Trombosis: ¿se puede prevenir?
SANTO DOMINGO. Cada vez que muere una persona conocida o del entorno de trombosis y accidente cerebro vascular (ACV) la gente queda sorprendida, pero muchos desconocen que ese evento se puede evitar con un estilo de vida saludable y certeramente con una prueba que identifica previamente si va a ocurrir.
Informaciones de la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía indican que en el país ocurren cada año 18,000 accidentes cerebrovasculares, con secuela de muertes e inhabilitación física. En el mundo, las cifras también son fatales. Unos 10 millones de casos se producen anualmente, de los cuales entre 100,000 y 300,000 se producen en Estados Unidos.
Existen algunas pruebas de laboratorio que pueden orientar sobre el riesgo de sufrir un ACV, un infarto cardiaco o trombosis venosa profunda, detectando “hipercoagulabilidad”, que es uno de los componentes de la llamada Triada de Virchow.
La representante en el país del Grupo Corporativo Latinoamericano de Hemostasia y Trombosis (CLAHT), Lilliana Khoury, asegura que la prueba conocida tromboelastograma ofrece información sobre los riesgos o avances de las AVC.
“En la ciudad de Santo Domingo se pueden tener acceso a la prueba el Tromboelastograma o TEG, que combina mediciones simultáneas funcionales, de factores de coagulación fibrinólisis, plaquetas y fibrinólisis, aporta resultados globales, rápidos y precisos que permiten conocer eficazmente la hemostasia”, dice la experta.
Khoury explica que mediante esta prueba, una muestra de sangre presenta por medio a una gráfica el estado en que se encuentra la hemostasia o coagulación sanguínea.
El neurólogo José Silié Ruiz, dice que también hay que realizarse un chequeo cardiovascular completo con énfasis en las grasas en sangre, el escor de calcio y valoración con ecodopler. También la angio-tomografía para valorar los vasos cerebrales y las carótidas. En algunos casos, agrega, la resonancia magnética se hace necesaria.
Ambos expertos coinciden en que las personas con algunos de estos factores de riesgo deben acudir al médico especialista y estar en observación profesional.
En cuanto a los factores de riesgos, el neurólogo Silié, explica que hay que estar atentos a las señales de aviso de un ACV que son: dolores de cabeza secundarios a esfuerzos como la cefalea orgásmica o secundaria al estreñimiento, visión borrosa, calambres no específicos en brazos y piernas, el cambio de expresión de una migraña, episodios de quedar en “blanco” sin saber dónde está usted, voz estropajosa, debilidad de un brazo o una pierna, vértigos inexplicables y visión doble.
En cuanto a los factores de riesgos, Silié Ruiz, destaca dos tipos: los modificables y los no modificables, “estos últimos que no podemos cambiar están la herencia, el sexo más frecuente es el masculino, la etnia, más frecuente en la raza negra. Los sí modificables son: hipertensión arterial, diabetes, grasas en sangre elevadas, tabaquismo, alcoholismo, vida sedentaria, obesidad, el estrés, y los anticonceptivos”.
Por otro lado, Khoury identifica entre los factores de riesgos adquiridos, personas con más de 65 años de edad, pacientes de cáncer, con fallas cardíacas y enfermedad pulmonar crónica; quienes ingieren con frecuencia anticonceptivos orales y otros medicamentos estrógenos, así como el tabaquismo y la obesidad.
El neurólogo habla de las secuelas después de un evento así y señala que la pérdida de la voz, la visión, la olfacción, incontinencia urinaria, hidrocefalia, pérdida de las funciones superiores de la cognición, son algunas de las que puede vivir un paciente.
Los especialistas aseguran que la mejor forma de prevenir los ACV es con estilos de vida saludables, comer balanceado, llevar una rutina de ejercicios, decirle no al sedentarismo y hacer los chequeos médicos necesarios.