Literatura y Filosofía en la Universidad de Harvard. De esta unión nacería su único hijo David Rieff, también escritor. Posteriormente también estudió en las universidades de Oxford (Londres) y La Sorbona (París).
Su biografía es apasionante. Mezcló como nadie el glamour con la rebeldía, activista en contra de la guerra de Vietnam, crítica con políticos y sus políticas, escritora multifacética y musa de Julio Cortázar en su novela "Fantomas contra los Vampiros Multinacionales".
En los años 60 fue considerada tan sexy como inteligente, y su voz se escuchaba en lo temas de trascendencia, sobre todo si implicaba el uso de armas. Fue siempre controvertida en sus opiniones. Contraria a la política de George Bush, defendía a los palestinos en el conflicto de Oriente Medio y, desde luego, ferviente luchadora en contra de la guerra de Irak.
Se implicó en la guerra de Bosnia en Europa del Este, donde llegó a vivir durante el asedio serbio, dictó clases y apoyó –contra todo pronóstico– el bombardeo de la OTAN a Kosovo. Así se ganó la admiración de muchos y la animadversión de otros.
Su pluma
Susan decía que a través de la literatura era que su capacidad para comprender y tener compasión, crecía. Por eso era su pasión.
Sus novelas se han traducido a más de 26 idiomas.
En 1963 publicó su primera novela, "El benefactor", y después los ensayos "Contra la interpretación" y "Notas sobre lo camp.".
Fue corresponsal de guerra en Vietnam en 1968. En esa época filmó "Duelo de caníbales" (1969), a la que siguió "Hermano Carl" (1971). Publicó los libros "Viaje a Hanoi" (1968) y "Estilos radicales" (1969). Su experiencia en este país le afectó bastante, según narran los que la conocieron, incluso estuvo un tiempo sin escribir.
Escribió "Bajo el signo de Saturno", publicada en 1980. Un año más tarde, filmó a las tropas israelíes durante la Guerra en Oriente Medio y se fue a los Altos del Golán, donde dirigió "Tierra prometida".
Después de que le diagnosticaran un cáncer de pecho, escribió "La enfermedad y sus metáforas" en 1978.
En noviembre de 1993 participó en la fundación del Parlamento Internacional de Escritores, creado en Estrasburgo (Francia) para promover la libertad de expresión y proteger a los autores perseguidos o amenazados de muerte en sus países.
Reconocida
En 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias junto con la escritora marroquí Fatema Mernissi, de manos del Príncipe de Asturias, donde entusiasmó a todos por su discurso contundente acerca de la creación literaria.
En su intervención, la novelista y ensayista consideró que los modelos en los que se debe basar la creación literaria pasan en primer lugar por el "desprecio a los valores mercenarios" y abogó por rechazar el "uso instrumental de los escritores" que lleva a celebrar a los autores "en calidad de representantes de comunidades que se imaginan marginadas con el fin de manifestarles su apoyo" y mantener una "desconfianza permanente de las afirmaciones nacionalistas y las lealtades tribales".
En 1999, fue nombrada Comandante de la Orden de las Artes y las Letras por Francia.
Una mujer como ella, que se quejaba de que los medios la definieran como "máquina de opinión", no se amedrentaba en ningún contexto. Por ejemplo, en el año 2001 le concedieron el Premio Jerusalén de Literatura por su última novela "En América", y al recogerlo lo que hizo fue condenar la política de ocupación israelí en los territorios palestinos.
Polémica
n En los años 60 afirmó que la "raza blanca" era el cáncer de la historia y que América fue "fundada por genocidio".
n Respecto a los atentados del 11 de septiembre de 2001, opinaba que: "Los ataques no fueron dirigidos, tal como lo consideró Bush, contra la civilización y la libertad, sino que fueron consecuencia de la política exterior de Estados Unidos como superpotencia mundial".
Cómo la veían
n No dejó impasible a nadie en vida, mucho menos a la hora de su muerte. La intelectualidad internacional ha opinado sobre ella.
Por ejemplo, el novelista mejicano Carlos Fuentes, Premio Príncipe de Asturias en 1994 y Cervantes en 1987, afirmó, parafraseando a Jean-Paul Sartre, que Sontag fue "la mujer más inteligente" que conoció en su vida y destacó su lúcida crítica al belicismo de algunas administraciones estadounidenses. "Ella fue a Vietnam y denunció la aventura estadounidense en ese país. También estuvo en Sarajevo, exponiendo su vida. Fue, asimismo, la primera intelectual (de EEUU) que denunció la guerra bárbara que emprendió la pandilla de George Bush desde la Casa Blanca contra Afganistán e Irak".
Por su parte el escritor alemán Günter Grass la calificó de "gran patriota americana", capaz de criticar con "inquebrantable valentía" los errores de su país. Sontag "no se dejó intimidar por nada a la hora de criticar los desatinos de su país, a pesar de los insultos y calumnias que ello le granjeó".
Gore Vidal, dijo que se había convertido "más que ningún otro estadounidense, en el eslabón con la literatura europea actual".
"Los ataques no fueron dirigidos, tal como lo consideró Bush, contra la civilización y la libertad, sino que fueron consecuencia de la política exterior de Estados Unidos como superpotencia mundial". (Sobre los atentados del 11 de septiembre)
Ana Blanco
Ana Blanco